Neoespartanos de menos recursos son los más afectados por la escasez de agua en Margarita

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Los residentes de los pueblos y barriadas más apartadas de la isla de Margarita sufren en mayor medida por las constantes fallas en el suministro de agua, además de no contar con el dinero para comprar el recurso a los cisterneros.

Porlamar. Rosa Gutiérrez atraviesa todos los días el centro de Porlamar con una carrucha. Busca de agua en una pileta situada frente a la sede de la Universidad Bolivariana, en la calle La Marina.

A sus casi 60 años dice tener la fortaleza para buscar el recurso y cubrir las necesidades de su vivienda ubicada en la calle Libertad, a más de 20 cuadras de ese lugar. Lleva más de dos meses sin recibir agua por tuberías.

“Traigo este botellón hasta seis veces al día para poder consumir, limpiar la casa y cocinar para mi hijo y para mí. Él sale a trabajar a las 6:00 de la mañana y tengo que prepararle el desayuno y almuerzo. Con lo poco que gana no alcanza para comprar agua”, expresó.

Así como Rosa Gutiérrez también se encuentra Carlos Enrique Marcano. El hombre tiene 75 años y la fortaleza de caminar varios kilómetros diariamente entre el barrio Los Cocos y la calle La Marina, llevando a cuestas una carreta y un bidón de 60 litros para recoger agua de la misma pileta.

Hago hasta seis viajes al día para garantizar el agua a 12 personas entre hijos y nietos”, confirmó.

En su casa hace más de tres meses que no entra agua por la tubería.

En general, ese es el panorama de los neoespartanos. La ironía de estar rodeados de agua y no contar con un suministro eficiente y continuo de agua potable.

Infraestructura dañada

Por daños en los sistemas hidráulicos de Clavellinos y Turimiquire, los pobladores de las islas de Margarita y Coche llevan casi dos meses sin agua por tuberías. A su vez, aunque los surtidores o parales en los que se abastecen los camiones cisterna cuentan con agua los 365 días del año, deben pagar el servicio en dólares.

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Rosa Gutiérrez sale en búsqueda de agua con un botellón a cuestas. Foto: Dexcy Guedez

Abraham Mestre, residente de Porlamar, dijo estar alarmado porque en medio de la desesperación por agua, los camioneros imponen el precio que les viene en gana.

Normalmente, cuando el ciclo se tarda más de los 45 días, compraba un camión de 10.000 litros en 10 dólares, pero hoy me cuesta 20 porque el agua está más escasa. Es decir, que ellos también van con los costos por la oferta y la demanda”, expuso.

Un cisternero, quien se identificó solamente como Rubén, esgrimió que los costos suben porque la presión del agua se redujo por los problemas en los acueductos. Llenar un camión de 10.000 litros, en lugar de los cinco minutos que tarda en condiciones normales, puede llevar hasta 15 minutos.

“Pero además hay que ‘mojarle la mano’ a los guardias y los policías que vigilan el paral para que puedas llenar el camión. Si no pagas, olvídate de que vas a llenar”, aseveró.

No hacen ni dejan hacer

José Nicasio Narváez, alcalde del municipio Península de Macanao, advirtió que esa apartada jurisdicción tiene barriadas en las que no existe el sistema de distribución interna, por lo que es necesario surtirles con cisternas desde la planta desalinizadora de Boca de Pozo.

Son gente muy humilde que no tiene cómo pagar y, generalmente, utilizan agua de la playa para cocinar y limpiar los baños”, indicó el gobernante municipal.

Destacó que para poder surtirlos, desde la desalinizadora deben contar con la autorización de las autoridades de la empresa Hidrológica del Caribe (Hidrocaribe), toda vez que es el ente gubernamental dependiente del Ministerio para el Tratamiento de las Aguas.

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Los habitantes de la Península de Macanao sufren por la escasez de agua en esa apartada zona. Foto: Dexcy Guedez

“Exhorto a Hidrocaribe a que nos permita la carga de camiones de agua en la planta desalinizadora de Boca de Pozo para abastecer a los sectores en los que el agua no llega por tubería”, sentenció.

Lamentó que personas de la población de San Francisco tengan que recurrir al agua de lluvia represada en una laguneta de la zona para poder limpiar sus hogares.

Tarde y no apta para el consumo

También el alcalde opositor del municipio Maneiro al Este de Margarita, Morel David Rodríguez, se pronunció por el precario servicio de la hidrológica regional en esa jurisdicción en la que están ubicados los principales centros comerciales y hoteles de ciudad de Margarita.

“Además de que el ciclo tardó dos meses, el agua llegó turbia y, por lo tanto, no está apta para el consumo humano”, alertó.

Emplazó a las autoridades de Hidrocaribe a tratar el agua que entra desde tierra firme, para que llegue potabilizada y pueda ser consumida por los neoespartanos.

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