Inseguridad jurídica juega en contra de los planes de Pdvsa de atraer a inversionistas

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La economista Pilar Navarro explica que en el contexto de Venezuela, que lleva siete años de contracción económica, no existen inversores locales con un músculo financiero que soporte la inyección de capital que necesita Pdvsa para recuperar la producción.

Caracas. Petróleos de Venezuela (Pdvsa) busca recuperar su producción luego de varios años de caída sostenida. Desde el año pasado el gobierno de Nicolás Maduro se muestra más abierto a recibir inversiones, incluso le ha hablado directamente a estadounidenses, pese a que el sector está sancionado por Estados Unidos desde enero de 2019. Sin embargo, los planes de la estatal se ven empañados por la inestabilidad política e institucional que enfrenta el país. 

La economista y analista para Latinoamérica de Medley Global Advisors Pilar Navarro dice que en este momento una inversión de $58.000 millones, datos recopilados por Reuters, para llevar la producción a los niveles de 1998 es “bastante inalcanzable”, dado que en el mercado global no hay mucho apetito para hacer grandes inversiones. 

Una de las trabas para cualquier inversionista interesado son las sanciones petroleras que EE. UU. mantiene sobre la estatal y el conflicto político, lo que aleja la idea de colocar grandes capitales. “Pdvsa está buscando inversores pequeños, a través de transacciones muy opacas; además necesita inversiones de largo plazo, que no serán recuperadas por los inversionistas en poco tiempo”, dice Navarro.

Por ahora la especialista considera que serían muy pocas las inversiones a menos que haya un cambio en las sanciones estadounidenses. El 3 de junio, por ejemplo, vence la licencia general N° 8G que permite a Chevron, Halliburton Schlumberger Limited, Baker Hughes, y Weatherford International mantener operaciones en el país. La decisión del gobierno de Biden es crucial en el mercado.

Ali Moshiri, presidente de Amos Global Energy y ex presidente de Chevron para África y Exploración y producción de América Latina, dijo en marzo en un seminario web organizado por Venecapital, que Venezuela podía satisfacer sus propias necesidades de gasto restaurando la producción petrolera a 1,5 millones de barriles diarios con una inversión de entre 5000 millones y 8000 millones de dólares.

Solo entre 2017 y 2020 la producción de Pdvsa cayó 73,68 %, al pasar de 1,91 millones de barriles diarios a 500.000.

La economista Pilar Navarro explica que en el contexto de Venezuela, que lleva siete años de contracción económica, no existen inversores locales con un músculo financiero que soporte los capitales que necesita Pdvsa. No obstante, agrega que hay cierto apetito en el mercado si se da una transición o una alianza entre el gobierno y la oposición, en ese sentido, sostiene que nadie invertirá si no hay garantías de que en un cambio de gobierno esas transacciones sean reconocidas.

“La Asamblea Nacional de 2015, por ejemplo, no se ha pronunciado si de venir capitales extranjeros ellos reconocerán esa inversión. Estamos en un marco de inseguridad jurídica”, apunta.

La caída en la producción de Pdvsa, que comenzó antes de las sanciones estadounidenses, ha mantenido al país en una crisis por la falta de combustibles. Desde marzo, gremios del sector privado manifiestan interés por importar diésel, sin embargo, las autoridades no han otorgado permisos. A juicio de Navarro la escasez del diésel podría llevar al gobierno a elevar su precio a una tarifa internacional, actualmente está subsidiado para el sector transporte. 

Las propuestas desde el año pasado de los privados en involucrarse en el mercado de hidrocarburos no se han materializado y Pdvsa sigue teniendo el monopolio de la exploración y comercialización de crudo. Para Navarro, que exista importación por parte de privados pasa por un cambio en la Ley de Hidrocarburos y el relajamiento de las sanciones estadounidenses o, de lo contrario, estos podrían ser objeto de sanciones secundarias.

El expresidente de Chevron Ali Moshiri estima que Venezuela puede restaurar la producción de petróleo a 2,5 millones de barriles diarios con una inversión de entre 20.000 millones y 25.000 millones de dólares para 2028.

Sin embargo, los cambios en el mercado también influyen, pues la tendencia es que se vaya al uso de energías renovables y menos energías fósiles, algo que el país debe considerar. “Eso cambiará el apetito de inversión en Venezuela”, advierte la economista. No obstante, añade que existe una ventana de oportunidades de 20 a 30 años de seguir explorando el mercado petrolero.

“El gobierno ha intentado captar inversión extranjera y ha hecho cambios en los contratos petroleros desde 2018, sobre todo, en pequeños pozos en el norte de Monagas, pero eso no se ha traducido en una llegada masiva de inversión; además, cualquier acuerdo debía ser aprobado por la Asamblea Nacional. Pdvsa sigue buscando acuerdos porque la producción hoy es 70 % menor y las necesidades de financiamiento son mayores. Estas siempre son inversiones de alto riesgo y seguramente quienes lo hagan serán más de aliados políticos que miembros de empresas reconocidas globalmente. Pero el gobierno va a seguir avanzando en esa línea”, concluye la analista para Latinoamérica de Medley Global Advisors.


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