Si la APR muerde los votos del chavismo descontento molestará los planes del PSUV

alternativa popular revolucionaria

Félix Seijas y Nicmer Evans sostienen que el hostigamiento contra los candidatos de la Alternativa Popular Revolucionaria intenta frenar más disidencias en el oficialismo. El reto de la APR es lograr que los chavistas descontentos con Maduro vean esa tarjeta como una opción distinta al PSUV. Aclaran que la APR no podría quitarle escaños al PSUV de manera directa, pero al morder sus votos beneficiaría a la “oposición mejor organizada”, en detrimento del PSUV.

Caracas. Entre el 11 de agosto, cuando se presentó la Alternativa Popular Revolucionaria como una alianza oficialista pero disidente del Gran Polo Patriótico, hasta el día de hoy se han registrado ocho actos de acoso contra sus candidatos a la Asamblea Nacional.

Además, el TSJ le quitó las tarjetas a tres de los doce movimientos y partidos nacionales que la integran: PPT, Tupamaro y Compa, y se las entregó a dirigentes que se comprometieron a participar en la votación convocada para el 6-D pero en “alianza perfecta” con el PSUV.

La naturaleza de los ataques contra la APR hasta ahora son del tipo escarmiento: detenciones arbitrarias pero breves, despidos de empresas del Estado revertidos en 48 horas, golpizas callejeras con mensajes intimidantes, allanamientos sin orden judicial y, como ya se mencionó, el acoso judicial.

Sin embargo, llama la atención el foco sobre quienes hasta hace unos meses eran aliados del PSUV, sobre todo si se toma en consideración que ni juntos ni por separado se trata de movimientos que en el pasado hayan movilizado grandes cantidades de votos.

En otras palabras, en principio el PSUV no tendría qué temer por la migración de votos de su tarjeta hacia la del PCV, que al final fue la única que pudo inscribirse en representación de todas las demás que integran la APR.

Tampoco las encuestas que han venido reflejando el descontento de los chavistas con la gestión de Nicolás Maduro en los últimos 18 meses, muestran un porcentaje de disidencia potencial que amenace con desbancar al PSUV como el principal partido político. Pero si la APR lograra capitalizar a los chavistas descontentos con Maduro, entonces sí podría amenazar los planes de dominación absoluta del PSUV en la AN.

Un cálculo matemático-político que le diera señales al PSUV de que ni siquiera aplicando la normativa electoral dictada por los rectores del CNE le aseguraría al menos los dos tercios de la AN, podría ser la razón del hostigamiento contra los candidatos de la APR.

Candelita que se prenda

Si vemos los números obtenidos por los tres principales partidos de la APR en las dos últimas elecciones parlamentarias, las de 2010 y las de 2015, encontramos que en 2010, del total de 5.265.939 votos que obtuvo el Gran Polo Patriótico, el PCV tan solo aportó 147.043 votos. Mientras el PPT, que aquel año participó en contra del oficialismo, apenas logró quitarle 317.000 votos.

En las elecciones de 2015, el voto nacional del GPP alcanzó 5.625.248, de los cuales el PCV aportó 114.343, el PPT arrimó 56.199 y Tupamaro contribuyó con 82.188 sufragios. En total, hace cinco años, los tres partidos más fuertes de la APR sumaron 252.730 votos al GPP, es decir, 5 % del total nacional.

Le preguntamos al director de la encuestadora Delphos, Félix Seíjas, si la APR puede considerarse una amenaza real para el PSUV de cara a las elecciones del 6-D. Esto nos dijo:

“El oficialismo viene trabajando en acabar con todo lo que se le opone. Por un lado, tiene la fuerza para ello y por el otro, no puede dejar ningún tipo de chispita medio encendida porque cualquier chispita, por muy pequeña que parezca, se puede transformar en algo más complicado de manejar después. En términos de números, la incidencia que esto tiene no debe ser grande pero el PSUV puede estar viendo el peligro, aunque sea pequeño, de que esto pueda llamar a otro tipo de disidencia y eso es lo que buscan evitar”.

Chavistas descontentos con Maduro

El Centro de Estudios Políticos de la UCAB y la encuestadora Delphos han registrado en números la fractura interna del chavismo en los últimos años. En las tres mediciones más recientes (mayo de 2019, noviembre de 2019 y julio de 2020) esa fractura se mantiene más o menos estable, pues los niveles de aceptación y descontento hacia Maduro han tocado su piso y su techo límites.

