Desde hace tres meses, vecinos afectados por el derrumbe de viviendas a orillas de la cárcava de Pinto Salinas, en Ciudad Guayana, esperan por las viviendas prometidas por la Gobernación de Bolívar.
Ciudad Guayana. A Angélica Pérez le prometieron una vivienda desde hace unos tres meses. Fue una de las afectadas por la cárcava del sector Pinto Salinas, en San Félix, estado Bolívar. Esta gran socavación que lleva más de 30 años, se agrava más cada vez que llueve.
En abril se desplomaron parte de dos viviendas. Semanas después otra fuerte lluvia dejó 12 viviendas afectadas, ocho en alto riesgo y cuatro en estado crítico, según el reporte de la Secretaría de Seguridad Ciudadana.
La gobernación de Bolívar prometió la entrega de viviendas a los afectados. Su último reporte dio cuenta de siete entregas en los sectores Curagua y la UD 338, en Puerto Ordaz.
Sin embargo, no todos quedaron conforme por la ubicación.
“Ellos (Gobernación) me enseñaron una casa para allá en la 338, pero les dije que era muy lejos”, dijo Angélica.
Aunque admite que le da miedo seguir viviendo junto a sus hijos una casa en riesgo por la cárcava en Pinto Salinas, insiste en no querer mudarse a una zona que considera demasiado lejos.
Este argumento suele repetirse incluso en familias vulnerables a inundaciones. No quieren mudarse porque la oferta de vivienda es un sector lejano a la zona donde viven desde hace años. Sin embargo, son hacia esas zonas consideradas lejanas donde el Gobierno tiene la mayoría de los proyectos de Gran Misión Vivienda Venezuela.
También se consideran los problemas de movilización en Ciudad Guayana y las zonas donde ni siquiera llega el transporte público.
Sin oferta de reubicación
Otras personas, en cambio, ni siquiera tienen una oferta de reubicación de vivienda aún. Es el caso de Marleni Marcano, otra de las afectadas por la cárcava de Pinto Salinas. Con las fuertes lluvias del miércoles 27 de septiembre, se desplomó otro pedazo de esa gran socavación.
“Nosotros hemos rellenado porque a mí no me han ubicado, ni tampoco me han dicho nada. Lo que vinieron a decirme es que si yo tenía para dónde irme, y yo de verdad no tengo para dónde irme. Entonces estamos esperando a ver qué nos dice la gente, qué van a hacer con nosotros. Hay una señora que ya tiene como dos o tres meses en un refugio y tampoco la han ubicado, otra que tiene 10 niños y tampoco”, relató.
Su casa está apenas a tres metros de la cárcava. Cuando llueve, se mantienen despiertos en la madrugada por si les toca desalojar de emergencia.
En el caso de Luis Alfredo López, su vivienda se derrumbó y apenas pudo recuperar unas láminas para hacer un ranchito provisional.
“Quedaron de venir a solucionar el problema y no han venido todavía. Incluso, hay unos vecinos que ya tienen casi tres meses en el refugio. Todavía no les han dado casa ni siquiera a ellos. Estamos a la espera, no han venido más para acá”, manifestó.
Los residentes que viven en alto riesgo temen que nuevas lluvias terminen por colapsar el terreno de la cárcava y derrumbe las viviendas que quedan a la orilla. Si bien hasta ahora no hay reportes de pérdidas humanas, este es el mayor temor de la comunidad.
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