En estas ciudades se ven sometidos al riesgo que supone el consumo de agua con altas cargas de coliformes fecales. La empresa estadal Hidrobolívar, de acuerdo con investigadores, no cumple con los estándares para garantizar un producto de alta pureza.

Ciudad Guayana. Mucho se habla sobre lo favorecida que es Ciudad Guayana por estar entre el Orinoco y el Caroní. Es más, la confluencia de ambos ríos es uno de los espectáculos naturales más atractivos para el turismo de la región.

Sin embargo, Jorge Yánez, ingeniero industrial que trabajó 15 años en una  planta de agua —la de Los Olivos— desdibuja la inmancable maravilla al recordar que el espectáculo acuático, el mismo que surte de agua a Puerto Ordaz y San Félix, es un pozo de contaminación.

Más en concreto, se refiere al lago de Macagua, donde está la toma que surte de agua a la ciudad. Allí hay una verdad que los guayaneses prefieren obviar: en él van a parar, directamente, las aguas servidas de buena parte de Puerto Ordaz.

“La materia prima que procesa Hidrobolívar (la hidrológica estadal) es agua del lago de Macagua y es la que toma la planta de Toro Muerto. Si nosotros nos remitimos al  Decreto 883, hay una regulación que establece que en cuanto a los coliformes fecales, el agua procesada no debe exceder de los 10 mil números más probables por cada 100 mililitros de agua.  Resulta que aquí eso excede y está en el orden de los 500 mil, e incluso tiene sus picos: puede llegar al millón”, especifica.

¿La conclusión? Simple: el agua que se toma en la planificada Ciudad Guayana, la que llegó a ser ejemplo mundial de desarrollo, trae consigo rastros de excremento.

La imagen satelital muestra el vertedero de aguas negras y residuales en el lago Macagua
La imagen satelital muestra el vertedero de aguas negras y residuales en el lago Macagua

Un plan que se truncó

Hubo alguna vez un plan certero para el tratamiento del agua en la ciudad. Lo concretó la Corporación Venezolana de Guayana de Leopoldo Sucre Figarella (su presidente entre 1984 y 1993) a través de la Gerencia de Obras Sanitarias e Hidráulicas (CVG-GOSH). Fue a partir de 1986.

Un trabajador de la gerencia de la CVG, que prefiere escudarse en el anonimato para declarar, rememora que la capacidad de la corporación para ese entonces era tal que asumió saneamiento y distribución no solo para Bolívar, sino también para Amazonas, Delta Amacuro y el sur de Monagas y Anzoátegui.

El punto de quiebre fue 2005, cuando el recién electo gobernador Francisco Rangel Gómez fundó Hidrobolívar. Primer error: involucrar al personal de Carbonorca en la empresa; es decir, hombres que sabían sobre ánodos de carbón y no sobre agua. A partir de entonces, los problemas evolucionaron.

“Hay que recordar que en el estado Bolívar no hay ninguna planta de tratamiento de agua. En el caso de Ciudad Guayana, esas aguas residuales y servidas caen al lago Macagua, de donde se sirven los acueductos. No podemos hablar sobre si le echan cloro, pero no se le hace tratamiento fisicoquímico. En resumen, se envía agua cruda sin ser tratada”, explica.

¿Cómo se determina? Hoy es notorio el problema por el olor, el color y el sabor del agua que reciben los guayaneses.

“Las sustancias químicas para color, olor y sabor no se echan adecuadamente. El mismo color del agua, amarillento, es un indicador de que no hay tratamiento”, añade.

Yánez apunta un detalle: el nivel de contaminación más la ausencia de productos como el carbonato de sodio, necesario para el tratamiento de agua, obliga a Hidrobolívar a utilizar más cloro en el proceso: “La consecuencia es que allí hay triholometanos, que es una sustancia cancerígena”.

Voces en el desierto

Desde 2014, parte del sindicato de Hidrobolívar ha sostenido una denuncia sobre los vicios en el proceso del tratamiento de agua. Pastora Medina, vicepresidenta nacional de Movimiento Ecológico de Venezuela, exalcaldesa de Caroní y exdiputada, ha canalizado el caso a través de la Comisión de Ambiente de la Asamblea Nacional.

“Vamos a llevar más pruebas para que se evidencie lo que ocurre. El sindicato sostiene que faltan sustancias elementales, como sulfato de aluminio y cloro, y por eso utilizan otras, como cal. Todo eso que consumimos es excremento en pasta”, sostiene.

La Gobernación de Rangel Gómez e Hidrobolívar han desatendido recomendaciones sobre cómo evitar la contaminación del lago. Una de ellas fue del Colegio de Ingenieros de Puerto Ordaz, cuyo presidente, Pedro Acuña, recuerda que el planteamiento en concreto (convalidado por la Cámara de Comercio y la UCAB Guayana) fue “que cada proyecto residencial contara con plantas modulares de aguas negras para ser tratadas antes de ser vertidas en las tuberías matrices”.

Para este trabajo se intentó un contacto con la gerente de operaciones de Hidrobolívar, Debrajanice Guerra. No hubo respuesta. La única versión oficial es la del departamento de prensa de la hidrológica que, con insistencia, repite una frase: el agua ahora llega a más del 90 % del estado. Las protestas por la falla del servicio demuelen tal versión.

Fotos: Leonardo Suárez Montoya


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