Ni los policías pueden frenar al hampa en Valle Abajo

Vecinos de la parroquia San Pedro cuentan con un módulo de la Policía Nacional Bolivariana frente a la iglesia, pero aseguraron que los funcionarios no realizan recorridos.

Shaylim Castro/@ShayC_

Caracas. El quiosco de Sonia y Julio Castillo, ubicado en Valle Abajo, parroquia San Pedro, no abre completamente porque las rejas solo dejan una pequeña ventana, para permitir el paso de las chucherías. Desde el lado de afuera no se puede ver el rostro de la señora y cada vez que despacha a algún cliente baja su cabeza para poder indicar el precio, mientras su esposo la observa sentado a un lado.

Ambos abren todos los días a las 6:00 am y eso los ha convertido en testigos y víctimas del hampa, pues el año pasado intentaron robarlos y en otra ocasión, un hampón logró arrancarle una pulsera a Sonia.

Entre las 6:00 am y 8:00 am se hacen las colas en Valle Abajo y en las avenidas cercanas, como Los Chaguaramos, donde conductores pueden estar sin moverse hasta una hora y grupos de motorizados aprovechan para hacer de las suyas por los carriles libres que encuentran a su paso.

“Siempre son robos en motos, pasan por toda la avenida, tocan las puertas de los carros pidiéndoles los celulares, o cualquier cosa porque se aprovechan de las colas”, comentaron los Castillo.

A pocos pasos de su quiosco hay un módulo de patrullaje inteligente con funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), frente a la iglesia San Pedro, pero para quienes hacen vida en las demás calles no marcan mucha diferencia, pues solo se quedan dentro del módulo y en pocas ocasiones, o en ninguna, hacen recorridos por la avenida.

Negocios y peatones de los más afectados

Un señor sentado en una frutería, quien pidió que su nombre se mantuviera en reserva por seguridad, no terminaba de hablar de una historia sobre inseguridad cuando ya recuerda otra. Y es que para él la delincuencia está tan desbordada que ni un módulo de policías lo puede arreglar.

“Los módulos no hacen nada, tienen otros intereses. Esto ya es un problema de Estado, ya ni los módulos funcionan”, acotó mientras recordó que el 1 de enero de este año, hampones tumbaron la puerta del negocio de al lado robarlo.

Presume que quienes cometen los atracos viven en un barrio cercano llamado El Hueco, ubicado debajo del puente Los Chaguaramos y se aprovechan más de los peatones.

“La gente se para a hablar en las calles y ahí los roban. De repente estaciona un motorizado, se baja, va por algún cliente para robarlo y se va como si nada hubiera pasado”.

Ya a partir de las 7:00 pm las calles de Valle Abajo y sus cercanías quedan en la oscuridad y ni un alma se puede ver por sus calles pues a los vecinos y trabajadores no les ha quedado de otra que “irse a acostar más temprano”.

Foto: Angeliana Escalona


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