Delphos ha segmentado al chavismo en dos bloques: chavistas resteados con Maduro y chavistas descontentos con Maduro. Ambos grupos, ha explicado Seijas en varias oportunidades, son casi inamovibles. Es difícil que suban o bajen mucho más de lo que se ha reflejado en los últimos 18 meses.

Sin embargo, mientras los resteados, con mucha seguridad, irán a votar por los candidatos del PSUV o del GPP en diciembre, los descontentos o críticos –como también se les llama– podrían no votar por nadie o hacerlo únicamente si encuentran una alternativa que satisfaga sus reclamos. A ellos podría estar apuntando la APR.

“Esos descontentos son personas que no han encontrado fuera del chavismo alguna alternativa que consideren válida. Estos grupos (la APR) tendrían que convertirse en una alternativa válida. Sin embargo, es complicado porque el chavismo crítico debería percibir a estos disidentes como grupos con poder de incidir y la verdad es que son partidos muy pequeños para transmitir eso. No quiere decir que algunos no se terminen volcando a votar por ellos, pero no creo que tenga una incidencia importante”, señaló.

Pueden molestar los planes del PSUV
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Entre 2010 y 2015, el PSUV contó con la mayoría de la AN; en 2020 quieren reeditar esa mayoría. Foto archivo Crónica.Uno

En el escenario hipotético de que todos los chavistas descontentos con Maduro, registrados por Delphos en julio de 2020 (equivalente a 13,6 % de la población en edad de votar), votaran por los candidatos de la APR, la alianza disidente obtendría menos de 2,5 millones de votos.

El número está muy por debajo de los 5 millones como mínimo que aspira obtener el PSUV, pero si bien con esa votación la APR no obtendría una mayoría aplastante en la AN, tendrían la capacidad de molestar los planes del PSUV de tener dos tercios o más de los diputados.

De entrada, el politólogo y profesor universitario, Nicmer Evans, que recientemente recuperó su libertad luego de un mes y medio de injusta prisión, califica la votación del 6-D como un evento fraudulento e írrito. Sin embargo, se anima a analizar los números y no duda en afirmar que la merma en la simpatía por el PSUV y el surgimiento de un bloque de izquierda que lo confronte sí puede retar el plan hegemónico del partido rojo.

“Viendo algunas encuestas recientes, esta alianza (la APR) podría obtener entre 5 % y 6 % de los votos generales. Esto, en un momento tan crítico para la tarjeta del PSUV, cuando lo único que puede sostener ese partido es 15 % del electorado, tiene impacto. Si a ese 15 % del PSUV, la APR le quita el 5 % o 6 %, entonces le pondría muy difícil al PSUV la meta de tener la mayoría de los escaños en la AN. No porque la APR se los vaya a quitar, sino porque puede quitarle votos que luego en la distribución de curules, mermen al PSUV. En mi opinión, ese es el origen de la presión contra los candidatos de la APR”, señaló.

La piedrita en el zapato

Evans advierte que si la APR logra articular un mensaje coherente de renovación de la izquierda, clara diferenciación del madurismo y preservación del proyecto político socialista, puede convertirse en una piedra en el zapato para el PSUV.

“Antes, con el Gran Polo Patriótico, el chavismo descontento votaba por los mismos candidatos del PSUV, pero en las tarjetas del PCV, Tupamaro y otros partidos. La gente podía votar por la tarjeta del PCV para castigar al PSUV, pero el voto iba para el mismo saco. Ahora no. Ahora tendrían la oportunidad de votar por otros; el voto ya no será un castigo, sino será votar por algo diferente. Yo sí creo que la APR tiene la oportunidad de tener una incidencia importante en medio de ese simulacro del 6-D, porque el madurismo podría no obtener la cantidad de escaños que está calculando”.

Aclara que dados los cambios impuestos inconsultos del CNE respecto al sistema electoral finalmente la distribución de los escaños dependerá de la consolidación de las listas regionales y la lista nacional porque nominalmente va a ser muy difícil disputar candidaturas en algunos de los circuitos, pero en lista sí puede ser importante.

“Lo que sí tendrá un impacto importante es en la disminución de los votos del PSUV, que podría poner claramente en riesgo la posibilidad de que el PSUV obtenga la cantidad de escaños esperados y eso ponga en mejor posición a los candidatos de las planchas mejor organizadas de la oposición. No es que la APR le quite los escaños al PSUV, pero podría facilitar que otras planchas sí le arrebaten los escaños”, indicó Evans.

Foto principal cortesía Tribuna Popular


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