Aunque no ha habido inspecciones, los dueños y empleados permanecen a la expectativa. Mientras, los rumores se dejan escuchar sin filtros ni fundamentos.
Ciudad Guayana. Martes 21 de marzo. 8:00 p. m., Puerto Ordaz. En Alta Vista todo está calmado, sin embargo, en otros sectores de la ciudad cunde el miedo: “Están expropiando la Salto Ángel”.
Periodistas, curiosos y clientes frecuentes del local van a corroborar lo que Whatsapp, con detalles y hasta un audio furibundo, relata: la intervención de panaderías había llegado a Guayana. Y ese negocio, ubicado justamente allí, en Alta Vista, además de ser uno de los emblemáticos de la ciudad, estaba ahora en riesgo.
Pero el rumor quedó reducido a la nada: a esa hora, los clientes entraban y salían y los dueños y empleados, extrañados por la información, remataban la jornada para la hora de cierre. No había tal expropiación.
Quizás en Ciudad Guayana, ese día, quiso emularse lo que unos días antes había ocurrido en Caracas, cuando un grupo de vecinos de la avenida Baralt protestó en contra de la toma gubernamental de esos negocios.
La anécdota, más que engrosar el relato, ahonda en lo que ocurre al respecto entre el Orinoco y el Caroní: los panaderos no saben nada respecto de esta nueva medida estatal para acabar definitivamente con las colas por el pan.
Antonio Fernández, accionista de Pan de Oro, asegura que además de desinformación, lo que hay es miedo: miedo a que, de un plumazo, el Gobierno le robe lo que ha construido en 20 años de trabajo.
“Y nosotros, realmente, no nos sentimos representados por la Asociación de Panaderos de acá. Vimos que en estos días hubo una rueda de prensa, pero de allí, ¿qué más van a hacer? No sentimos que haya una solución”, dijo.
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Al menos
Pero Fernández explica que entre la incertidumbre ha habido un apoyo importante: el de los clientes que, pese a ver reducida la oferta y aumentados los precios, alientan a los negocios.
“La gente sabe cómo está la cosa en la calle porque va a buscar algo y no lo encuentra. Todos estamos en esto”, apunta para ejemplificar el irregular despacho de harina de trigo.
Raúl Salamanca, despachador en la panadería La Marquesa, también en Puerto Ordaz, señala que los anuncios gubernamentales recientes no han traído novedad al negocio, ni hay más harina ni ha habido visitas oficiales.
“Lo que llega aquí de harina es nada. Los dueños tienen que comprar por otras vías, como en Brasil, y, sin embargo, seguir haciendo pan dos veces al día”.
La situación se mantiene igual. Unos que otros rumores han generado las dudas y quitado el sueño a los panaderos en Ciudad Guayana. Y, cómo no, a los clientes que están seguros de que con expropiaciones no verán más el pan.
Fevipan señaló en días pasados que 80 % de las panaderías no cuentan con harina de trigo. Las molineras han bajado la producción porque no tienen trigo, que es importado solo por el Estado.
Foto: Marcos Valverde
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