De acuerdo con el politólogo Enderson Sequera, la importancia que la población le da a la corrupción y la incapacidad del mandatario Nicolás Maduro de llegar a nuevas audiencias para la elección del 2024, podría haber sido el motivo por el cual se dio inicio a una “purga” dentro del chavismo.

Caracas. En la madrugada de este miércoles, 29 de marzo, se inició el proceso judicial de más de 20 implicados en la trama de corrupción, que desde el Ministerio Público se ha bautizado como “PDVSA/Cripto”.

De acuerdo con lo señalado por Tarek William Saab, en total presentaron en una audiencia 10 empresarios, 9 funcionarios públicos, 3 jueces y 1 exdiputado. Todos con algo en común: vínculos directos con el chavismo y todos ahora condenados desde la opinión por el oficialismo por hechos de corrupción.

Esta no es la primera ocasión en la historia del chavismo en la que funcionarios son apartados por presuntos hechos de corrupción, forma parte de una narrativa que anteriormente se impulsó con otros nombres como Rafael Ramírez (expresidente de PDVSA) y Luisa Ortega Díaz (exfiscal general de la República).

A juicio del politólogo Enderson Sequera, el timing de esta “purga”, que se ha llevado a funcionarios como Joselit Ramírez y Hugbel Roa y ocasionó la renuncia del ministro del Petróleo, Tareck El Aissami, es difícil de determinar. El objetivo no tanto.

Uno de los motivos es buscar que este tema de la lucha contra la corrupción sea un paraguas central que inicie una movilización para la campaña. Maduro entiende que será complicado llegar a nuevas audiencias, parece que la lectura es asegurar el voto duro de su base y uno de los métodos es esta lucha contra la corrupción y comprar así más confianza para los ciudadanos, explicó.

Mensaje

Referente a la figura de El Aissami, el politólogo dijo que llama la atención que esta “purga” haya costado el cargo al ministro del Petróleo, que proyectaba en los medios oficiales una de las mejores gestiones. Sin embargo, aseguró que posiblemente por su “peso” dentro del chavismo desde la cúpula oficialista se le escogió como objetivo de este proceso, a pesar de que no existen aún cargos en su contra.

En los últimos años el chavismo ha ejecutado la estrategia de entregar mandos medios para salvar a los altos mandos, a los líderes. Esto ha pasado con la CPI para tratar de salvar a los altos mandos de una condena. Sin embargo, con un tema tan complejo como la corrupción siento que ellos sienten que ya no les funciona entregar un nuevo “chinito” de Recadi, que tienen que entregar un peso pesado para su base electoral, añadió.

Sequera, aseguró que Maduro envía un mensaje claro de que si se cruza una línea roja, o se acumula demasiado poder, se puede pasar de victimarios a ser víctimas. Agregó que esto es lo que pasa con los funcionarios y empresarios, al igual que con El Aissami,

Este mensaje se envió con Rafael Ramírez, con Luisa Ortega Díaz y con Raúl Baduel, agregó.

Referente a qué ocurrirá con El Aissami, Sequera detalló que es necesario esperar a ver el trato que se le va a dar, desde el gobierno de Maduro, para poder tener una idea clara de qué pasará con él. Una cosa es que sea desplazado del poder, y que pase a ser un actor de perfil bajo, y otra que salga como Hugbel Roa, con un mono naranja y preso.

Finalmente, Sequera destacó que si bien existe un riesgo de que se genere una fractura en la coalición dominante por esta acción dentro del chavismo, es un riesgo que desde el alto poder “valoran que vale la pena y vale los costos para iniciar la campaña con la bandera de la lucha contra la corrupción”, esto sin contar el estado de debilidad dentro de la oposición.

Si la oposición no estuviera en sus contradicciones propias, podría ser un buen momento para capitalizar esta división dentro del chavismo. No habrá una fractura dentro de la coalición dominante porque la oposición no parece saber mucho del tema y no cuenta con un movimiento que pueda capitalizar lo que está pasando.


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