Los vecinos están agobiados por el colapso de las torrenteras. Están llenas de todo tipo de desechos, emanan olores nauseabundos, sus aguas putrefactas socavan las aceras, muros perimetrales e inundan el parque infantil.

Caracas. En el sector El Ciprés II, de la parroquia Macarao, los habitantes viven de calamidad en calamidad. A pesar de estar organizados, de levantar informes y de ir a los organismos competentes, no consiguen que les resuelvan los problemas.

Uno de ellos es la amenaza de más de 20 árboles de eucalipto cuyas raíces ya están sobre la superficie, están muy altos y por la gravedad, las ramas están inclinadas.

Este jueves 28 de marzo, uno de los tallos cayó sobre el tendido eléctrico y ocasionó el corte de la energía, que recién acababa de llegar al sector luego de la falla generalizada que se vivió desde el lunes 25. Además de El Ciprés II, otros barrios como San Pablito, hacia Ruiz Pineda, se vio perjudicado.

Los vecinos se movieron rápidamente y lograron que una cuadrilla de Corpoelec fuera al lugar a reponer el servicio. Luego de cinco horas lo hicieron. La luz regresó a la zona y por lo menos uno de los problemas se solucionó.

No han tenido la misma suerte con los otros males. Félix Alberto, del consejo comunal El Ciprés II, contó que desde 2015 han hecho las diligencias pertinentes ante los bomberos y la Corporación de Servicios Municipales de la Alcaldía de Caracas. No queremos podar esas especies, pues no tenemos la tecnicidad para hacerlo y además nos pueden culpar de tala indiscriminada.

Las raíces de los árboles están levantando las caminerías.
Ya hay casas con los pisos agrietados.

Los árboles no solo están en la línea de inyección del tendido —que ya es la segunda vez que se ve afectado— también está dañando las escaleras, levantando muros y pisos, como los de la casa de Carolina Leoni; y es un peligro para la estructura de un prescolar que está en la parte baja del terreno. Sin contar que los niños están más vulnerados. Belkis Árias, directora del plantel, dijo que tiene informes desde el 2010, cuando eran 27 árboles. Ya quedan 20.

Carmen Peña y Ayarí Martínez mostraron el colapso de las torrenteras. Explicaron que las aguas se represan porque la cuneta que bordea el patio de talleres del Metro no recibe mantenimiento. Está repleta de sedimentación y maleza; en consecuencia, las aguas se regresan y se están empozando. Tanto es así que en el parque infantil hay pozos putrefactos y las tanquillas de las aguas servidas están a punto de reventarse.

Piden a la Corporación de Servicios Municipales que limpien las torrenteras.
Las aguas negras inundan el parque infantil.
Los vecinos temen que el muro perimetral colapse por las filtraciones.

Cuando hay agua por tuberías las calles se inundan por este mismo problema. Los vecinos deben caminar por encima de algunas piedras que colocan como caminos improvisados.

Piden la presencia urgente de las autoridades. Necesitan que la compañía Metro de Caracas limpie su canalización para las aguas de lluvia antes de que comience la temporada.

En la zona, el mal olor que emanan las torrenteras genera afecciones respiratorias en la población.

Las tanquetas de las aguas servidas están a punto de reventar.

Fotos: Mabel Sarmiento Garmendia


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