El filme de Netflix no tiene los elementos para cautivar al público. Resulta largo y tedioso, con argumentos flojos que pretenden ser una buena historia de acción sin lograrlo.

Caracas. The Last Days of American Crime es una decepción. La película protagonizada por Edgar Ramírez es un sinsentido de dos horas y media que pretende captar la atención con una trama de mafiosos, robos y control social por parte del Estado.

El largometraje que se consigue en Netflix se asemeja en parte a historias de éxitos de la plataforma, como la serie La casa de papel. Claro, en esta ocasión ambientada en Estados Unidos, presentado como un país distópico, desbordado por la criminalidad, la pobreza y constantes enfrentamientos en las calles, un contexto que también evoca al argumento de la saga The Purge. Nada novedoso el presentar al país como decadente, a punto de una pesadilla orwelliana.

Ante ese panorama, el gobierno decide implementar un invasivo programa de control mental para evitar que la ciudadanía cometa algún delito. Ese plan es alabado por muchos y cuestionado por otros, que consideran es un mecanismo opresivo.

Edgar Ramírez interpreta a Graham Bricke, un famoso criminal que se viene a menos luego de traiciones y de la muerte en la cárcel de su querido hermano. En medio de cavilaciones, conoce a Shelby Dupree (Anna Brewster) y Kevin Cash (Michael Pitt), con quienes orquesta un gran robo antes de que el gobierno active en todo el país el sistema de control.

The Last Days of American Crime desde los primeros minutos se presenta como un ejercicio de paciencia. Pretende mantener la tensión con unas intrigas fundamentadas en diálogos soporíferos que no logran su objetivo.

Es dirigida por Olivier Megaton, quien ha tenido ese mismo rol en obras como Transporter 3 (2008), Colombiana (2011) y Taken 2 (2012). Curiosamente todas ellas de menor duración. Y, claro, han tenido como guionistas a Luc Besson y Robert Mark Kamen. Esta vez el guion es de Karl Gajdusek, basado en la novela gráfica de Rick Remender y Greg Tocchini.

The Last Days of American Crime
Anna Brewster encarna al personaje más intrigante del filme, pero la intención se queda corta. Foto: Cortesía Netflix

En esta película todo se va entremezclando, pero de una manera tan poco convincente, sin respaldo argumental y de una forma tan forzada, como para cumplir una lista de hechos necesarios y llegar al presunto clímax deseado por los responsables del filme.

La actuación de Ramírez tampoco suma. Su personaje no suele expresar sentimientos, solo ejecuta su plan y por eso casi siempre mantiene el mismo tono de voz y las expresiones faciales. Algún aventurado tal vez diga que durante el rodaje se dio cuenta de las debilidades de la obra. Pero, bueno, siempre será especulación sobre este intento de apuntalarse en la plataforma, luego de la también fallida Bright (2017), protagonizada por Will Smith y Joel Edgerton.

The Last Days of American Crime sigue su curso de vericuetos en el que surge además un romance que pareciera buscar una tensión entre el equipo de bribones, pero que al final tampoco aporta mucho al conflicto.

En la otra acera aparece un policía del que se presume será una contraparte importante. Se sugiere una determinación para llevar a cabo un supuesto objetivo como el de esos policías convencidos en acabar con el mal. Pero sus acciones son apenas destellos en pantalla que no terminan de cuajar. Nunca se profundiza en su existencia, y tan solo se convierte en un pequeño obstáculo en la ejecución del plan del robo del protagonista. Así como aparece, desaparece sin dejar rastros ni razones para lamentar por parte de los espectadores.

The Last Days of American Crime
Sharlto Copley interpreta a uno de los personajes más prescindibles del filme. Foto: Cortesía Netflix

The Last Days of American Crime en Venezuela se ha convertido en motivo de interés obviamente por la participación de Edgar Ramírez, pero más allá de su nombre como cabeza del elenco, no hay promesa ni sorpresa en una película que extenúa no solo por su duración, sino por la imposibilidad de pactar con una obra repleta de lugares comunes.

Es una lástima para el venezolano, para quien este filme solo representa por los momentos un pequeño revés. Hay que recordar que falta el estreno también en Netflix de La red avispa, el largometraje que protagoniza bajo la dirección del francés Olivier Assayas, con quien estuvo hace una década en Carlos, trabajo que le valió el premio César como Mejor Actor Revelación. Toca esperar.

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