El guionista Aaron Sorkin dirige su segundo largometraje. Esta vez se basa en un hecho de la vida real: uno de los juicios más controvertidos de Estados Unidos.
Caracas. Aaron Sorkin es uno de los mejores guionistas de Hollywood. Películas como La red social (2010), Moneyball (2011) y Steve Jobs (2015) tienen su firma. Sus diálogos suelen ser un hilo conductor, en el que confluyen muy bien los dilemas de sus protagonistas, para concatenar variantes que mantienen una quirúrgica tensión que da vida a la obra de principio a fin.
Esta vez no solo se encarga del guion, sino que por segunda vez dirige un filme escrito por él, como hizo en Molly’s Game, estrenada en 2017 y nominada al Oscar como Mejor Guion Adaptado. Presenta The Trial of the Chicago 7, un largometraje que vuelve nuevamente a la corte como escenario, al igual que en Algunos hombres buenos (1992), sobre un juicio por la muerte de un marine debido a un exacerbado acto de disciplina.
En esta nueva obra, el director y guionista se basa en un hecho real: el juicio a siete activistas que lideraban en los sesenta distintos movimientos en contra de la Guerra de Vietnam. Ellos son Tom Hayden (Eddie Redmayne), Rennie Davis (Alex Sharp), Abbie Hoffman (Sacha Baron Cohen), Jerry Rubin (Jeremy Strong), David Dellinger (John Caroll Lynch), Lee Weiner (Noah Robbins) y John Froines (Daniel Flaherty).
Son acusados de incitar las protestas en Chicago mientras en la ciudad se realizaba la Convención Nacional Demócrata en 1968. Todo comenzó de forma pacífica, pero terminó en un enfrentamiento violento con la policía. Heridos, arrestados y demás. Al principio del juicio suman al líder de las Panteras Negras Bobby Seale (Yahya Abdul-Mateen II), a quien acusan de asesinato.
Si bien los señalados enfrentaban los mismos señalamientos, la película deja claro que, a pesar de la causa común pacifista, cada organización encabezada por estos líderes tenía distintos principios y procederes.
Aaron Sorkin presenta un mensaje claro en The Trial of the Chicago 7. El juicio fue una farsa para amedrentar y acabar con estos movimientos en los sesenta, además de socavar la credibilidad de estas organizaciones en la opinión pública. Una jugada política en medio de la transición entre el gobierno de Lyndon B. Johnson y Richard Nixon. Tiempos agitados. Acababan de asesinar a Martin Luther King y a Robert F. Kennedy en un contexto de reclamos por los derechos civiles, además del acontecer por lo ocurrido en Vietnam.
La fortaleza de filme está no solo en su elenco, especialmente por las actuaciones de Sacha Baron Cohen y Mark Rylance, como el abogado defensor William Kunstler, sino también en la remarcada incertidumbre de unos diálogos que sumen al espectador en un atractivo entuerto con oportunos flashbacks a los hechos iniciales, tiempos en los que los activistas planeaban las maneras de expresarse masivamente.
No hace falta conocer los hechos alrededor de uno de los juicios más importantes y mediáticos de Estados Unidos para llevar el hilo del filme, pues el realizador sabe cómo tejer una ficción a partir de un hecho real, como si la historia solo hubiera sucedido en el metraje exhibido. Ese es el principal soporte de esta obra, la construcción de unos diálogos que no necesitan mucho más alrededor.
Pero The Trial of the Chicago 7 puede llegar a desinflarse para algunos por la marcada intención de no dar cabida a matices en la contraparte cuestionada. Hay un amague incluso de cuestionar a dos de los activistas en sus contradicciones, tanto que siembra la duda sobre sus verdaderas intenciones, pero tan solo es un momento que remarca la tensión interna que vive el grupo de acusados, colapsados en esas noches en las que buscaban las maneras de contrarrestar a un aparato que venía con todo contra ellos.
De hecho, eso podría ser interpretado como un claro mensaje político en plena tensión previa a las elecciones estadounidenses. Ya hay reportes de involucrados en el hecho real que critican la manera en la que lo ocurrido en los sesenta se exhibe en el largometraje, entre ellos, declaraciones del fiscal Richard Schultz (Joseph Gordon-Levitt), de quien se muestra unos destellos de entereza y principios, pero a la vez uno de los personajes con menos esmero en su desarrollo en The Trial of the Chicago 7, disponible en Netflix.
La película seguramente obtendrá varias nominaciones en la temporada de premios, especialmente por su guion y las actuaciones de Sacha Baron Cohen y William Kunstler, tal vez Eddie Redmayne no sea dejado a un lado en las listas. Además, está toda la carga política y social representada en la película, que muchos verán como pertinente en estos tiempos de movilizaciones en Estados Unidos por la brutalidad policial en casos que han trascendido públicamente.
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