Mientras trabajadores del sector esperan permiso sigue prohibido bañarse en playas del Litoral

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Si bien abrigan esperanzas en la pronta reapertura de cuatro balnearios playeros en semanas flexibles, esta decisión pasa por la Comisión Presidencial para el Control y Prevención del COVID-19. De manera que se mantiene vigente la restricción de bañarse en ensenadas marinas y asistir a sitios públicos en tiempos de pandemia, según el decreto regional 0043-2020 de la Gobernación de La Guaira.

La Guaira. Aunque la Asociación de Prestadores de Servicios Playeros y la Cámara de Turismo Playero entregaron al ministro de Turismo, Félix Plasencia, una propuesta de reactivación parcial de sus actividades, se mantiene vigente el decreto regional que prohíbe bañarse en las playas en el Litoral Central.

Desde finales de marzo de este año, el decreto número 043-2020, suscrito por el gobernador Jorge Luis García Carneiro, ha impedido a los trabajadores playeros desarrollar sus labores de atención gastronómica y logística en los balnearios marinos.

El cumplimiento de este instrumento jurídico ha recaído en los agentes de las policías regional y municipal, que durante las semanas de confinamiento han sancionado a miles de infractores, entre ellos trabajadores playeros que procuran “vender alguito para llevar comida a la casa”.

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Los trabajadores playeros le han comunicado al ministro de Turismo las penurias por las que están pasando. Foto: Cortesía de la Gobernación de la Guaira.
Plan piloto

El fin de semana pasado, integrantes de los mencionados gremios se reunieron con el ministro Plasencia y el director del Instituto Regional de Turismo, Ernesto García, para consignar un petitorio que autorice, en el menor tiempo posible, la habilitación de sus servicios de comida y afines en las playas Candilejas y El Yate, en Catia La Mar y Caraballeda, respectivamente, así como en los balnearios de Camurí Chico y Naiguatá.

El plan piloto contempla la adopción de medidas de bioseguridad para los empleados del área y los turistas, en medio de un permiso de labores en las semanas flexibles, entre las ocho de la mañana y las dos de la tarde.

Tras el encuentro con el ministro en Camurí Chico, los interesados organizaron “un simulacro controlado” para demostrar que su propuesta está acorde con el distanciamiento social, a través de la colocación de los toldos y sillas en las arenas. Igualmente, exhibieron el equipamiento de protección (guantes, mascarillas oculares y tapabocas) de los meseros y otras personas vinculadas a los quioscos gastronómicos.

Los dirigentes de la aludida asociación explicaron a Plasencia que sus agremiados viven penurias y han recurrido al apoyo de algunos familiares, pero que “ya no pueden más”.

También pidieron el otorgamiento de créditos bancarios para paliar su situación, al tiempo de aguardar por el voto de confianza de la Comisión Presidencial para el Control y la Prevención del COVID-19.

Mientras tanto, en los dos primeros días de una nueva semana de cuarentena radical, funcionarios de la Policía del municipio Vargas desalojaron a 115 personas en playas del oeste de la entidad federal. En esta oportunidad, no hubo multas pecuniarias. Solo tuvieron que escuchar una charla preventiva sobre el virus antes de regresar a sus hogares.


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