“Uno vive con un susto en el estómago cuando no se cumplen las diálisis”

Pacientes renales: "Uno vive con un susto en el estómago cuando no se cumplen las diálisis"

La vida de más de 170 pacientes renales se ha visto comprometida por la falta de agua en la Unidad de Nefrología Vida y Salud, la única operativa en Ciudad Guayana.

Puerto Ordaz. En las últimas dos semanas, el suministro de agua es una de las preocupaciones de pacientes renales en el estado Bolívar. Hay días en que ningún paciente logra dializarse, o al menos uno de los tres grupos que dializan diariamente.

En Ciudad Guayana solo queda operativa la Unidad de Nefrología (Uninef) Vida y Salud, luego de que cerrara el 11 de septiembre de 2020 la Unidad de Hemodiálisis y Diálisis Peritoneal Jesús de Nazareno. Allí se dializan un total de 172 pacientes, divididos en tres grupos diarios y semanales.

Carmen es esposa de uno de ellos. Contó a Crónica.Uno que el martes 23 de marzo solo se dializó uno de los tres grupos del día, y por dos horas, cuando cada paciente requiere de tres horas y media de diálisis. Se acabó el agua y no pudieron seguir con el resto.

Uno vive con un susto en el estómago cuando no se cumplen las diálisis porque es un día menos de vida. Es una bomba de tiempo”, lamentó.

Denunció que además de la irregularidad en el suministro de agua que impide el funcionamiento de las máquinas de diálisis, las paredes de este centro de salud están llenas de moho. Esto contribuye a la proliferación de bacterias y un riesgo de enfermedad para el paciente.

El personal hace un esfuerzo sobrehumano. Las enfermeras llegan a las 4:00 a. m., para atender los tres turnos de los pacientes”, destacó.

40 dólares por una cisterna

La tarde del miércoles 24 de marzo, la Gobernación de Bolívar mandó un camión cisterna para la Uninef de Puerto Ordaz, luego de las denuncias de los pacientes de que una vez más se quedarían sin diálisis por falta de agua.

Pero esto no siempre ha sido así. Una paciente renal de esta unidad señaló que en ocasiones les ha tocado a ellos y sus familiares costear una cisterna, que está por el orden de los 40 dólares por 50.000 litros de agua.

Eso lo tenemos que pagar entre los pacientes y a veces no tenemos, ni siquiera para comprar nuestros insumos. Gracias a Dios, que con las denuncias que hemos hecho, no nos ha vuelto a faltar nada en cuanto a los insumos para las diálisis, aseguró una paciente renal de la Uninef de Puerto Ordaz.

El miércoles pasado, de los tres grupos que diariamente acuden a su cita, solo se pudo dializar uno de los turnos. El problema: falta de agua.

Eso es horrible. Perder una diálisis es que nuestra sangre se contamine, advirtió.

Una odisea

A esta unidad no solo acuden pacientes de Ciudad Guayana, sino de Upata, Ciudad Bolívar y El Dorado.

Hace 15 días estábamos en la diálisis y comenzando a dializar, ya no había agua y se perdió esa diálisis y todo el material. En cada paciente es distinto, pero es un peligro porque las toxinas no las liberamos y contaminan el corazón y el cerebro, porque no las expulsamos por la orina, comentó Maigualida Tovar, paciente renal.

Ella era una de las pacientes renales que se atendía en la unidad que cerró sus puertas en septiembre del año pasado. Además, durante los primeros meses de cuarentena, estuvo aislada en el hospital doctor Raúl Leoni por dar positivo de COVID-19 en una prueba rápida. Allí pasó una semana sin recibir su diálisis. La presión en redes sociales sirvió para que la atendieran hasta que pudo regresar a su casa, cuando la PCR confirmó que no estaba contagiada.

Estos descontroles le perjudicaron más su salud y ahora sufre de convulsiones. En el caso de Maigualida, lucha por recibir un trasplante de riñón.

En medio de la pandemia, estos 172 pacientes renales padecen también de la restricción en el suministro de gasolina. En las estaciones de servicio priorizadas se les permite abastecerse de solo 20 litros de gasolina a la semana.

Son 20 litros que deben rendir tres días de diálisis, más diligencias diarias para alimentación y salud. Es por ello que los pacientes se organizan para ir hasta tres de ellos en un mismo vehículo, y rendir así el combustible.

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