Empleados públicos retoman la calle para exigir que se cumplan las convenciones colectivas

condiciones salariales

La inflación y la merma en la capacidad de compra fueron reclamos comunes. Esta vez los empleados del Banco Central de Venezuela tomaron la bandera y rompieron el silencio para exigir al Ejecutivo que se respeten sus derechos. Es la primera vez que los empleados del banco protestan de manera masiva para exigir mejoras. Según la Asamblea Nacional, por lo menos 345 convenciones colectivas han sido violadas por el Decreto 3.601, publicado en la Gaceta Oficial 6.403, de fecha 31 de agosto.

Caracas. Con el descontento económico de fondo, los empleados públicos se concentraron en el centro de Caracas y vocearon una vez más su pesadumbre por la anulación de los tabuladores y convenciones laborales. Esta vez el personal del Banco Central de Venezuela (BCV) tomó la bandera y rompió el silencio para exigir al Ejecutivo que se respeten sus derechos. Acompañados de los principales sindicatos de las empresas públicas, los empleados del ente rector en materia económica denunciaron una caída de su poder adquisitivo de 5400 %; un cálculo difícil de desentrañar en un contexto económico en el que el BCV se reserva las cifras de hiperinflación del país.

Juan Véliz, portavoz de los trabajadores de Cantv, hizo un esbozo de la situación que afecta a toda la administración pública.  A su juicio, el Gobierno pretende encuadrar los ingresos de toda la población, para arrebatar cualquier pretensión, fuera de lo básico. Los afectados aseguran que pierden la batalla en un momento en el que muchos prefieren empacar sus cosas y marche del país. “La gente se está yendo y se va porque no hay comida ni seguridad en Venezuela”.

Luis Piñero, un empleado del Metro que acompañó la movilización desde Ministerio de Ciencia y Tecnología , en la avenida Universidad, hasta la sede del BCV, en la Urdaneta, lo da todo por perdido. Ni porque el Gobierno nos triplique el sueldo podemos resolver esta situación económica tan precaria, dice. Sus 18 años de servicio en el subterráneo ahora solo se reducen a un salario mínimo mensual y un seguro que es el repudio de todas la clínicas. “No nos alcanza ni para una sutura, en realidad es una burla”, resiente.

La inflación y la merma en la capacidad de compra fueron reclamos comunes. Los trabajadores del sector salud también estuvieron presentes en la protesta. Luz Velázquez, una funcionaria de la Cancillería que se sumó espontáneamente a la muchedumbre, profería mensajes a favor de la salud.

El dinero no alcanza para nada. En este momento solo me importa que haya medicinas para los pacientes oncológicos y para los niños con enfermedades crónicas. He sido testigo de la tragedia de mi país. Soy sobreviviente de cáncer de seno y no deseo que nadie más pase por lo que yo viví hace un año.

Pablo Zambrano, portavoz de la Federación de Trabajadores de la Salud (Fetrasalud), se solidarizó con el despido de los empleados del Metro que han sido hostigados por denunciar las irregularidades que ocurren en el servicio. Según fuentes sindicales del subterráneo, entre agosto de 2017 y octubre de 2018, más de 61 trabajadores han sido despedidos de manera arbitraria. No nos dan una justificación; solo nos despiden por capricho político, por pensar distinto a quienes gerencian el servicio, dijo un trabajador que pidió resguardar su identidad, pues teme que no lo reenganchen como ordenó la Inspectoría del Trabajo.

Desde el 24 de junio, cuando el descontento del gremio de enfermería estalló en las calles, los empleados públicos se mantienen en conflicto por mejoras salariales. En aquel momento, las enfermeras encabezaron una protesta a escala nacional a la que luego se sumaron otros gremios del país, como el Magisterio, los médicos, obreros y técnicos de las empresas estatales. El dirigente de Fetrasalud advierte que se mantendrán en la calle hasta que el Ejecutivo reconozca las contrataciones colectivas.

Según la Asamblea Nacional, por lo menos 345 convenciones colectivas han sido violadas por el decreto Decreto 3.601, publicado en la Gaceta Oficial 6.403, de fecha 31 de agosto. El panorama también tiene repercusiones en el plano social. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura estima una desnutrición infantil de 30 % en Venezuela, lo cual podría colocar al país en un estado de hambruna si se toman en cuenta a los niños que padecen desnutrición severa, moderada y leve.

Fotos: Luis Morillo


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