El economista Asdrúbal Oliveros asegura que el costo de vida en dólares aumentó 16 % en el primer semestre del año y los salarios perdieron 8 % de poder adquisitivo por los efectos de la inflación. En paralelo, el Gobierno recaudó el doble de impuestos que el año pasado y por la crisis energética mundial aumentó su producción e ingresos petroleros.

Caracas. Ya culminada la primera parte del año 2022, el panorama económico venezolano –en líneas generales– dista en varios aspectos del año anterior. Pero con la hiperinflación superada y una dolarización parcialmente contenida, el poder adquisitivo de la mayoría de la población sigue a pique y se profundiza la desigualdad.

Ello a pesar de que tanto el Gobierno como especialistas, firmas privadas y organismos multilaterales proyectan que este año la economía crecerá entre 5 % y 20 % respecto a 2021, impulsada principalmente por una mayor producción petrolera y recaudación tributaria.

El economista y socio director de Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, sostiene que en el primer semestre de 2022 el Gobierno tuvo 150 % más ingresos en divisas respecto al mismo período de 2021. En días pasados, Oliveros ubicó en $17.000 millones el estimado de ingresos petroleros para el cierre del año. 200 % más que en 2020.

El aparente mayor flujo de caja coincide con mayores cifras de producción de crudo en el país. De acuerdo con el último informe de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep), en junio Venezuela produjo alrededor de 706.000 barriles diarios, según fuentes secundarias, para un incremento anual de 33 %.

Los precios petroleros estuvieron más altos, la producción también fue más alta que en el primer semestre de 2021 y el descuento con el que se vende es menor, dijo Oliveros. La cesta Merey –precio referencia del crudo venezolano– aumentó 72 % en un año y se ubica en $92 por barril, en medio del repunte de precios generado por la crisis energética a raíz de la invasión rusa a Ucrania y una mayor demanda mundial de combustible fósil.

Ingresos tributarios y metas

Los ingresos tributarios también están jugando un factor clave en el flujo de divisas del Gobierno y Oliveros atribuye el hecho a una mayor fiscalización y presión tributaria hacia las empresas formales, a pesar de que siguen perdiendo terreno frente a la informalidad.

De acuerdo con la última información difundida por el Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (Seniat), hasta mayo la recaudación acumulada era de 26,3 millones de petros equivalentes a 1582 millones de dólares, con un incremento de 108 % respecto a lo recaudado en el primer semestre de 2021 ($757 millones).

De igual forma, si se toma en cuenta el presupuesto de ingresos presentando ante la Asamblea Nacional (AN) en diciembre pasado, el Gobierno ya recaudó 52 % de lo estimado para todo 2022. En el presupuesto de 2022 se estiman ingresos petroleros por el orden de $9100 millones al cierre del año y otros $3059 vía impuestos, aunque la coyuntura mundial actual y la política recaudadora del Gobierno podrían inflar ambas cifras.

Más consumo, pero con mayor costo de vida

Asdrúbal Oliveros destaca que en el primer semestre del año el consumo privado continuó expandiéndose respecto a 2021, pero en una economía que ha perdido 80 % de su actividad la recuperación sigue siendo débil y desigual.

Ecoanalítica proyecta que en 2022 el PIB crecerá 8 % y el consumo privado cerca de 12 % y Oliveros asegura que “hace falta más” porque el crecimiento se está concentrando en pocos sectores y ciudades, “no beneficia a todo el mundo”. En concreto, los sectores alimentos, comercio, tecnología y servicios profesionales son los que siguen dando señales de crecimiento sostenido, seguidos a menor ritmo por salud y cuidados personales.

Sin embargo, la precariedad de los salarios y el alto costo de la vida en dólares limitan la capacidad del grueso de la población de ser parte importante de ese crecimiento. Oliveros señala que en el primer semestre del año aumentó 16 % el costo de vida en moneda extranjera y eso impacta especialmente en los salarios y la productividad de las empresas.

Los salarios perdieron 7 % de su poder adquisitivo entre enero y junio por los efectos de la inflación, pues los precios aumentan a mayor ritmo que las remuneraciones incluso cuando estas son en moneda extranjera. Hasta el 30 de junio el dólar aumentó 22,5 % su valor en el mercado oficial, pero la variación general de precios –medida por el Observatorio Venezolano de Finanzas – es de 53,8 % en ese mismo período. 

Otros puntos de la economía venezolana destacados por Asdrúbal Oliveros son:

  • La dolarización transaccional se redujo de 60 % a 50 % de los pagos en establecimientos comerciales entre diciembre y junio, aunque en Caracas el porcentaje llega a ser menor. Entre los factores de la disminución está el impuesto a transacciones en moneda extranjera (IGTF).
  • La cartera de créditos se incrementó 25 % y cerró el primer semestre en torno a los 500 millones de dólares, pero solo cubre 10 % de las necesidades financieras del sector.
  • Se espera que la actividad económica siga aumentando en el último cuatrimestre del año y el experto advierte que la mayor ejecución de gastos hace pensar que puede haber más inflación y presión sobre el tipo de cambio. 

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