1600 maestras de Valencia tienen 4 años con sus casas mal equipadas por la corrupción

maestras

Angélica Flores recuerda que en 2018 las neveras de marca Haier costaban Bs 520.000 y por la reconversión el precio era de Bs 52. “Muchas maestras dejaron de comer hasta 15 días o un mes para pagar y algunos docentes tuvieron que hacerlo a crédito”.

Valencia. Casi cinco años lleva esperando un grupo de maestras para que les entreguen una nevera de 19 pies marca Haier y otros docentes una cocina o un aire acondicionado. Todos tienen en común que se inscribieron en un plan del proyecto gubernamental, Mi Casa Bien Equipada, pero siguen esperando la entrega.

Mileina Muñoz vive en Santa Rosa, municipio Valencia y la espera no es lo único que le molesta.

Es una burla. Que venga la ministra de Educación la semana pasada a hacer un protocolo de entrega y resulta que después nos dejan mirando lejos y no nos entreguen nada.¿Cómo se le llama a eso? Una burla”.

maestras
Las maestras se quejaron de la burla de la ministra de Educación, Yelitza Santaella. Foto: Armando Díaz.

Muñoz explica que el protocolo se realizó el jueves en la sede del Ipasme ubicada en la avenida Michelena, muy cerca de la zona industrial de Valencia. En el sitio se presentó la ministra de Educación, Yelitze Santaella, y de acuerdo con la entrevistada todo fue un simulacro. “Pura foto, pura cámara y luego a nadie le dieron nada”.

No recuerda cuánto pagó en el 2018 por la nevera de 19 pies, pero calcula que fueron 3700 bolívares. “Han cambiado tanto ese cono monetario que ya no estoy segura, pero si estoy segura de lo mal que me siento porque nosotras las maestras educamos a todos los que están en esos altos cargos”.

Se suponía que si la solicitud fue hecha en 2018 ese mismo año debió hacerse la entrega. Sin embargo, los años se acumulan en la espera y el Ipasme no da respuesta de los retrasos.

“Si esta protesta no surte efecto, iremos a Fiscalía, nos faltaría el Ministerio de Educación y Miraflores”.  El grupo de docentes manifestó su descontento este 21 de marzo en la sede del Ipasme en Valencia.

Ella se enteró de Mi Casa Bien Equipada por una compañera de la escuela en la que antes trabajaba y el grupo de inscritas fue aumentando. “Esa nevera nos la asignaron y la pagamos. No fue un regalo”.

Lamenta que tenga que estar mendigando por una nevera, pero no tiene tampoco para comprarse una. En el mercado una nevera cuesta entre $800 y hasta $3000. Muñoz opina que su sueldo es tan insignificante que no vale destacar, de hecho trabaja con manualidades. “Yo hago arreglos con globos y los vendo para todo tipo de eventos puedo ganarme desde $5 hasta $30 y eso me permite subsistir”.

maestras
Mileina Muñoz lamenta estar mendigando una nevera, pero no tiene recursos para comprarse una. Foto: Armando Díaz.

Con nevera todo, sin nevera nada

Belkis Lugo se levanta todos los días de madrugada, para ir al Ipasme. Sin carro y un transporte público eficiente esta educadora, sale a las 5:00 a.m de su casa en Ciudad Chávez al sur de la ciudad y camina hasta El Instituto de Previsión y Asistencia Social para el Personal del Ministerio de Educación.

“Llegué a las 9:00 a.m de primerita. Mis amigas me dicen que ya le puedo quitar el puesto a los vigilantes, pero es que me interesa mi nevera”.

Ella también está a la espera de la nevera de 19 pies y en medio de la protesta exige que abran los galpones en el que tienen la mercancía. Lugo a diferencia de otras maestras acude al Ipasme desde el 3 de enero. Ha hecho de todo para que se agilice el proceso, pero aún no ve soluciones. 

“A mi me asignaron una nevera y ahora nos quieren arreglar con lavadora o cocina. Yo quiero mi nevera y hay las neveras, porque yo  las vi el jueves y el viernes, pero se las dieron a la gente de los municipios Miranda y Montalbán, pero para Valencia no hay nada”.

De acuerdo con Lugo, fue la misma ministra Santaella que paralizó las entregas. Además, a esta educadora le informaron que en los galpones hay 5 gandolas que supuestamente se estaban llevando los electrodomésticos.

maestras
Belkis Lugo culpa a los “corruptos” por no poder reponer su nevera que se le quemó en un apagón. Foto: Armando Díaz.

Muchos le dicen que agarre lo que le ofrezcan, pero para ella no es una opción, puesto que desde hace siete años no tiene nevera, se le quemó en un corte de electricidad. “Se me quemó, quedó achicharradita”. Desde entonces le pide a sus vecinos que le den un espacio en sus neveras para enfriar sus cosas, pero ya ni eso, porque se cansaron.

Que no exista respuesta al respecto es culpa de los que ella llama “los corruptos”. Son los mismos que ella vio el jueves y el viernes dándole neveras a personas que no estaban en la lista. “Esos son los panitas”.

Lugo lleva horas parada, no se puede sentar porque tiene una inflamación en la pierna derecha, y de hecho se nota a simple vista por el tamaño de esta en comparación con la izquierda. “Eso es de tanto caminar y subir escaleras”.

No tiene pensado ir al médico hasta que le den su nevera, porque no quiere perder el espacio. 

A sus 45 años de edad, gana 7 bolívares mensuales. Tiene un hijo de 16 años y otro de 5, que la semana pasada estaban felices, porque pensaban que les darían la nevera, pero no recibieron nada.

Yo lo que sé es que arriba hay un Dios que lo ve todo. Ya no puedo colaborar más, pero solo me queda esperar”.

 

Las casas mal equipadas

Angélica Flores ha sacado el pecho por sus maestras. Es secretaria del Trabajo, Reclamo y Reivindicación del Magisterio carabobeño. En sus manos tiene las pruebas de lo ocurrido. Afirma que son más de 1600 docentes quienes esperan sus productos. 

Desde julio del 2021 este grupo de trabajadoras acudieron a la fiscalía número 13 del estado Carabobo a presentar la denuncia.

Flores recuerda que en 2018 las neveras de marca Haier costaban Bs 520.000 y por la reconversión el precio era de Bs 52. “Muchas maestras dejaron de comer hasta 15 días o un mes para pagar y algunos tuvieron que hacerlo a crédito”.

Para Flores el retraso se debe a factores: pandemia más la corrupción. Denuncia que en este tiempo de espera muchos docentes se fueron del país, exactamente 52 de ellos y a estos se les retiró el producto por “abandono de cargo”. “Esto no puede ser posible, porque ellos pagaron y eso debe ser subsanado”.

A su juicio la culpa es de los líderes del sector educativo que comprenden una larga cadena de mando en la que está involucrada la junta administrativa del Ipasme.


Participa en la conversación