Un proyecto teatral lleva a Youtube las experiencias de Ligia Parra Jahn, Luisa Cáceres de Arismendi, Teresa Carreño, y Sor María de los Ángeles

Caracas. Ligia Parra Jahn espera que su novio la vaya a buscar. En una silla, revive los momentos en el que conoció a Joseba María Olasagasti. Pasan las horas, pero no llega.

Sin embargo, ella confía. Él no es impuntual, pero son los años cuarenta, y la ciudad empieza a estar congestionada por los avances de la época. Beneficio de la duda. 

Pero poco a poco, la mujer experimenta otros sentimientos. Al principio es risueña, cuenta los albores de un amor que la ilusiona por montones. El novio es un comunista, con sus ideas raras que a ella le hacen ruido, pero no le importa. Para ella, él es mucho más. Celebra su caballerosidad y las palabras bonitas al oído. Luego, desespero. 

La actriz Anakarina Fajardo es la encargada de interpretar a Ligia Parra Jahn, personaje de la vida real, de la Caracas de mitad del siglo XX. Una mujer que en 1948 asesinó a su novio. 

Es la protagonista del soliloquio Amor de página roja, perteneciente al ciclo Matria, del dramaturgo José Tomás Angola, y que desde mayo se puede ver en el canal de Youtube de la Asociación Cultural Humboldt, encargada de la producción ejecutiva. También está disponible en Play Ticketmundo. Sin costo. 

Son cuatro obras, de las que hasta ahora están disponibles dos. Las otras se estrenarán entre junio y julio. Cada una de ellas enfocada en mujeres de la historia del país: Ligia Parra Jahn, Luisa Cáceres de Arismendi, Teresa Carreño, y Sor María de los Ángeles. Algunos nombres conocidos, otros seguro son novedad para algunos. Y es la idea de este proyecto. Exaltar a esas figuras que han sido solapadas por otros personajes del monolítico panteón de la historia.

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Anakarina Fajardo interpreta a un personaje que conmocionó a la opinión pública. Cortesía Asociación Cultural Humboldt

Ligia Parra Jahn estaba embarazada. Joseba María no solo incumplió con su palabra de casarse, sino que planeaba huir del país. Una deshonra, aún más en la época.

Fue apresada, pero la condena generó todo un movimiento en su defensa. Muchas mujeres se vieron reflejadas en su tragedia. Una noticia que fue seguida por varios medios de la época, de acuerdo con lo que registra el libro The Human Tradition in Latin America: The Twentieth Century, de Judith Ewell y William H. Beezley, quienes muestran el seguimiento que hizo del caso la periodista Ana Mercedes Pérez en Yo acuso a un muerto y La sentencia Ligia Parra Jahn, ambas publicaciones de 1951. La escritora Elisa Lerner también se refirió a lo ocurrido en “La criminal peligrosidad de las rubias”, de su libro Crónicas ginecológicas (1984).

“Es una manera de honrar a esta figuras femeninas para que las personas puedan sentirse identificadas, a pesar de que estas mujeres vivieron espacios y tiempos distintos a los nuestros. Se habla de mujeres porque son cuatro las protagonistas, pero la idea es que todo el mundo puede hallar algo en estas historias. Son temas muy universales”, cuenta Anakarina Fajardo, protagonista del soliloquio que contó con la dirección de José Tomás Angola. 

Y es que Amor de página roja es un texto desgarrador sobre quien ve cómo las promesas y la ilusión se esfuman repentinamente; la traición, la deslealtad y el engaño como motor en combustión máxima, especialmente en unos años donde los valores y los juicios en la sociedad tenían otras dinámicas. 

La actriz, en complicidad con la cámara, registra cada transición de este personaje, en una ciudad con una modernidad incipiente, pero con los pesares y sentimientos de siempre. 

“Fue una conexión inmediata desde que leí por primera vez el texto en octubre de 2020. Me despertó una chispa interna. Se me aguaron los ojos y quise interpretarla desde ese momento”, cuenta la intérprete, quien agrega: “Hablamos sobre qué tan eterna puede ser la espera en una persona, y muy importante, sobre hasta qué punto una sociedad puede influir en ti para llevarte a cometer algo que tal vez nunca pensaste realizar. Es una gran reflexión”, agrega sobre Matria, un proyecto impulsado también por La Máquina Teatro y el grupo teatral Asklepión.

Dolor en el encierro

Matria también se remonta muchos años más atrás, y muestra a Luisa Cáceres de Arismendi, a quien se ve encarcelada, y con su bebé en brazos, muerto, en el castillo de Santa Rosa en La Asunción, Margarita. 

Vientre de tierra seca es el soliloquio sobre este personaje de la Independencia, apresada por los realistas como un intento de doblegar a su esposo, el general Juan Bautista Arismendi. Ya está disponible para el público. 

Es una ficción protagonizada por Silvia De Abreu, quien interpreta a una mujer que se va sumergiendo en el dolor por la pérdida. Reconoce que con la patria es imposible competir, y de él, su esposo, ya se sabe a quién eligió. 

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Silvia de Abreu interpreta a la joven apresada por los realistas en Margarita. Cortesía Asociación Cultural Humboldt

Pero hay que seguir, y aferrarse a esas pequeñas rendijas en medio de una guerra que roba todo, desde los pasos hasta el aire fresco, para luego dar su toque final en sus siniestras intenciones al vientre de Luisa Cáceres, quien en monólogo concluye que no hay mayor patria que las madres con sus hijos. Mientras los hombres se descuartizan como animales. 

