Desde hace seis meses está dañada la máquina que realiza cateterismo en el HUC

Los pacientes cardiológicos buscan ingresar al Hospital Militar o al Pérez Carreño para operarse, pero la respuesta es negativa en ambos centros de salud. En el Pérez Carreño la lista de espera es “muy larga”, dicen los pacientes.

Caracas. “Desde hace seis meses está dañada la máquina para hacer los cateterismos. Me dijeron que eso [la operación] también la hacen en el Hospital Militar, ya fui para allá pero no me dan respuesta. También fui al Pérez Carreño y me anotaron en una lista, pero no me dijeron cuándo me podían operar porque tienen demasiada gente en espera”, relató Rafael Toyo, uno de los pacientes de la sala general de hospitalización del servicio de cardiología del Hospital Universitario de Caracas (HUC), que tiene 12 camas y nueve están ocupadas por pacientes que esperan con incertidumbre el día de su operación.

Toyo ingresó el pasado domingo debido a que sufrió un paro cardíaco. Dijo que un familiar acudió al Hospital Militar para saber qué se necesitaba para ser operado en ese centro de salud, pero la respuesta fue negativa: “Le dijeron que solo ingresaban a militares. Más nadie”.

Un doctor del HUC le comentó que otra opción podría ser el Hospital Pérez Carreño, pero en este centro asistencial ya no se dan abasto para todas las personas que esperan desde hace varios meses su turno para una intervención.

Pacientes no saben cuando podrán ser operados mientras sus patologías empeoran.

La sala general donde está Toyo es espaciosa y grande, pero no existe la privacidad de una habitación. Si él voltea a su alrededor observa a cada uno de los demás pacientes hospitalizados.

El 14 de marzo del año en curso, Armando Crespo, de 59 años, ingresó a la sala de hospitalización del Hospital Universitario. Ese día sentía fuertes puntadas en el pecho que casi no le dejaban respirar. No aguantaba el dolor. Los médicos cardiólogos le dijeron que debía realizarse un cateterismo, pero en el HUC no lo podrá hacer, a menos que reparen la máquina que lo podría operar.

Crespo es uno de los más de 10 pacientes que no tiene la certeza de saber cuándo podría ingresar al quirófano para que le realicen un cateterismo. Solo lo cuida su hijo, que le lleva comida y lo acompaña cuando sale del trabajo. Ni el señor, ni su hijo tienen empleo fijo. Crespo tampoco cobra su pensión.

Los familiares de los pacientes deben llevar hasta el agua potable.

“Yo vivo en Santa Teresa del Tuy, estado Miranda, allá vivo en un cuartico solo y alquilado”, comentó el anciano, que no tiene empleo desde hace seis meses.

Rafael y Armando se quejaron del aseo de los sanitarios. “A lo mejor no es culpa de quien limpia, sino que no hay insumos para limpieza. Le toca asearlo a nuestros familiares. De paso lo usan pacientes, enfermeras, doctores, en fin, el que sea pasa y hace sus necesidades ahí” (sic), dijo la esposa de Rafael.

Caer en cama en un hospital de Caracas es estar a la buena de Dios. Ni la comida está garantizada. Las raciones que reciben del comedor del HUC son muy pequeñas para lo que debe consumir una persona en tratamiento médico.

El baño lo limpian los familiares de los pacientes.

Fotos: Francisco Bruzco


Participa en la conversación