El año escolar 2024-2025, que comenzó el lunes 30 de septiembre, se presenta con bajas expectativas entre los docentes. A pesar de ello, esperan un aumento salarial, mientras que los estudiantes demandan escuelas en condiciones adecuadas y una asistencia diaria.
Caracas. “Tuvieron todas las vacaciones para poder hacer los arreglos y ahora que empezaremos las clases es que me van a pintar el salón”, critica una educadora de la Escuela Bolivariana Gran Colombia, ubicada en la avenida Roosevelt (parroquia Santa Rosalía).
Aunque se queja porque le hubiese gustado recibir a sus estudiantes en el salón en su primer día de clases, las cuales iniciaron de forma oficial este lunes, 30 de septiembre, en todas las instituciones educativas del país, la maestra que enseña clases a niños y niñas que cursan los primeros grados de primaria, insiste en que por fin la escuela empezó a recibir algunos materiales para poder acondicionar sus espacios.
“Trajeron pintura y algunos otros materiales para arreglar. También dijeron que lo harán con los baños, que era una de nuestras preocupaciones más grandes y uno de los motivos por los que no asistíamos todos los días, en algunos casos”, expone.
Agrega que el Ministerio de Educación, solo envió materiales, pero no a trabajadores para culminar las labores en las distintas áreas de la escuela: “En el caso de mi salón, lo está pintando un trabajador de acá mismo. Mientras tanto, recibo a mis muchachos en otra aula”.
Hasta el período escolar pasado, el módulo Ecuador, en donde alumnos y alumnas de primaria ven sus clases, solo disponía de un baño para un población de 532 estudiantes.
El resto de los siete sanitarios se mantienen clausurados.
No es la primera vez que la Escuela Gran Colombia recibe materiales por parte de las Brigadas Comunitarias Militares para la Educación y la Salud (Bricomiles). En 2022, los obreros asignados para hacer los distintos arreglos abandonaron por falta de pago.
Durante una visita a la Escuela Gran Colombia, Crónica.Uno no encontró a ningún obrero en el plantel. Por el contrario, se observaron las mismas fallas en la infraestructura, así como signos de abandono en muchos espacios.
“Garantizar la asistencia”
En la Escuela Nacional Bolivariana Mariano Picón Salas, ubicada en Petare, las Bricomiles hicieron una labor de restauración que, a juicio de sus estudiantes, les sirve de incentivo para ir a la escuela.
“Esto antes estaba horrible, pero desde hace como tres meses cambió por completo”, dice una alumna del ciclo diversificado, sobre el estado en el que anteriormente estaba la institución que recibe a 1232 estudiantes que estudian en los horarios de la mañana y tarde.
Una docente asegura lo mismo sobre la estructura que lucía “deteriorada y oscura”.
“Los arreglos empezaron entre febrero y marzo, pero estuvo culminada en julio para que los alumnos llegaran con todo nuevo al inicio del año”, sostiene.
Entre los aspectos que espera que mejoren en este período, la docente destaca la necesidad de asegurar que todos los maestros y maestras asistan “todos los días”.
“Eso se logrará porque ya se les va a dar uniformes, zapatos, además se habilitó el comedor, por lo que el incentivo será para el personal y el estudiantado”, señala en referencia al programa impulsado por el ministro de Educación, Héctor Rodríguez, quien el lunes, 23 de septiembre, anunció un plan de atención cuyo propósito es brindar atención para los docentes en áreas como salud, dotación de uniformes, vivienda, alimentación, becas para formación y créditos.
Para la educadora es un gran beneficio que se garantice la alimentación a los docentes, lo que logrará y motivará la asistencia masiva. Durante el período escolar pasado, los estudiantes de la institución solo asistían tres días de la semana.
Destacó que en el primer día del inicio de clases, no hubo tanta presencia de estudiantes: En etapa inicial asistieron 15 estudiantes, 82 de primaria y 200 de media general.
Más que una bolsa
“Harina, enlatados con mortadela de pollo, aceite, un kilogramo de arroz, pasta, arvejas y azúcar. No trajo leche, chicha, ni proteína”, cuenta una maestra sobre algunos de los alimentos que trajo su bolsa del Comité Local de Abastecimiento y Producción (CLAP), uno de los beneficios del plan de atención anunciado por el nuevo representante de la cartera educativa.
No obstante, a ella le gustaría recibir “más que una bolsa” y tener un aumento de sueldo que le garantice calidad de vida. A la fecha, los educadores, así como trabajadores de distintos sectores públicos, acumulan 929 días a la espera de un aumento salarial.
De lo prometido en el plan, aparte la bolsa y otros beneficios vistos en jornadas de atención en odontología y oftalmología llevadas a cabo en el Instituto de Previsión y Asistencia Social para el personal del Ministerio de Educación (Ipasme), no ha recibido más nada.
“Dijeron de uniformes, zapatos, pero hasta ahora no me han dado nada. Esperemos a ver”, dice.
Pedir prestado
“Buenos días, ¿Hacia dónde se dirige?”, le pregunta un vigilante en la entrada de una escuela privada ubicada en el este de Caracas, a una madre que va de la mano con sus dos hijos.
Ella responde que va a la parte administrativa de la institución para formalizar el proceso de inscripción. El trabajador le señala la cola, en donde otros 30 representantes aguardan por ser atendidos.
En su mayoría, están con sus hijas e hijos, quienes no pueden pasar a su salón de clases hasta que no se complete la formalidad. Antes de ser atendida, ve que la fila de personas a sus espaldas tiene más personas que cuando ella llegó.
“¿Por qué espero hasta hoy para inscribir?”, le pregunta el cajero con un tono que le pareció irónico. Ella lo observa de mala manera y responde: “Porque antes de hoy, no tuve el dinero”.
La madre no mentía, pues antes del inicio de clases del período escolar 2024 – 2025, no había podido completar el dinero.
“De persona en persona tocó pedir prestado hasta completar los 290 dólares que son de reinscripción, abono de septiembre, año de robótica y seguro escolar”, manifiesta.
Acota que por deuda del período escolar anterior no pudo reunir antes del tiempo estipulado.
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