En Caracas las ofertas de varios productos por un dólar atraen a quienes ven el monto “asequible”, los que aprovechan para cambiar billetes de $10 o $20 por los de baja denominación o hasta gastar los pocos bolívares que les quedan antes de que se devalúen.

Caracas. Cuando Handerson Silvera comenzó a dedicarse a ser “charlero” en los vagones del Metro de Caracas, a mediados de 2016, Venezuela estaba rumbo a iniciar un proceso de hiperinflación sin precedentes y la crisis del efectivo empezó su curso. “Los precios de la mercancía subían de un día para otro y hasta yo mismo me enredaba todo cuando decía las ofertas”, recuerda.

Ahora, al igual que buhoneros como él y otros comerciantes informales, en su paso por vagones y unidades de transporte público la palabra “dólar” no puede faltar al ofrecer las chupetas, caramelos y chocolates que vende.

No hay bolívares en efectivo. Si digo que son tres chocolates por dos millones de bolívares, la gente no se interesa, pero al llevarlo a un dólar, muchos lo piensan”, dice Henderson, quien vende sus productos en el eje Plaza Venezuela-Chacaíto-Las Mercedes.

El bolívar pasó al último plano en las transacciones. Las ofertas del comercio informal en dólares incluso “desaparecen” si el cliente decide pagar con punto de venta o pago móvil. Un chichero en el bulevar de Sabana Grande, por ejemplo, ofrece tres chichas por un dólar, pero en moneda nacional la unidad más pequeña cuesta 800.000 bolívares.

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En Sabana Grande abundan las ofertas de más de dos productos por un dólar, entre ellos chichas, tostones y hasta ropa usada o de segunda mano. Foto: Luis Morillo

Venezuela acumula siete años en recesión y tres en hiperinflación, razones que han llevado a una disminución de empleados públicos y privados, y un aumento del trabajo por cuenta propia (45 % de la ocupación laboral), según la Encovi.

Ganar-ganar

Gerardo, de 65 años, atiende un pequeño puesto de frutas en el este de Caracas y cuenta que las personas aprovechan sus ofertas, como la de “2 kg de cambur por $1”, para ahorrar dinero, pues en mercados y puestos formales ese mismo precio puede ser el de un solo kilo.

Aunque dice que, en su caso, las personas suelen comprar en bolívares porque tiene punto de venta, a diferencia de comerciantes cercanos que solo ofrecen pago móvil y dólares en efectivo como métodos de pago. él empezó a ofrecer el punto porque las transacciones son más rápidas y no siempre tiene cambio.

Mientras que Cristina* (pidió no revelar su verdadero nombre), quien tiene un puesto de pastelitos cercano al de Gerardo, menciona que tiene poco tiempo con su pequeño negocio, pero que las ofertas de tres pastelitos y dos jugos por un dólar le han servido para captar clientela fija.

También tenemos punto y tengo clientes que vienen dos o tres días a la semana, compran en bolívares y así guardan los dólares para otras cosas. Yo la oferta por un dólar la pongo más que todo como referencia, porque ahorita es difícil conseguir ese billete”, explica.

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Foto: Luis Morillo

Las ofertas de plátanos no se quedan atrás y ya se volvió común escuchar a los vendedores ofrecer entre 12 y 15 plátanos por un dólar en varias zonas de Caracas, un precio atractivo tanto para ellos como para los clientes.

A cada cesta de plátanos que vende Miguel Espinoza y su familia en San Martín puede sacarle hasta el doble de ganancia gracias a la oferta, meta que suele lograr, pues la cesta la adquiere a entre 5 y 6 dólares y, vendiendo 15 plátanos por un dólar, calcula que despacha la cesta a entre 10 y 12 dólares, dependiendo del tamaño del producto.

“Son precios atractivos para los clientes porque, si lo comparas con Quinta Crespo que en cuatro plátanos gastas Bs. 1,5 millones, notas la diferencia”, dice Miguel.

En busca del vuelto para el pasaje

Así como Henderson, las ofertas por un dólar son la primera forma de captar clientes de Christopher, quien vende chucherías en camioneticas de la avenida Francisco de Miranda, en Caracas. Sin embargo, la estrategia la aplica al tiempo que exclama “¡Sí hay cambio en divisas!” al pasar por los pasillos.

La escasez de billetes de baja denominación también impulsa sus ventas. “Hay gente que compra mis productos solo por necesitar billetes de $1 o $5, que los necesitan más que todo para el pasaje”, dice, y recuerda que eso también ocurrió cuando salió el billete de 10.000 bolívares y el más cercano era el de Bs. 500, que para entonces ya empezaba a escasear.

Cifras del BCV reflejan que al 29 de enero de este año solo había 2 % de dinero en efectivo en manos del público, lo que genera una escasez de billetes que amenaza con llegar a su punto más crítico. La firma Econoanalítica calcula que cerca de 60 % de las transacciones comerciales en el país se hacen con monedas extranjeras.

Fotos: Luis Morillo.


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