Tala masiva en el Parque Metropolitano de Valencia augura tragedias en época de lluvias

Durante abril, Valencia se encuentra en época de sequía, lo cual deja el terreno erosionado y desprotegido ante la llegada de las lluvias. De darse una temporada de invierno severa, con precipitaciones torrenciales como ocurrió en 2013 o en los 80, la crecida del río Cabriales traería consigo múltiples desgracias no solo para el Parque Metropolitano.

Valencia. En 40 años que Esmeralda Mujica lleva viviendo en Valencia, nunca había entrado al Parque Metropolitano de la ciudad, ubicado entre la autopista del Este y la avenida Paseo Cabriales. 

No es el parque más concurrido y alrededor de este espacio se asocian malas prácticas, como robos, sexo en público, indigencia, drogas y abandono, sin embargo, para esta bióloga egresada de la Universidad Central de Venezuela, la tala masiva que se realizó a inicios de marzo a las orillas del río Cabriales —el cual no solo atraviesa toda la ciudad, sino que divide el parque en dos— fue causa más que suficiente para posar su atención en el lugar.

Fotografía: Armando Díaz

De acuerdo con Mujica, la Gobernación del estado Carabobo tiene planes de recuperar el parque. Cada vez que surge un plan de rescate de este espacio reaparece la idea de la integración de este parque con sus dos hermanos ubicados a escasos metros de distancia: el Fernando Peñalver (Negra Hipólita) al norte y el Humboldt (Enanitos) al sur. Un proyecto que se desarrollaría en tiempos de la cuarta república y que nunca se concretó.

Lo que sí es cierto es que la Alcaldía de Valencia junto con la gobernación desplegaron durante varios días un grupo de cuadrillas para la limpieza del espacio, el cual cabe destacar es denominado como el pulmón natural a orillas del Cabriales, en lo que son 11 hectáreas de terreno.

Al sitio llegó una gran cantidad de trabajadores con franelas naranja fosforescentes con el número 10 en la espalda y el murciélago, ambos símbolos de Rafael Lacava. Llevaron machetes, motosierras y un desconocimiento plausible que para Esmeralda Mujica es aterrador y muy desafiante para el conservacionismo de Valencia.

A simple vista, se puede pensar que tales acciones son positivas, en vista del desmalezamiento, la poda de árboles y la limpieza de áreas verdes. Algo que los carabobeños han destacado durante la gestión de Rafael Lacava, que ya cursa su segundo período como mandatario regional.

Para algunos, como Mirta Duran, habitante de Valencia, Lacava: “Al menos hace algo. Aquí nadie se encarga de mantener la ciudad limpia, pero él por lo menos lo intenta”. Pero para expertos como el politólogo Calarca Mejías, es parte de lo que denomina “políticas de vitrina”, es decir, medidas para aparentar una eficiencia y ganarse lealtades en las zonas donde normalmente no cuenta con apoyo, es decir el norte.

Ecocidio en un parque a orillas del Cabriales

No obstante, más allá de un juicio, la bióloga Esmeralda Mujica ve con horror las imágenes de bambúes cortados a los márgenes del contaminado Cabriales dentro del Parque Metropolitano.

Eso no puede ser. No solo estamos hablando de que es una poda incorrecta, es que la legislación te dice que no se puede cortar los árboles que se encuentran tan cerca de la orilla del río ¡Es una brutalidad!”.

Fotografía: Armando Díaz

Mujica se refiere a la Ley de Aguas de 2007. En su artículo 3, parágrafo 2, reza: “Todas las áreas comprendidas dentro de una franja de ochenta metros (80mts.) a ambas márgenes de los ríos no navegables o intermitentes y cien metros (100 mts.) a ambas márgenes de los ríos navegables, medidos a partir del borde del área ocupada por las crecidas, correspondientes a un período de retomo de dos coma treinta y tres (2,33) años. Quedan a salvo, en los términos que establece esta Ley, los derechos adquiridos por los particulares con anterioridad a la entrada en vigencia de la misma”. 

