Las pacientes buscan por las redes sociales, hacen rifas, protestas y aun así les resulta difícil conseguir las ampollas para las terapias luego de las cirugías. Deben colocarse 18, una cada 21 días, y comprarlas en Colombia, por ejemplo, cuestan 1600 dólares. Ni empeñando las casas con todo y muebles pueden sobrevivir a la enfermedad.

Carcas. Desde agosto de 2016 no llegan con regularidad las radioterapias para las pacientes con cáncer de mama. Hay mujeres que necesitan ponerse una ampolla cada 21 días, las cuales eran entregadas con regularidad por las farmacias de Alto Costo del Seguro Social.

Ahora muchas peregrinan de estado en estado, buscan por redes sociales, las piden a amigos o familiares que están fuera del país, pero incluso así resulta cuesta arriba, pues comprarlas en Colombia, por ejemplo, implica un costo de 1600 dólares la unidad, dinero que no todo el mundo puede conseguir, ni empeñando la casa con todo y muebles

Cumpliendo el protocolo, una paciente diagnosticada con cáncer tipo IV puede durar 10 años, tal vez más. Ahora sin las medicinas, las esperanzas de vida se ponen chiquitas.

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“A eso se le suma que no nos estamos alimentando bien y que nos ataca el desespero y la depresión”, dijo María Cárdenas, de la Fundación Ayudando a Construir Vida (Acovida).

Sobreviviente de cáncer, movió cielo y tierra para poder continuar con el tratamiento. Hace un año comenzó a pedir ayuda vía Twitter y de inmediato supo de otras 100 mujeres que compartían su situación. De ahí surge la asociación que hoy en día agrupa a 132 mujeres, la mayoría entre 27 y 35 años de edad.

El dato  No hay cifras oficiales actualizadas, pero según lo que ha recopilado Acovida, en todo el país hay 5000 mujeres con esta patología oncológica, 500 de ellas con historia en el hospital Domingo Luiciani, donde no están llegando tampoco los medicamentos.

“Eso de que el cáncer ataca a las que pasan de los 40 años es mentira, pues lo que hemos visto es que hay muchas mujeres jóvenes en etapa productiva que se ven afectadas y que por la negativa del Gobierno a traer las medicinas ven disminuida su calidad de vida”.

Cárdenas fue diagnosticada en 2015, cuando inició un protocolo de quimioterapia, operación y radioterapia:

“Una vez en tratamiento, durante tres meses los busqué en la farmacia de alto costo. Luego tuvimos que salir a las calles a protestar y fuimos a la oficina del presidente del Seguro Social, Carlos Rotondaro. Hicimos toda la presión hasta que compraron más medicamentos por cuatro meses más, pero para alargarlo pretendían cambiar el protocolo de cada 21 días a cada mes. Así llegamos a agosto”.

Desde entonces no han importado más los tratamientos y llegaron al punto, dijo, que hay personas que tienen reincidencia, otras están muy deprimidas, pues salieron de cirugía y en vez de comenzar con las radioterapias están en sus casas sin tener el programa respectivo que ayuda a  terminar de eliminar las células malignas.

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A estas mujeres la vida les pende de hilo pues no solo están la escasez y el desabastecimiento de herceptin o trasztuzumab, sino que además no hay reactivos para los estudios de gammagrama óseo, ni para los filtros de quimioterapia.

Luego de cumplido un protocolo oncológico, las pacientes deben hacerse un chequeo médico cada tres o seis meses. Ese control implica hasta una tomografía, pero sin los reactivos es difícil hacer esos estudios. Tampoco consiguen los bloqueadores hormonales (letrazol) que deben tomar los cinco años siguientes una vez realizada la operación.

“Y no vemos luces en el Seguro Social. Le exigimos a Rotondaro que atienda esta emergencia, pues los pacientes con patologías crónicas no pueden esperar. Si no pueden traer esos fármacos den la autorización para que los laboratorios privados los importen y cada quien vea cómo lo paga, así sea haciendo rifas. Pero no podemos seguir así y mucho menos esperar a que mueran más mujeres”.

Lo que hay que saber

Se sabe de 13 medicamentos oncológicos inexistentes en las farmacias de alto costo del Seguro Social. Algunas de las medicinas que están escasas también son utilizadas para cáncer de cuello uterino, de testículo, de ovario, de riñón y de pulmón.

En Caracas, en Los Ruices, funciona una de estas farmacias, pero además el Seguro Social tiene otras redes en la maternidad Santa Ana, en el Centro Nacional de Rehabilitación Dr. Alejandro Rhode, en el hospital José Gregorio Hernández y en el Pérez Carreño.

Fotos referenciales: Cheché Díaz


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