A raíz de los frecuentes tiroteos y enfrentamientos en la parroquia La Vega varias familias se han ido a casa de otros parientes, temporalmente, ante la vulnerabilidad que sienten en cada hecho violento. Delincuentes han “corrido” a dos familiares de sus casas en el sector El Carmen, por considerar que dan información a la policía.

Caracas. El callejón Yaracuy de El Carmen quedó en silencio luego de que un grupo de hombres armados sacó a la fuerza a una familia de su casa. Previamente, a esa familia los visitó la policía y por eso la banda que tomó los espacios boscosos de ese sector de la parroquia La Vega los tildó de “sapos” (delatores con los cuerpos de seguridad).

Desde la noche del miércoles 16 de junio no regresa al callejón la jefa del consejo comunal —se omite su nombre por seguridad—, a quien sacaron a la fuerza de su hogar junto con su hijo, un adolescente, y sus padres que tienen problemas de salud. La casa está sola. 

Los responsables de sacar a esa familia son, presuntamente, los miembros de la megabanda de la Cota 905, aliados con la banda del Mayeyas, que ya operaba en el sector El Carmen de La Vega. Desde finales de diciembre de 2020 integrantes de la megabanda tomaron la calle Zulia, el sector El Carmen y Valle Alegre de la parroquia. 

Tras los operativos policiales del 8 y 9 de enero de 2021, que dejaron 14 muertos según cifras del Monitor de Víctimas, la violencia en La Vega se incrementó. Pero desde finales de marzo la situación fue cada vez más aterradora para los vecinos, quienes debían ocultarse debajo de las camas, en los baños e incluso dormir en el piso para evitar que una bala perdida los matara. 

en La Vega
Operativo 8 de enero de 2021 Foto: Cortesía de los vecinos

Los frecuentes tiroteos en oportunidades se debían a enfrentamientos entre los delincuentes y los cuerpos de seguridad, en otras ocasiones eran ráfagas de balas o detonaciones de granadas a cualquier hora del día. En la zona montañosa de El Carmen, desde donde disparaban los hombres armados, también construyeron garitas con tablas de madera y trincheras con sacos

Desde el 24 de mayo han fallecido ocho personas por las balaceras en La Vega, cuatro de ellos fueron víctimas de balas perdidas.

En el callejón Yaracuy también desalojaron a la familia de otro vecino, que antes visitó la policía. Habitantes consultados por Crónica.Uno contaron que al hombre le dispararon cuando se enfrentó con los delincuentes para defender su hogar, y cuando su esposa e hija lo trasladaban al hospital le volvieron a disparar. Esta casa también quedó sola. 

Los vecinos desconocen el estado de salud del hombre, presuntamente llegó muy mal al hospital Pérez Carreño. Sin embargo, no se pudo confirmar la información. 

En este callejón, como en los otros que componen el sector El Carmen, hay mucho temor y zozobra desde que los delincuentes “corrieron” a esas familias. Los habitantes temen hablar incluso dentro de su propia casa porque no quieren que los tilden de chismosos.

Funcionarios policiales también se han visto forzados a abandonar la parroquia ante las amenazas de los delincuentes de atentar contra su vida y la de familiares. Crónica.Uno conoció, extraoficialmente, que algunos policías que no tienen a donde llegar han tenido que tomar sus lugares de trabajo para pasar la noche.

Jesús Armas, exconcejal del municipio Libertador, agregó que muchos policías no han podido visitar a sus familiares y hasta se les dificulta retirar sus artículos personales por seguridad. 

Hay funcionarios que tienen dos o tres meses sin visitar a sus madres, que tampoco se pueden desplazar por lo delicado de la situación.

Vecinos salen temporalmente a casa de familiares

Vivir en La Vega ha sido insostenible, vivimos en zozobra, no podemos salir ni a la bodega porque no sabemos si se va a prender un tiroteo y nos agarre en la calle, dijo Patricia*, una vecina de El Carmen. 

Patricia y su mamá viven en una de las zonas más afectadas en La Vega. Cada vez que hay enfrentamientos su casa queda prácticamente en medio de las balas. La semana del 14 de junio Patricia tomó la decisión de enviar a su mamá, por varios días, a casa de un familiar que también vive en La Vega, pero consideran un sector más seguro. 

en La Vega
El Carmen, La Vega. Foto: Cortesía vecinos

Cuando mi mamá o yo estamos fuera de La Vega nos sentimos tranquilas, tenemos paz mental, no estamos con la angustia de que cuando suena un disparo es porque habrá un tiroteo fuerte

Martha*, quien vive en la calle La Zulia con su hija y su nieto, menor de edad, también se va a casa de un familiar cuando comienzan las balaceras. Va al apartamento de su comadre en El Paraíso y si es necesario pasa varios días allá, hasta que se calme la situación en la comunidad. 

El padre Alfredo Infante, párroco de la iglesia católica San Alberto Hurtado y José Gregorio Hernández,  explicó que en la parroquia se está presentando el fenómeno de confinamiento por la violencia, los vecinos se encierran en sus casas y tienen miedo de salir a trabajar o a buscar agua, por si se origina un tiroteo y reciben una bala perdida.

También se refirió al desplazamiento interno forzado, que ha ocasionado que los vecinos vendan sus viviendas a precios muy bajos. La gente está vendiendo sus cosas para salir y resguardarse en otros puntos de la ciudad o en el interior, dependiendo donde pueda. Toda La Vega está afectada psicológicamente, explicó. 

en La Vega
Las Torres, en La Vega. Foto: Cristian Hernández

Un vecino del sector Las Torres contó extraoficialmente a Crónica.Uno que hay varias casas en venta, que ya dejaron solas. En esta zona los vecinos resultan afectados porque a la altura de las torres de electricidad hay un comando de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) y los delincuentes disparan con frecuencia cuando ven a algún uniformado.

