Pocos escucharon a Maduro cuando anunció que en la parroquia hay casos de la variante P.1 de la COVID-19. Datos preliminares de una investigación conjunta entre Brasil y Reino Unido explican que es muy probable que la variante P.1 haya surgido entre noviembre y diciembre de 2020 en la ciudad brasileña de Manaos, cercana al estado de Roraima, fronterizo con Venezuela.

Caracas. En el 23 de Enero, Gabriela Cedeño lleva el tapabocas sujetado a la muñeca del brazo izquierdo mientras atiende su puesto de artículos de piñatería, al lado de la estación del Metro Agua Salud. No todos los vecinos oyeron la alocución de Nicolás Maduro en la que informó que en la parroquia del Distrito Capital habían comprobado la presencia de la variante P.1 de la COVID-19 detectada en Brasil.

En su alocución del miércoles 3 de marzo en la noche, Maduro aseguró que el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas había detectado, hasta el momento, dos casos de la cepa P.1 en Caracas (El Junquito y 23 de Enero), dos en Miranda y seis en Bolívar.

Gabriela Cedeño es una de las que no sabía que alguno de sus vecinos había resultado positivo y que era portador de la cepa P.1 de la COVID-19. Ella no tenía conocimiento de las declaraciones del mandatario. Sin embargo, dice que trata de no ignorar la situación sobre el coronavirus en Venezuela, pero lo importante para ella, “es que se cumplan las medidas” refiriéndose al distanciamiento social, el uso de tapabocas y lavado constante de manos.

Para Gabriela “la necesidad de trabajar es lo principal”. Estuvo casi todo el año 2020 sin empleo. Asegura que en su tarantín siempre trata de mantener gel antibacterial y el tapabocas bien puesto, sobre todo porque el coordinador de los comerciantes informales de la zona “siempre está pendiente”, de que todos cumplan con los protocolos. O si no son los funcionarios de la Guardia Nacional que pasan viendo quien tiene o no la mascarilla.

Foto: Ivanna Laura Ordóñez

Rodolfo Parra se enteró por redes sociales de lo que dijo Maduro este miércoles. En la mañana notó preocupación entre algunos vecinos con los que sostuvo una charla sobre la presencia de esta nueva cepa en la parroquia. “Aquí estoy, con el tapabocas por la barbilla pero es porque estoy solo, no tengo gente alrededor”, dice mientras revisa su celular sentado a un lado de su local de charcutería.

Acaba de desinfectar el local y el olor a cloro está fuerte. Otra medida de prevención que aplicó fue poner un plástico que cubre toda el área de despacho con la idea de crear una especie de barrera entre los clientes y él.

En toda la entrada del ambulatorio cercano al bloque 17 hay una cartelera con información sobre el coronavirus; qué es, cuáles son los síntomas y cómo se transmite. Adrián González la hizo con la idea de que los vecinos que transitan por allí se detuvieran un minuto a leerla.

Justo al lado también puso potes con jabón, alcohol y gel antibacterial para todo el que entre al centro de atención primaria. Esta mañana le tocó volver a pegar en la entrada un material referente al coronavirus que fue una donación de la Unicef a la comunidad. El primero que pegó lo arrancaron.

Foto: Ivanna Laura Ordóñez
Foto: Ivanna Laura Ordóñez

Adrián es auxiliar en el ambulatorio o como él mismo dice “el todero”. Desde su punto de vista, el cumplimiento de las medidas de protección en la parroquia es crítico.

A la gente prácticamente hay que obligarla a que cumpla con las medidas. No prestan atención. Si les dices algo se molestan, te dicen que tú no eres quién para decirles qué hacer, relata.

Justo al lado del ambulatorio hay una panadería. Adrián se sorprende al ver que los dueños pegaron un cartel en el que piden el uso adecuado del tapabocas para atender a los clientes. Cuenta que desde que comenzó la pandemia es primera vez que ve que toman medidas de prevención. “Estamos cansados de hablar con ellos y pedirles que no atiendan a personas que no lleven el tapabocas de forma correcta. ‘Mi trabajo es vender’ es lo que te dicen”.

Foto: Ivanna Laura Ordóñez

El 23 de Enero es una zona repleta de canchas de fútbol, básquet y béisbol. Isabel y Juan comentan que en la zona suspendieron todos los campeonatos deportivos que estaban en curso hasta nuevo aviso. Se enteraron porque otros vecinos lo comentaron con ellos. Isabel escuchó que esta nueva variante es más peligrosa. Aprovecha el comentario para echarse un poquito de antibacterial que Juan tiene sobre la mesa donde pone los cambures y los cigarros que vende. “Uno tiene que cuidarse”, dice al tiempo que unta el gel entre las manos.

Foto: Ivanna Laura Ordóñez

Datos preliminares de una investigación conjunta entre Brasil y Reino Unido explican que es muy probable que la variante P.1 haya surgido entre noviembre y diciembre de 2020 en la ciudad brasileña de Manaos, cercana al estado de Roraima el cual es fronterizo con Venezuela.

La investigación citada por BBC Mundo, entre el equipo de investigadores de Brasil y el Imperial College de Londres, sugiere que la cepa P.1 es el doble de contagiosa que el primer virus de la COVID-19 detectado en China y con una probabilidad de reinfección de entre 25 % y 60 %, según lo encontrado en Manaos.

De acuerdo con los datos que diariamente publica el gobierno, hasta este miércoles 3 de marzo, Caracas acumulaba 28.677 casos, la región de Venezuela con más contagios. En general, los casos activos en el país eran 6522 y 132.503 personas recuperadas (en total 140.383 casos acumulados) y 1358 fallecidos.


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