En el barrio El Guanábano las casas están de mírame y no me toques

Más de 200 familias viven en alto riesgo al margen de la quebrada Catuche, parroquia Altagracia. Los vecinos dicen que al sector no llegan los funcionarios públicos y que al último que le vieron la cara fue a Ledezma

Mabel Sarmiento Garmendia/@mabelsarmiento

Caracas. Más de 200 familias del barrio El Guanábano viven sumidas en la pobreza y la inseguridad. Hace años que por allí no desfila un político. La gente en la zona dice que al último que se le vio la cara fue al alcalde Antonio Ledezma, pero igual confesaron que las promesas de esa visita nunca se materializaron.

“Por aquí tratamos de no creer en más nadie. Aquí las promesas ya no tienen cabida. Si uno no trabaja no come y en eso andamos. Yo coso ruedos y pego cierres y mi esposo hace sus trabajitos. Con el dinero que nos entra tratamos de sobrevivir, pero si te digo que estoy esperando que alguien venga a ayudarnos, eso es mentira. Nada qué ver chica”.

Así de tajante se expresó la señora Ingrid Bermúdez, madre de cinco muchachos y a quien la vida le sonríe por cuenta gotas.

“Vivo pegada a la quebrada y cada vez que llueve es un suplicio. Estoy en este barrio desde mucho antes de la tragedia del 99. Caminábamos por el techo de la casa y poco a poco, echando pala y pico, fue que quitamos el lodo y así recuperamos la casa. Pero nadie ha venido a censarnos ni a decirnos si merecemos reubicación o mejora del barrio”, dijo Bermúdez.

La señora a modo jocoso señaló que hace unas semanas llegó un motorizado y le indicó a otra vecina que hiciera un conteo de la cantidad de bombillos que necesitaba la comunidad. “Pero no regresó más y es por eso que aquí no creemos en nadie. Así que no me hagas ninguna promesa”, completó.

Barrio El Guanabano. 18 de agosto de 2015. Angeliana Escalona. CronicaUno
Una docena de casas están debajo del puente con precariedad de los servicios públicos

El sector el Guanábano tiene por techo el puente que está cercano al Tribunal Supremo de Justicia, en la parroquia Altagracia.

Es una zona que sin patearla mucho se ve completamente abandonada. No hay recolección de la basura y todo desperdicio va a parar a la quebrada Catuche.

Las casas están en mal estado, con grietas, hundimientos y con frisos mal hechos. La luz se la “roban” de los postes cercanos y el agua les llega, dicho por los mismos vecinos, porque tienen las mismas tuberías que distribuyen hacia la estación de los bomberos, ubicada a pocas cuadras.

Las enfermedades en los niños también dicen presente en la zona. Los más pequeños se la pasan con picazón en la piel y con cualquier llovizna les da gripe.

“Pero no hay más nada que los servicios. Aquí no hay condiciones de vida aceptables”, dijo Oscar Moscoso, vecino desde hace más de una década.

Ciertamente en el barrio no hay caminerías, gran parte de la quebrada está sin embaular y las alimañas hacen de las suyas por todos lados.

Barrio El Guanabano. 18 de agosto de 2015. Angeliana Escalona. CronicaUno
De lado a lado se ubican las casas que están perdiendo terreno por el paso de la quebrada

También se ve que es una zona donde hay muchas personas desempleadas y en donde el consumo de drogas está a la orden del día. “Pero son fumones nada más, no roban a la gente. Por ese lado estamos un poco tranquilo”, contó Moscozo.

Como polvorosas

Durante la tragedia del año 99 la totalidad de las casas del barrio El Guanábano quedó bajo el lodo.

Muchas familias fueron llevadas a refugios y con el paso del tiempo regresaron a la comunidad. En 2011 el gobierno nacional ideó un plan digital para monitorear las 332 quebradas que hay en Caracas. 11 de ellas fueron calificadas de alto riesgo y de vigilancia permanente. Catuche es una de ellas.

Pero en la actualidad esa quebrada está obstruida y sin que llueva es una bomba de tiempo. Hay casas que parecen unas polvorosas por la cantidad de grietas que muestran.

Barrio El Guanabano. 18 de agosto de 2015. Angeliana Escalona. CronicaUno
Esta es la entrada de la casa y por el puente de madera se va a otras dos viviendas

De hecho hay una vivienda que perdió toda la entrada, precisamente por el tapón que tiene el embaulado de la quebrada. “Pero aun así nadie nos para, ojalá ustedes hagan algo. Aquí hay gente buena y trabajadora que necesita un mejor vivir”, mencionó Moscoso.

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Fotos: Angeliana Escalona


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