La guerra, como una persona sin dientes, necesita gritar muy fuerte para que le presten atención. Y en ese conflicto es desdentado. El ruido resulta más ensordecedor, especialmente tras los barrotes. 

“Es una heroína de nuestra Independencia, pero no se le reconoce como tal. Me parece un honor aportar un grano de arena para que se conozca todo lo que hizo por nuestra patria”, comenta Silvia De Abreu.

Cuando llegó este papel a su vida, la actriz había sufrido una pérdida importante. La muerte que siempre ronda. “Es un monólogo con un requerimiento emocional muy alto. Es un sufrimiento constante, con sus curvas. No quería llevar mi problema personal en escena, pero me facilitó mucho entenderla en todos los aspectos. Tal vez, antes me hubiese costado conectarme más. Me ayudó a sanar cosas de una manera más rápida”, comenta sobre este soliloquio, que es dirigido por Elizabeth Yrausquín. Para Silvia De Abreu, el ciclo Matria despierta el sentido por el venezolanismo, además de abrir los ojos hacia la importancia de la figura femenina en la historia. 

Pianista universal

El 13 de junio de 1917 el periódico The New York Times publicó la noticia de la muerte de Teresa Carreño, a los 63 años de edad, ocurrida un día antes. 

La pianista y compositora había tenido una carrera prolífica. Llegó a ser solista de la Orquesta Filarmónica de Berlín. Dio decenas de conciertos en Estados Unidos y Europa. Llegó a tocar con Pedro Roberto José Quidant, Gioacchino Rossini y Franz Liszt, además de presentarse en la Casa Blanca durante la presidencia de Abraham Lincoln. Sus restos reposan en el Panteón Nacional, y uno de los complejos culturales más importantes de Venezuela lleva su nombre: el Teatro Teresa Carreño. 

Yo soy la Carreño es la obra del ciclo Matria que rinde homenaje a la artista. Bajo la dirección de Elizabeth Yrausquín y con Sandra Yajure como la pianista, esta pieza se centra en el ámbito privado de la caraqueña, quien se casó en cuatro oportunidades, en una de ellas con el pianista Eugéne D’Albert. Sus divorcios no fueron bien vistos. En una oportunidad, invitada por Antonio Guzmán Blanco para organizar en el país una temporada de ópera, fue boicoteada por la sociedad de entonces, de acuerdo con el Diccionario de Historia de Venezuela de la Fundación Polar.

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Teresa Carreño fue una célebre pianista que enfrentó no pocas situaciones adversas. Cortesía Asociación Cultural Humboldt

La obra se adentra en la relación con el músico alemán para tratar un momento en el que la profesión de ambos era considerada exclusivamente de hombres. Teresa Carreño tuvo que vivir con esa presión.

“Fue una mujer entregada a su carrera, al piano, con un talento inigualable, una genio que también intentó tener familia. Siento que no conocemos a ese personaje humano, madre, esposa, que también sufrió desengaño, desamores y que atravesó momentos económicos difíciles”, relata la actriz, que llegó a estudiar piano en el Conservatorio Simón Bolívar. La obra podrá verse a partir del 18 de junio en Youtube y en la plataforma Play Ticketmundo.

La monja poeta

Del terremoto en Caracas de 1812 la frase más célebre que se conoce es la adjudicada a Simón Bolívar. Esa que dice: “Si la naturaleza se nos opone, lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca”.

Pero ese sismo generó más líneas, y algunas de ellas son de María Josefa de la Paz y Castillo, caraqueña que tomó el hábito y pasó a llamarse Sor María de los Ángeles, autora de los poemas  “Anhelo” y “El terremoto”, los únicos que se conocen de ella. El primero se publicó por primera vez en 1892, mientras que el segundo, en 1979. 

Ángeles se llama el soliloquio dedicado a la religiosa y escritora que ingresó al convento de las carmelitas en Caracas. La actriz Camila González protagoniza esta pieza, dirigida por su escritor, José Tomás Angola, quien presenta una historia sobre la relación con Dios, la fe, el pecado, el castigo, el perdón y el dolor.

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Sor María de los Ángeles es un personaje en constante duda sobre su alrededor. Cortesía Asociación Cultural Humboldt

En esta ocasión se usó la técnica del chroma key para la puesta en escena. “Yo no conocía a este personaje. Quedé impresionada con ella cuando José Tomás Angola me la presentó. Es considerada la primera poetisa del país. Es un personaje que tiene muchas preguntas, que hace muchos cuestionamientos. Habla con ella misma y con Dios”, afirma la actriz sobre el monólogo que estará disponible el 2 de julio. 

“Todos en algún momento hemos estado perdidos, con dudas e incertidumbre, y le hablamos a eso que es más poderoso que nosotros para preguntarnos qué está pasando, hacia dónde ir. Sor María de los Ángeles es esa relación. Ella es como nosotros. Sufre, tiene dolor, y en su caso, solo tiene a Dios”, acota la actriz. 

Sobre Matria, la actriz Anakarina Fajardo concluye: “Con estas obras, la idea es que tanto hombres como mujeres conecten con experiencias vividas en siglos pasados. Darse cuenta de que no están solos. En la historia ha habido personas que enfrentaron adversidades, y puede que en situaciones mucho más inhóspitas que las que se atraviesan en el presente. Aún así, lograron salir adelante. Son temas universales, y se trata de dar un poco de esperanza en estos tiempos tan complicados”.


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