¿Qué pasó en la Asamblea Nacional el pasado 31 de octubre para que Julio Borges y Luis Florido anunciaran que iban a explorar una agenda prodiálogo con el Gobierno? Crónica.Uno cuenta lo ocurrido y cómo se perfila lo que pudiera ser un intento fallido o la “última posibilidad” para arrinconar a Maduro y obligarlo a ir a elecciones presidenciales en 2018 con un sistema electoral confiable.
Caracas. Martes 31 de octubre. La Asamblea Nacional (AN) maneja con cautela dos hechos, debido a que en ese momento 20 embajadores estaban en la sede del Palacio Federal, en Caracas, y no querían que ninguna distracción empañara ese día, sobre todo el rechazo al allanamiento de la inmunidad parlamentaria de Freddy Guevara que había acordado la constituyente presidencial.
El primer hecho fue el anuncio de una nueva fracción, que se desprendía de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), y marcaría su agenda propia. El grupo está integrado por 20 diputados, entre principales y suplentes, miembros de Vente Venezuela e independientes.
“El compromiso es exclusivamente parlamentario. Somos una alianza opositora al régimen, una alianza democrática y unitaria, de verdad, no de palabra”, afirmó la diputada suplente Dinorah Hernández, quien aclaró que está por posición personal y no del partido que la apoyó en 2015, Cuentas Claras.
El segundo hecho fue manejado con total reserva: la reunión de las fracciones con la directiva del Parlamento, Julio Borges y los presidentes de las comisiones legislativas, porque ese día se revelaría, por fin, que ya se había avanzado en la redacción de unas ideas para explorar la posibilidad de un diálogo entre el Gobierno y la oposición.
[irp posts=”74100″ name=”Si se acepta “mediación internacional”, Maduro tendría que ir a Dominicana”]¿Qué pasó?
El encuentro legislativo se efectuó a partir de las 2:00 p. m. luego de que terminó la sesión donde estuvieron los diplomáticos, y formaba parte de los contactos del Parlamento con delegados del gobierno de República Dominicana y representantes de la Conferencia Episcopal Venezolana que habían señalado que era hora de hablar.
La asistencia de los jefes de fracción de Acción Democrática (AD), Primero Justicia (PJ), Voluntad Popular (VP) y Un Nuevo Tiempo (UNT), y de los presidentes de las comisiones daban a entender a Borges y, por supuesto, al titular de la Política Exterior, Luis Florido, que lo allí debatido y analizado sería expuesto a todos los diputados. Por eso, Florido habló de 104 diputados que sabían que viajarían a Santo Domingo el 14 de noviembre para reunirse al día siguiente con las autoridades dominicanas, emisarios de la ONU y gobiernos amigos, y que la reacción de Vente Venezuela contra lo anunciado era una “bravuconada”.
La verdad es que no se reunieron los 104 diputados, aseguraron fuentes, sino los jefes de los partidos. “Si eso fue así, significa que los jefes de fracción votaron sin consultarlo. Un voto individual se impuso sobre el voto colegiado, lo que ha generado este nuevo episodio de diferencias en la Unidad”, expresó un parlamentario.
En aquel recinto no estaban los 104 diputados porque, de haber sido así, se necesitaría el salón de sesiones y no era conveniente usarlo debido a que en el otro salón sesiona la constituyente presidencial y se teme que graben cualquier incidencia en el Palacio Federal.
La agenda tocó temas administrativos y, al final, se incluyó lo del diálogo. “No hubo debate. Fueron con línea a convencer”, agregó otro legislador.
Borges y Florido sí expusieron lo que defenderían: la libertad de los presos políticos, el canal humanitario, la restitución de las atribuciones del Parlamento y la fijación de un cronograma electoral.
En la mesa quedaban varias ideas: la designación de un Poder Electoral entre las partes, 2 y 2, y el quinto seleccionado por organizaciones sociales pero que fue avalado por Gobierno y oposición; el adelanto de las presidenciales para marzo de 2018; y la posibilidad de un equipo técnico o especie de ‘congresillo’ con miembros de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) y del Legislativo.
El anuncio de que irían a “explorar una negociación”, hecho por Florido y Borges, generó una polvareda. Que el Ejecutivo quería legitimar una reestructuración de la deuda externa y, por supuesto, las quejas de los partidos que negaron que hubieran sido consultados.
La garantía del cumplimiento dependería, dijeron, de la presencia de los países amigos, de la ONU y del Grupo de Lima, integrado por expresidentes de América Latina, lo que fue desestimado por los diputados.