Además, la misma ley en su artículo 54 afirma que son áreas protegidas: “Las zonas protectoras de cuerpos de agua tendrán como objetivo fundamental proteger áreas sensibles de las cuales depende la permanencia y calidad del recurso y la flora y fauna silvestre asociada”, por consiguiente, en sus parágrafos 1 y 2 se establece que:

“Se declaran como zonas protectoras de cuerpos de agua, con arreglo a esta Ley: 1. La superficie definida por la circunferencia de trescientos metros de radio en proyección horizontal con centro en la naciente de cualquier cuerpo de agua. 2. La superficie definida por una franja de trescientos metros a ambas márgenes de los ríos, medida a partir del borde del área ocupada por las crecidas correspondientes a un período de retomo de dos coma treinta y tres (2,33) años”.

Mujica se ha leído todas las leyes pertinentes. “Yo voy a llamar a Julio y se lo voy a decir. Así me digan que soy una fastidiosa o que interfiero en la gestión, pero… ¿Es que acaso no es más fácil hacer las cosas bien? Si lo haces mal, te sale más caro, trabajas más y lo peor es que terminas haciendo daño a otros, empezando por las plantas”. El solo transitar por el Paseo Cabriales evidencia la ilegalidad desatada en el Parque Metropolitano de Valencia.

Fotografía: Armando Díaz

La bióloga se refiere a Julio Fuenmayor, actual alcalde de Valencia y una persona que siempre ha estado presto a escuchar los comentarios de esta especialista, aun cuando puedan causar incomodidad. Fuenmayor, además, desarrolló el Plan Buho, un proyecto de rescate y mejora de los servicios públicos de la ciudad, el cual cuenta con más de 2000 cuadrilleros y perseguirá específicamente mejoras en las áreas de: iluminación, mantenimiento y recuperación de pozos de agua, asfaltado, poda, reparación y sustitución de tuberías de aguas servidas, de igual modo este proyecto buscará rescatar espacios culturales, deportivos y recreativos.

De hecho, en múltiples oportunidades Mujica ha brindado asesorías al Instituto Municipal de Ambiente y su equipo de trabajo, para que al momento de operar se haga un trabajo que dignifique al árbol.

Tenemos que practicar la poda, no la tala, pero al final la tala es lo que más vemos y eso daña los árboles, les quita balance, los hieres, los mutilas. Luego en el tiempo se ven las consecuencias”.

Las fotos que le llegaron por distintos grupos de WhatsApp fueron una nueva cachetada para esta mujer que se ha vuelto una figura recurrente por la conservación de árboles desde 2017. Su compromiso con la biología la llevó a ganar la orden de la Ciudad de Valencia en su primera clase en 2019.

“¿Cómo se les ocurre acabar con todo ese cordón verde? Nuestros bosques de ciudad están siendo arrasados, deforestados, talados y quemados ¿Quién defiende la ciudad? ¿Quién la defiende de aquellos que deberían protegerla y cuidarla? Hoy le tocó al Parque Metropolitano de Valencia”.

Para Mujica, es una urgencia que las instituciones y las autoridades empiecen a hacer un buen manejo de los bosques urbanos y de los parques. Tras cumplirse un mes de la tala de los bambúes ubicados el Parque Metropolitano la experta manifiesta mucha preocupación:

“El problema va mucho más allá de esa tala criminal, porque por fortuna el bambú vuelve a crecer. Es verdad que alguno de esos árboles los quemaron, con toda la intención, pero lo peor de todo es que se hizo en mala época”.

Fotografía: Armando Díaz

Durante abril, Valencia se encuentra en época de sequía, lo cual deja el terreno erosionado y desprotegido ante la llegada de las lluvias. De darse una temporada de invierno severa, con precipitaciones torrenciales como ocurrió en 2013 o en los 80, la crecida del río Cabriales traería consigo múltiples desgracias, tomando en cuenta además que el Parque Metropolitano se encuentra a escasos metros de las zonas residenciales. 

