Solo para recolectar la cosecha de maíz en el estado Portuguesa se requieren alrededor de 30 millones de litros de gasoil. La falta de combustible y factores climáticos amenazan con reducir en 20 % el rendimiento de ese rubro y que miles de hectáreas se queden sin siembra en este período de verano.

Caracas. Retrasos en la cosecha de los principales rubros agrícolas y el temor a no poder iniciar el período de siembra son el principal dolor de cabeza de los productores desde hace un mes, cuando volvió a notarse la escasez del combustible tipo diésel en las zonas agrícolas.

En las últimas semanas la actividad que desarrollan los productores agrícolas está, en algunos casos, hasta paralizada. La falta de diésel no es algo nuevo en el sector y es un problema que se remonta a hace, al menos, cinco años; sin embargo, la contracción económica del país y la cercanía de la temporada navideña pone en alerta a más de un productor.

La cosecha va a paso de morrocoy. La semana pasada apenas avanzamos 10 % y se ha cosechado 60 % del maíz del estado Portuguesa, un avance muy lento tomando en cuenta que en este momento ya deberíamos estar terminando de cosechar, asegura Ramón Bolotín, productor y directivo de la Confederación de Productores Agropecuarios (Fedeagro).

La actividad agrícola se desarrolla en 17 estados del país y todos se ven afectados por la situación crítica con el combustible, pero en Portuguesa cobra mayor importancia al ser el principal estado agrícola. 

Bolotín afirma que en la segunda quincena de septiembre, cuando empezaron a disminuir las reservas de diésel en las fincas y unidades de producción, los productores alertaron que el despacho no se hacía en suficientes cantidades. El gobierno regional aumentó el despacho de 13 a 23 gandolas diarias, “pero ese plan se quedó corto”, asegura el productor.

Caña y arroz también requieren diésel

Desde que se empezó a notar la gravedad de la escasez de diésel, Fedeagro coordinó reuniones con altos funcionarios del Gobierno, así como con el Ministerio de Petróleo y la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa). 

El presidente de Fedecámaras Portuguesa, Osman Quero, asegura que solamente para la recolección de la cosecha de maíz y el acondicionamiento de las plantas en esa entidad solicitaron alrededor de 30 millones de litros de gasoil, durante todo octubre y la primera quincena de noviembre.

Eso es solamente para recoger la cosecha de maíz que se tiene en el estado, pero ya a partir del 15 de noviembre entra la caña y la caña también tiene otras necesidades de gasoil, porque hablamos de una molienda de más de cuatro millones de toneladas que requerirá mucho gasto de combustible, dice Quero.

El productor añade a los requerimientos la cosecha de arroz que ya está en curso y que también requieren cantidades importantes de diésel, cifras que también le entregaron al Gobierno. Cabe destacar que, solo en Portuguesa, se produce la mitad del maíz y el arroz del país.

El estado Portuguesa, el año pasado, tuvo un promedio de producción de 4500 kilos de maíz, pero este año estamos esperando, por el gasoil y factores climáticos, una caída de 20% en los rendimientos, dice Ramón Bolotín, directivo de Fedeagro.

Siembra en riesgo

La siembra de nuevos cultivos también corre el riesgo de retrasarse o, incluso, no hacerse en el momento previsto. Bolotín afirma que a estas alturas del año ya debió haberse sembrado 50 % de las 120.000 hectáreas disponibles para el período de verano, pero hasta ahora el avance es de solo 5 %.

Osman Quero, de Fedecámaras, señala que al entrar en el período seco “hay que aprovechar la humedad que está en los suelos para que se pueda sembrar y la semilla pueda germinar”. Si la siembra se prolonga, puede reducirse la cantidad que se vaya a cosechar.

Es indispensable que el suministro de combustible se realice de manera oportuna para evitar consecuencias, no solamente en pérdida de cosechas, sino también en que no podamos prepararnos para el próximo ciclo y no se puedan sembrar los rubros de esta temporada, asegura.

A largo plazo, Quero advierte que los efectos podrían notarse en el abastecimiento de algunos rubros y en el deterioro de la situación económica de habitantes de estados productores que dependen de esta actividad.

El dato

Ramón Bolotín estima que para las siembras de verano de ajonjolí, frijoles y girasol, solo en el estado Portuguesa, se requieren 12 millones de litros de combustible. Entre todas las labores de campo mecanizadas que requiere el proceso de siembra, se necesitan alrededor de 100 litros por hectárea.


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