La Consulta Popular promovida por la Asamblea Nacional ya se encuentra en curso y, de esta, quizás uno de los aspectos más “populares” es el trabajo que desde la comunidad realizan los líderes y activistas de base en los puntos itinerantes, agrupaciones que recorren zonas y urbanismos para permitir que aquellos que no cuentan con un teléfono inteligente o con acceso a internet puedan participar.

Caracas. La jornada comienza por una caminata por la Avenida Intercomunal de El Valle, lugar donde Luis, Osman, María y otros miembros de uno de los más de 100 puntos itinerantes activos en Caracas, se reúnen para dar inicio a su labor de apoyar a las personas que deseen participar en la fase digital de la Consulta Popular que impulsa la Asamblea Nacional.

Estos puntos fueron la respuesta que idearon la oposición y la sociedad civil para ayudar a todos aquellos que no pueden participar por sus propios medios en la fase digital de la Consulta Popular a que tomen parte del evento. Esas personas, junto con aquellas que no pueden o no desean asistir a la jornada presencial del 12 de diciembre, son las que se benefician de la labor de personas como Luis, Osman y María.

No es un trabajo remunerado y, de hecho, ni siquiera recibe apoyo económico, ni de ningún otro tipo por parte de la dirigencia de la oposición que acompaña al diputado y presidente (e) de la República, Juan Guaidó. Sin embargo, lo hacen con el gusto de saber que esta consulta pudiera ser un nuevo paso hacia un cambio político en Venezuela.

Desde la estación del Metro de Los Jardines, caminan y suben el cerro por la calle 13 bajo el sol del mediodía hasta entrar en una casa en donde ya hay otros residentes de la zona esperándolos para poder participar en la consulta.

Luis Cabrera, dirigente y líder comunitario, explica brevemente cómo será el proceso de participar de forma digital. Les dice que hay tres preguntas que se deben responder y que todo se hará desde Telegram. Es suyo uno de los dos teléfonos inteligentes que el grupo emplea para registrar a las personas.

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Luis Cabrera. Foto: Tairy Gamboa

Acá hay un equipo bien bueno, de todos los partidos políticos y de la sociedad civil. Estamos trabajando desde antes del 6-D con el volanteo y la información para que la gente no participara en el fraude, explica Cabrera.

Él narra que la labor de articulación de los puntos itinerantes, al menos para él y El Valle, comenzó desde hace dos semanas cuando no solo se planificó el volanteo de promoción del evento, sino que se realizó una repartición de territorio que cada grupo iba a cubrir. El objetivo es abarcar tanto terreno como sea posible, dice que hay muchas personas que no podrán asistir a la fase presencial de la Consulta Popular el 12 de diciembre.

“Hay muchas personas mayores, otras con enfermedades, personas que no podrán estar el 12 pero que quieren participar, para ellos se hace esto”, agrega.

“Ya yo me conozco las mañas y los errores”

Luis toma su teléfono y la cédula de Emilio, lo primero que hace es poner la cédula en una superficie plana para tomarle una foto que el bot (un programa automatizado) en Telegram va a pedir para poder validar la participación. Mientras lo hace, comenta que en el arranque de la fase digital ha habido varios problemas con el sistema, pero él, por ensayo, ya descubrió cómo burlarlos casi todos.

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Foto: Tairy Gamboa

“Muchas veces el problema es de la persona que por el propio entusiasmo de participar no lee bien las instrucciones y capaz pone la cédula con un punto cuando debe poner solo los números, cosas así pasan también con la fecha de nacimiento. Uno de los problemas es con la fotografía de la cédula, ahí se queda mucha gente porque cree que el sistema está intentando cargar la foto y no puede, lo que pasa es que si tiene brillo o el reflejo del flash de la cámara, no la acepta”, comenta.

Arranca el proceso y lo primero que hace Luis es explicarle a Emilio de qué va la consulta, luego le pide la cédula y la introduce, sin puntos y solo con números. Cada información de verificación que Telegram arroja en respuesta Luis se la lee a Emilio y también le muestra la pantalla para que este dé el visto bueno. Se procede hasta la parte de las preguntas.

Las preguntas son tres en total y la pantalla muestra una opción de “sí” y una de “no”, Luis las lee, pero se limita a sostener el teléfono para que sea Emilio el que marque las respuestas de su manifestación de voluntad. Dependiendo de la señal el proceso puede durar apenas un minuto, o puede durar hasta cinco.

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Luis Cabrera ayudando a un residente de El Valle a participar. Foto: Tairy Gamboa

La labor que hace Luis Cabrera nace, según sus propias palabras, “del entusiasmo”, un sentir que asegura tener no solo él sino toda la gente que se ha ido uniendo al proceso, esto a pesar de que no hay mucho apoyo desde la dirigencia opositora, solo instrucciones y orientación.