“Con la crecida, el río va a arrastrar todo a su paso y sin los árboles se acabará con esa barrera natural de contención. Es decir, es mucho más probable que el Cabriales se desborde. Los valencianos ya sabemos lo que pasa cuando el río se desborda, la ciudad colapsa, empiezan las tragedias. No quiero ser profeta de malos augurios, pero si pasa, aquí tendremos que salir es en curiaras y si tenemos suerte, porque si no ya sabes cómo saldremos y eso te lo digo sin bola de cristal”.

La visita casi diplomática

El 10 de abril del 2022. Esmeralda se vistió y fue hasta el Parque Metropolitano, dudosa de que se le permitiera el ingreso, puesto que por algún tiempo el lugar estuvo cerrado por razones desconocidas. Sin embargo, entró en compañía del equipo de Crónica.Uno.

Es mediodía y el calor en Valencia le saca las primeras gotas de sudor, pero una vez que entra al parque lo primero que hace es mirar a las ramas de los árboles y agradecer. “Solo estar aquí y sentir cómo cambia la temperatura te permite entender la importancia de los árboles, son vida, son sombra”.

Luego de adentrarse en el parque y pasar por una cancha de básquet abandonada. Mujica se lleva una mano a la boca al ver toda una ladera del río deforestada. En donde antes había bambú ahora solo quedan pequeños troncos de 5 centímetros. A su alrededor la tierra se ve limpia, no hay hojas, quizá pequeñas flores y alguna que otra semilla de jabillo, caobo o mijao.

“Es que son brutos, no hay otra palabra. Mira lo que hicieron ¡Qué dolor!”. No muy lejos de Mujica hay un pequeño montón de hojas. Estas deberían estar esparcidas sobre el suelo, pero las cuadrillas lo limpiaron todo.

Fotografía: Armando Díaz

“Cuando digo que la gente es bruta, quizá sí, suena ofensivo, pero es que me da tanta impotencia. ¿Quién le dijo a esa gente que había que quitar las hojas? Todo cumple una función”.

En el caso de las hojas secas, estas sirven para retener la humedad de los suelos. Al quitarlas, se deja desnuda la tierra, la cual absorbe más calor y permite una mayor evaporación de los líquidos que se encuentran bajo tierra, dificultando la vida de los árboles en época de sequía.

“Ahora con el calentamiento global hay más incendios y sequías más largas, pero también lluvias más fuertes. Esto es la crónica de una muerte anunciada”. Dice señalando ahora desde una pequeña loma al Cabriales, del cual fluye un agua verde con mal olor, mientras la luz del sol rebota en la tierra amarillenta que parece removida, como si un tractor hubiese estado excavando para construir algo”.

En su recorrido por el Parque Metropolitano, Esmeralda Mujica tiene su celular en mano; fotografía todo, graba todo, también le habla a las cámaras. Sabe que necesita documentar cada cosa para cuando le envíe todo el contenido al alcalde de Valencia. No tiene miedo. Le escribe por todas las redes sociales y también por WhatsApp.

Fotografía: Armando Díaz

“Aquí se tienen que dejar de esa idea de que el que denuncia o hace una crítica es enemigo. No, yo no soy enemiga de nadie. A mí no me importa si tú eres rojo, azul o morado. Me importa es que las cosas funcionen, pero las personas cuando entran al poder se vuelven sordas, su soberbia no les permite ver y escuchar, pero mientras esta negra esté viva no se las voy a dejar fácil, ellos tendrán que aprender sí o sí”.

Más allá de la destrucción en la ribera del Cabriales y el olvido en el que se encuentra el Parque Metropolitano de Valencia, Esmeralda Mujica se detiene unos minutos junto a una Ceiba, la acaricia. Parte del tronco está quemado, sabe que eso fue intencional. Agarra el tronco y se desprende un pedazo de la corteza, junto al mismo árbol hay una escoba vieja con apariencia de haber sido usada muchas veces, vuelve a acariciar el árbol y espera que sane pronto y sigue su recorrido, luego, nuevamente se detiene justo frente a un árbol de jobo. Alza la mirada y sonríe.

Mira qué bella es la vida, Hay más de 15 pajaritos alimentados. Hay azulejos y hasta un loro. Por ellos también hay que trabajar”.

Fotografía: Armando Díaz

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