Las pequeñas que presenciaron el asesinato de sus padres, en la autopista Regional del Centro, se enfrentan a la adaptación a su nueva familia y a las preguntas en la escuela.

Yohana Marra/@yohanamarra

Caracas. “La menor de mis sobrinas se quemó manos y pies cuando intentó meterse al carro donde estaban quemando a sus papás. Un día mi hermana estaba prendiendo la hornilla y apenas ella vio el fuego se puso a llorar, y a gritar”.

Los tíos más cercanos de las dos niñas que presenciaron cómo mataron y quemaron a sus papás, en el kilómetro 16 de la autopista Regional del Centro, luego de ser secuestrados en El Paraíso el 17 de enero, explicaron que apenas se están adaptando a su la nueva vida.

Uno de sus familiares, quien por seguridad pidió no revelar su nombre, contó que las hermanitas, de ocho y dos años, momentáneamente viven con una tía y a veces con un tío, hasta que se decida quién obtendrá la tutela.

Recientemente les quitaron las vendas y les dieron de alta, pues acudieron tres veces a la semana al hospital J.M. de los Ríos para curarse las quemaduras, que se hicieron intentando rescatar a sus papás del fuego. Adicionalmente iban a consultas con un psiquiatra asignado por el Ministerio Público, pero hace poco el fiscal designado al caso mandó a los parientes a buscar psicólogos privados, porque terminó el tratamiento.

“Ambas saben lo que pasó, no tenemos por qué repetírselo. Mi familia es evangélica y eso nos ha ayudado mucho a llevar esta difícil situación, no se lo escondemos pero no hablamos siempre del asunto”, explicó.

Sobrellevar la tragedia no ha resultado fácil para los adultos, además de afrontar el dolor que dejó la pérdida y la manera en que sucedió, tienen que acostumbrarse a los gustos de las pequeñas que solo conocían sus padres. Ellas también han aprendido a acatar las nuevas normas de sus tíos.

IMG-20160119-WA0001
Tíos de la pequeña tendrán la custodia. Adaptarse a las nuevas normas con su nueva familia, y no ha sido fácil, aunque les brindan mucho amor

“A pesar de que somos su familia no sabemos todos sus gustos y costumbres, por eso ha sido complicado. Pero con amor hemos estado logrando las cosas”.

Añadió que las compañeras del colegio les preguntaron por qué sus padres no las habían buscado más, y cuando la mayor contó todo se burlaron de ella.

“Les hicimos saber a los profesores lo que pasó para que canalicen la situación, porque a veces los niños sin querer son crueles. Al finalizar el año las cambiaremos de ahí, pero para que estén más cerca de donde viven sus tíos. No lo hicimos ahorita porque nos dijeron que no era lo adecuado”.

Violencia ante los ojos de la inocencia

De acuerdo con el informe de Cecodap del primer semestre de 2015, al menos 63 niños fueron testigos de un homicidio y 22 víctimas de secuestro.

Según los datos estadísticos recopilados por la organización, 3.125 menores resultaron víctimas de violencia general, es decir, en el entorno social, escolar, familiar, sexual e institucional.

En el caso de las hermanitas, fueron sometidas junto con sus padres cuando llegaban a su casa en El Paraíso luego de un paseo. Los delincuentes los llevaron a la Cota 905, donde los mantuvieron retenido durante varias horas, y al darse cuenta de que el papá de ambas era expolicía, decidieron matarlos y quemarlos frente a ellas.

carro ARC
Las hermanitas sufrieron quemadas intentando rescatar a sus papás cuando quemaron el vehículo, donde estaban. Recibieron atención psiquiátrica/Foto cortesía Twitter

Oscar Misle, coordinador general de Cecodap, explicó que cuando los menores quedan huérfanos de padre y madre la tutela debe estar a cargo de parientes cercanos como abuelos, tíos o padrinos. Si no cuentan con nadie hay que buscarles una familia sustituta para que después haya posibilidad de adopción.

El Estado debe encargarse de estos trámites si las víctimas no tienen otros parientes y en ese período darle atención psicológica emocional. “Las casas hogar tampoco tienen la posibilidad de mantenerlos por la crisis del país”.

Añadió que cuando los niños no son asistidos la peor consecuencia es que tomen el camino de la violencia, pues el odio y resentimiento que guardan puede hacer que en un futuro usen la agresividad y venganza como mecanismo de defensa.

“Muchos hechos delictivos tienen que ver cuando ellos no son asistidos, cuando les cierran las puertas. Cuando pierden a la madre pierden ese apoyo, matan por matar, para ellos la vida no tiene sentido”.

Lea también: “Después de que mataron a su hermanito dice que quiere un arma”

Foto principal: referencial


Participa en la conversación