“Nos dan es el entusiasmo, más nada. Pero aquí nosotros nos damos nuestros propios recursos para seguir, tenemos un compromiso con Venezuela. Hay que verlo, con nosotros hay personas de 70 años caminando y echándole un camión por la parroquia”, dice con orgullo.

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Foto: Tairy Gamboa
Una labor que se va diversificando

Osman Graffe es otro de los miembros del punto itinerante que junto a Luis recorre la parroquia para informar y ayudar a la gente a participar en la fase digital de la consulta popular. Es uno de los miembros más motivados de todo el equipo y en su brazo derecho mantiene un recordatorio de por qué busca un cambio en el país, se trata de una fractura sanada de cuando en una protesta en Santa Mónica el 20 de abril de 2018 le dispararon en la extremidad, algo que hasta cierto punto todavía lo sorprende. “Yo solo estaba parado ahí y pasó”, dice recordando lo sucedido.

Osman explica que las jornadas comienzan muy temprano, “desde las 6:30 de la mañana hasta las 7:00” cuando finalmente se reúnen todos en la estación del Metro de Los Jardines. Él comenta entre risas que a veces esas jornadas pueden ser cortas o largas “no tienen horario”.

Ayer empezamos desde las 7:00, a esa hora ya estábamos en la estación del Metro volanteando, luego nos fuimos a un edificio de 22 pisos y ahí informamos a algunos vecinos del proceso. Estuvimos en esto como hasta las 11:00 que nos paró la lluvia, hubiésemos seguido, pero el clima no nos dejó, dice.

Uno de los puntos que él comenta del proceso de la Consulta Popular es que este se va “diversificando” en cuanto a las personas que lo organizan. Dice que son tantos quienes lo saludan pidiéndole que les explique cómo participar, como quienes se acercan pidiendo orientación para ellos mismos asumir la tarea de ayudar a que otros participen.

Es una tarea que se masifica siempre porque nunca falta quien se quiere sumar. Te preguntan cómo es el proceso para poder hacerlo ellos con sus familiares y amigos. Un líder de un edificio cercano ya me contactó, quiere que le detalle cómo se hace todo, cómo funciona Telegram para empezar él a movilizar gente en su residencia, explica.

Se trata de algo que lo complace pues, aunque lo que vaya a pasar con la Consulta Popular, sigue siendo un misterio, “se trata de colaborar en una lucha contra quienes tienen el país secuestrado”, aquellos para que Osman están ellos mismos “prisioneros dentro del propio poder”.

Los que participan gracias a los puntos itinerantes

Emilio Rodríguez tiene 72 años, vive en El Valle y es jubilado, dice que además está pensionado y eso le permite cobrar dos salarios mínimos al mes, un ingreso que quizás en otro país tendría peso, pero que en Venezuela no le permite, en sus propias palabras, “comprarse nada”, sino “apenas para masticar”.

Yo no puedo comprar cosas, no tengo teléfono inteligente, no lo puedo comprar. Tampoco conozco a nadie que me lo vaya a prestar, no hay muchos por la inseguridad, explica luego de haber participado desde el celular de Luis Cabrera.

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El señor Emilio Rodríguez participando en la Consulta Popular. Foto: Tairy Gamboa

El señor Emilio agradece la labor de los puntos itinerantes ya que cree que no podrá asistir a la jornada presencial del 12. Destaca además el sentimiento de seguridad de que toda la jornada se hubiese organizado en una casa, algo que lo hace sentir seguro.

“En los (puntos) itinerantes los amigos ponen una casa, uno se siente seguro. Se hacen estas reuniones y uno ve el proceso y cómo se hacen las cosas, tal cual como debería ser en una democracia”, expresa.

Para él, el proceso fue sencillo, dijo que es en parte “gracias a que la tecnología ha avanzado mucho”, lo describió como “fácil” y añadió que gracias a que es electrónico no se tiene que lidiar con tanto papeleo.

Una visión similar es la que expresó Gladys Margarita Vásquez de 55 años, quien fue otra de las que estuvo en la jornada del martes y dice que ella desde que se enteró de la Consulta Popular estuvo convencida de que iba a participar. La situación del país la obliga.

Participo porque quiero ver un cambio de Gobierno. Me da cosa ver tantos niños y adultos mayores pasando necesidad, uno no consigue nada. En las comunidades hay mucha indolencia por parte del gobierno que ofrece y ofrece, pero no cumple. Por eso apoyo a (Juan) Guaidó, para ver si esto cambia, comentó la señora Vásquez.

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Gladys Margarita Vásquez. Foto: Tairy Gamboa

Ella, como muchos otros, tiene la duda de qué pasará exactamente tras la consulta, pero asegura que tiene la fe de que esto sumará para un cambio. “Si esta es la ruta, toca apoyarla”.

Realmente espero que Dios meta las manos en el país, que le dé sabiduría a la dirigencia para que se solucione la situación, todos estamos pasándola mal, queremos soluciones y no más problemas. Tengo fe, asegura.


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