Más que todo las casas afectadas son las del lado izquierdo porque quedan frente a la montaña y son las más rápidas en recibir disparos, también cuando hay enfrentamientos los policías se meten en las casas a disparar.

Pero no solo quienes viven en La Vega huyen de la violencia. José*, quien habita en las residencias Galerías Paraíso, ubicadas en toda la entrada de la comunidad por la redoma La India, quiere mudarse. 

Durante el operativo policial del sábado 12 de junio, en el que 38 personas fueron detenidas según cifras oficiales, José decidió salir con su pareja y almorzar afuera. En distintos apartamentos de su edificio han entrado balas perdidas, así como a la terraza de su torre. 

Paredes de la terraza de residencias Galerías Paraíso recibieron impactos de balas. Foto: Cortesía

Estamos en zozobra, esto de La Vega aceleró nuestras ganas de mudarnos. El día del operativo nos fuimos a la calle, comimos y vimos vitrinas en un centro comercial para evitar estar detrás del mueble, escondiéndonos de las balas como la última vez

Crónica.Uno también conoció que otros vecinos aplican este método de salir a sitios públicos alejados de la parroquia, hasta que pase la balacera. “Esto también es un riesgo porque regresando a la casa nos puede pasar algo”, agregó José. 

También familiares de otras zonas se han llevado temporalmente a los adultos mayores, para evitar complicaciones de salud por los nervios que les causan los tiroteos. 

En un comunicado del Comité de Familiares de Víctimas del Caracazo (Cofavic) señalaron que las personas que han huido de sus viviendas por la violencia son especialmente vulnerables dado que se desplazan en búsqueda de seguridad y protección, “lo que les obliga a dejar atrás sus proyectos de vida, a lo cual se suman las dificultades por la pandemia de COVID-19”.

Madres se desplazan para proteger a sus hijos

El desplazamiento de los vecinos por la violencia también incluye a familias que temen por la seguridad de sus hijos, jóvenes o menores de edad. El párroco Alfredo Infante explicó que son medidas temporales, los vecinos regresarán cuando vuelva la normalidad.

Según los vecinos los hombres armados le pedían a la gente que no se asomara. Foto: Cortesía

Ser joven y varón en un sector popular para la policía es ser criminal y las madres sacan a sus hijos de los sectores porque están asustadas, explicó.

Por otro lado también es angustiante para las madres que a sus hijos los recluten los delincuentes que operan en la zona y sean seducidos por el dinero y las armas. Ante esta situación de pobreza y vulnerabilidad en la que están los muchachos estos elementos son muy tentadores

Infante detalló que conoció el caso de un joven de los bloques de La Vega que emigró a Argentina recientemente, por los constantes tiroteos. Supo que su familia ya había emigrado y él se fue empujado por la violencia. 

Se cree que todos los que viven en los barrios son criminales, me preocupa que se pueda pensar que quienes viven en La Vega son una cuerda de delincuentes, esos son una minoría que está afectando a una gran mayoría.

Jesús Armas, exconcejal del municipio Libertador, comentó que cuando hay operativos en la zona los jóvenes deciden no subir a la comunidad para evitar que los funcionarios policiales cometan alguna violación de sus derechos humanos. 

“Los jóvenes trabajadores se quedan en otros lugares para buscar alguna retaliación de las bandas pero también de la policía, prefieren evitar el contacto con los funcionarios”.

Entre 2012 y marzo de 2021 la organización Cofavic registró 12.738 ejecuciones extrajudiciales en Venezuela. Según sus cifras, se demuestra que, sistemáticamente, 99 % de las víctimas son hombres jóvenes, menores de 25 años (80 %) y la mayoría reside en zonas populares

Además, 60 % de las presuntas ejecuciones suceden durante el desarrollo de procedimientos policiales “que implican despliegues de fuerzas militares y policiales, en algunos casos, con participación de grupos armados civiles que actúan bajo la aquiescencia del Estado”. 

Megabanda del Picure protagonizó primer desplazamiento

En 2015 los vecinos del sector Las Torres, la parte más alta de La Vega, vivieron atemorizados durante unos meses porque la megabanda liderada por José Antonio Tovar Colina, conocido como el Picure, había tomado la zona. 

Tovar Colina fue asesinado el 3 de mayo de 2016, en un enfrentamiento entre los sectores Concha de Mango y Los Rosales, en el estado Guárico. Era el cabecilla de la megabanda que operaba principalmente en Guárico, pero también había ganado espacios en Aragua, Miranda y Distrito Capital.

Las Torres, La Vega. Foto: Cristian Hernández

El párroco Alfredo Infante contó que en esa época también hubo desplazamiento temporal de vecinos, que huían de los enfrentamientos entre delincuentes y cuerpos de seguridad, así como del temor que infundía el Picure. 

Mucha gente se fue por esa experiencia que tenían con la violencia, después volvieron. Luego comenzó la emigración y muchos vecinos que eran de Ecuador regresaron a su país por la crisis en Venezuela, explicó.

La organización Cofavic advirtió la sistematicidad de los ataques que sufre la comunidad de La Vega, que han afectado mayoritariamente a los civiles. 

Instó al Estado a investigar a fondo lo que sucede en la parroquia y que se procese a los responsables. “Los procedimientos especiales de seguridad ciudadana que se están desarrollando han dejado un saldo tan lamentable de violaciones de derechos humanos, especialmente en zonas populares”, indica parte del documento.

*Los nombres fueron cambiados por seguridad.


Participa en la conversación