80 % de las aguas servidas de Maracay y Valencia caen al lago, lo que genera un fuerte foco de contaminación ambiental. En el año 2006, el Tribunal Supremo de Justicia dictó una sentencia a favor de las más de 600 familias que habitan La Punta y Mata Redonda, pero aún esperan por una indemnización.
Aragua. Al sur de Maracay hay dos comunidades en las que sus habitantes viven en incertidumbre permanente. No solo les afecta la crisis económica que atraviesa el país, la inflación, la delincuencia, la escasez de alimentos y medicinas o la inseguridad; sino que cada día sienten miedo del período de lluvias que se avecina, el cual podría inundar ambas zonas y afectar otras 11 —Palma Real, José Casanova Godoy, La Esmeralda, La Esmeraldita, Rómulo Gallegos, Las Vegas I, Aguacatal I y II, Brisas del Lago del Municipio Girardot y Paraparal 1 y 2, y Santa Inés del Municipio Francisco Linarez Alcántara— de no tomar las medidas correspondientes lo más pronto posible.
La Punta y Mata Redonda son las dos localidades que le temen al Lago de Valencia, por distintas razones. Una lluvia que caiga, por mínima que sea, podría dejar sin hogar a al menos 512 familias, y a cerca de 100 —contadas según un censo— denominadas “ocupantes” que llegaron a habitar las casas que otros residentes dejaron abandonadas luego de que toda el sector fuera declarado “zona de alto riesgo” en el año 2006. No obstante, 10 años después, aún hay más de 600 grupos familiares que viven bajo la amenaza de esta gran masa de agua.
Además de la posible inundación, el gran problema es que al Lago de los Tacariguas caen 80 % de las aguas servidas de los estados Aragua y Carabobo. El índice de contaminación que han tenido que soportar en la época de precipitaciones es muy peligroso. Una vecina contó que los más afectados son los niños que han tenido problemas respiratorios y en la piel, aunque los adultos no escapan a los vómitos y diarreas.
“El día más catastrófico de todo este rollo fue el 9 de octubre del año 2012. Aquí llegaron militares, llegó Protección Civil, Los Bomberos de Aragua, vino el gobernador, Rafael Isea, con toda su gente, en fin. Aquí han venido todos los políticos de todos los partidos y ninguno le ha dado una solución a este problemón”, aseguró Mildred Rojas, habitante de La Esmeralda, una de las zonas que están un poco más alejadas del lago pero que con una lloviznita se inunda de igual manera”.
Las primeras luchas emprendidas por los vecinos ante las dificultades que se avecinaban datan de los años 1989 y 1990. Luego de presiones y traslados de los habitantes a Caracas, lograron que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) dictara una sentencia a favor de La Punta y Mata Redonda, que también arropaba a las otras 11 localidades en peligro de inundación.
“Este lago surtía de agua a todas las haciendas que producían caña de azúcar. Ese rubro mantenía baja la cota, pero en vista de las expropiaciones ejecutadas por el Estado, aquí —en Aragua— se producían al menos 1.300 toneladas de azúcar, ahorita a duras penas llegan a 300”, aseveró Rojas mientras caminaba en las aceras del sector y esquivaba los charcos permanentes de aguas servidas que emanan una alta contaminación.
El 18 de noviembre del año 2011, Elías Jaua, que en ese entonces era el primer vicepresidente de la República Bolivariana de Venezuela, designó comisiones presidenciales para atender a los afectados de esos sectores. Los encargados de integrar los grupos eran Rafael Isea, gobernador de Aragua, Clíver Alcalá Cordones, comandante de la IV División de Brigada y Guarnición; Juan Carlos Loyo, ministro de Agricultura y Tierras; y Jorge Giordani, ministro de Planificación, entre otros.
Betty Carrero, habitante del sector La Esmeralda, tiene en su casa una hemeroteca que ha armado desde que las lluvias comenzaron a impactar todas esas zonas. “Ya yo perdí la cuenta de todos los planes de contingencia y especiales que ha inventado el Estado, y toda la plata que ha aprobado para ver cómo solucionan este problema y cada día estamos peor”, expresó Carrero desde la sala de su casa, en la que se ven pocos corotos debido a que por las inundaciones ha perdido muchos de ellos y prefiere tener los esenciales.
En el mes de junio del año 2013, Jorge Arreaza, vicepresidente de la República para ese entonces, en unas mesas de trabajo instaladas en el estado Aragua —que contaron con la presencia del gobernador, Tareck El Aissami— prometió un plan especial para las residencias afectadas por el Lago de Tacarigua el año anterior. Sin embargo, Mildred Rojas y Betty Carrero, al igual que las más de 500 familias dueñas por muchos años de casas en ese sector, aún esperan una respuesta por parte del Ejecutivo.
Los lugareños declaran que ya están cansados de escuchar tantas promesas y hacen un crítica exclusiva a los nueve diputados a la Asamblea Nacional (AN) que representan a la entidad aragüeña. “Ellos venían cuando estaban en campaña. Después de su juramentación no los hemos visto más”, sostuvo Rojas.En 2012, La Punta y Mata Redonda estaban entre ocho y nueve metros bajo el nivel del Lago de Tacarigua. En la actualidad, los vecinos del lugar desconocen en qué medida se encuentran.
En esas dos zonas la gente anda con el alma en vilo. Si no los inunda el agua, lo hace un horror sempiterno que se afianza al momento en que caen unas goticas. Duermen con un ojo abierto por temor a que se les llene de agua la casa y pierdan los pocos enseres que les quedan. Montar sus cosas en mesas y muebles para que no se les dañen es parte de su rutina de supervivencia.
[aesop_gallery id=”35448″]
Fotos: Miguel González
Participa en la conversación