Un estudio del Observatorio Venezolano de Seguridad Alimentaria y Nutrición revela que 90,7 % de los hogares vive entre inseguridad alimentaria severa, inseguridad alimentaria moderada y seguridad alimentaria marginal.
Caracas. La prolongada crisis institucional y económica ha ubicado a Venezuela entre los países más pobres de la región. El trabajo de nutricionistas, ONG y expertos en seguridad alimentaria ha logrado que el gobierno de Nicolás Maduro permita la entrada de actores que brindan asistencia humanitaria. El 19 de abril el Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés) firmó un acuerdo para proveer comidas escolares en el país a 1,5 millones de niños.
A medida que la crisis se acentúa, más hogares padecen los efectos. Un estudio del Observatorio Venezolano de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Ovsan) presentado este jueves revela que 90,7 % de los hogares vive entre inseguridad alimentaria severa, inseguridad alimentaria moderada y seguridad alimentaria marginal. La mayoría aplica estrategias de sobrevivencia, no tiene acceso a una alimentación balanceada y la mitad de los encuestados dice que camina para ahorrar pasaje y poder comprar alimentos.
En febrero de 2020 el Programa Mundial de Alimentos advertía que 9,3 millones de venezolanos estaban en inseguridad alimentaria.
El observatorio asegura que su investigación fue realizada entre diciembre 2020 y febrero 2021 y que usó la evaluación de seguridad alimentaria en emergencia (ESAE) del WFP. Además, señalan que entrevistaron a 6660 personas de 2041 hogares (1023 urbanos y 1018 no urbanos) distribuidos en los 24 estados del país. “Se visitaron los hogares no fue una evaluación por vía telefónica”, apuntó la abogada Delsa Solórzano –diputada a la Asamblea Nacional de mayoría opositora que legisló entre 2015 y 2020– quien presentó los resultados.
La evaluación encontró que 83,2 % busca sitios con menores precios, 50 % camina para ahorrar pasaje y poder comprar comida y 38 % hace cola para comprar los alimentos. El alto costo de bienes esenciales en un país en hiperinflación impide su acceso. El Ovsan también señala que las fallas constantes de los servicios públicos encarecen el precio de los alimentos y aumentan la inseguridad alimentaria.
La situación es dramática en los hogares cuando se les pregunta si consumen carnes. Un 69,9 % dijo que nunca come carne de res, 92,8 % nunca come vísceras y 86,3 % no come pescados. Los alimentos más consumidos son las harinas y carbohidratos 98,9 %, un 84 % come grasas, 83, 9 % consume azúcares y 79,5 % dice comer tubérculos.
La alimentación es poco variada y de baja calidad nutricional, lo que afecta la salud física y mental de las personas”, se lee en la investigación de Ovsan.
La mayoría no cuenta con reservas de comida en el hogar, pues 74 % de los entrevistados manifestó que los adquiere día a día. Además, 56 % gasta sus ahorros para poder comprar alimentos, 55 % restringe el consumo de comidas, 44 % trabaja con pago en alimentos y 43 % decide reducir los gastos en salud y educación para priorizar los alimentos.
Cáritas Venezuela, una organización que brinda asistencia a las comunidades, recoge en un monitoreo elaborado entre abril y julio de 2020, que la desnutrición global en niños menores de cinco años era de 14,4 % y que hubo un incremento de 73 % en la desnutrición global durante la pandemia.
Solórzano recordó que la Constitución establece garantizar el derecho humano a la alimentación y a la seguridad alimentaria de los venezolanos. Sin embargo, la mayoría de los sectores de la sociedad civil lleva años luchando por mejores salarios, que cubran las necesidades. En el estudio hubo personas entrevistadas que dijeron tener hasta ocho trabajos en un día para poder comer.
Otros datos
- 17 % acepta empleos riesgosos solo para poder comer
- 76 % comió alimentos menos preferidos o más baratos
- 58 % redujo el tamaño de las porciones
- 51 % pidió alimentos o dinero para poder comprarlos
- Solo 9 % está en seguridad alimentaria, quiere decir que puede cubrir necesidades básicas de salud, educación y alimentos.
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