¿Vamos a seguir en lo mismo? ¿Quién acordó este nuevo diálogo? Señores: ¿Hasta cuándo siguen estos diálogos escondidos? Ya está bueno. Tienen que hablarle claro al país si quieren ganar respeto”, cuestionó Andrés Velásquez, en nombre de La Causa R.
La Unidad recibía un nuevo golpe y los promotores de una salida con apoyo internacional bajo el escrutinio de la sociedad y de los diputados. Los parlamentarios Dinorah Hernández, Omar Ávila (Visión Venezuela), Biagio Pilieri (Convergencia) y Richard Blanco (Alianza Bravo Pueblo) lanzaron las alertas y confirmaron que no habían sido consultados aquel 31 de octubre.
“¿En qué beneficia un diálogo en el cual la vocería autodesignada no cuenta con la autoridad para representarnos? ¿Quién asegura que su propósito es buscar el bienestar de ese pueblo que sufre y no el aseguramiento de su propio bienestar? ¿Por qué no dicen públicamente cuáles son las peticiones que hace el Gobierno para que le validen sus ilegítimas instituciones? ¿Qué gana el pueblo con un CNE repartido cuando los cuadros medios del ente comicial son los mismos? ¿Quién decidirá quiénes serán los rectores de la oposición y, finalmente, por qué debemos creer en ustedes? No se confundan. Sí creemos en el dialogo, en quien no creemos es en los dialogantes, con ustedes el tema es de confianza”, criticó Hernández.
Omar Ávila no entiende cómo PJ y VP hablaron de que la MUD avalaba el reencuentro en Santo Domingo si, desde hace un año, la coalición completa no se reúne. Solo lo hacen de manera bilateral los 4 principales partidos, el G-4.
“¿Cuándo, cómo y con quiénes plantearon, debatieron y decidieron la agenda y los puntos de discusión y acuerdos prioritarios impostergables que se van a poner sobre la mesa en esos encuentros? Tanto Julio Borges de Primero Justicia; como Florido, de Voluntad Popular, son minoría en la MUD. Este es un encuentro entre dos pequeños grupos pretenden seguir teniendo secuestrado al país. El primero a sus instituciones y sus recursos, y el segundo a quienes queremos salir de esta agónica crisis abrogándose representaciones que ninguno de los dos bandos posee. El Gobierno, una vez más, tiene el control: la MUD está secuestrada, acallada e inoperante (G4), no piensan más que en el voto castigo”, fustigó Ávila.
En ese tono, Biagio Pilieri alertó: “Cuidado con un diálogo que sea una nueva frustración y engaño contra el pueblo. Es necesario evitar que se le vuelva a dar al régimen más herramientas para seguir estirando la arruga y le consiga más tiempo y oxígeno a su desprestigiado gobierno, que le dé la legitimidad a la Asamblea Nacional Constituyente”.
Alianza Bravo Pueblo (ABP) reveló que fueron “sorprendidos” cuando Borges y Florido dijeron que retomarían “el fallido proceso de diálogo”.
En un comunicado, ABP indicó: “Reconocemos y agradecemos a los gobiernos integrantes del Grupo de Lima su preocupación por Venezuela y su interés en contribuir a que los factores en conflictos solventen dificultades, para lo cual es indispensable que de parte del régimen se cumplan los acuerdos burlados el año pasado, cese la persecución a la disidencia, desmonte la fraudulenta Constituyente y reconozca la legitimidad de la soberana Asamblea Nacional, así como también es necesario que la oposición democrática deje atrás sus inocultables diferencias, controle las ambiciones individualistas que perturban la tarea que es urgente cumplir y se proponga recuperar la confianza y el respeto de la ciudadanía venezolana y de la comunidad internacional”.
La posición de ABP fue asumida por Vente Venezuela y el movimiento Soy Venezuela que lo calificó de “diálogo fraudulento diseñado para favorecer al régimen y engañar al país”; “una ficción que busca embaucar a la Asamblea Nacional”.
[irp posts=”74068″ name=” Si el Gobierno no abre la puerta en alimentación y salud las consecuencias serán devastadoras””]Florido replicó pues que en el G-4 saben que venían los ataques, tanto de la oposición como de organizaciones sociales, por lo que acordaron informar cada detalle de “la negociación”. Sin embargo, el dirigente de VP negó que la resolución de ir hubiera sido producto de un cogollo, con lo cual activó las pugnas, ahora en el ámbito internacional.
“La decisión de fijar condiciones e iniciar negociación internacional —afirmó Florido— fue aceptado por todos los partidos incluyendo al movimiento Vente Venezuela. El pasado martes la fracción Vente Venezuela recibió con beneplácito la decisión unitaria. Hasta ahora, todas las fracciones están de acuerdo con la negociación internacional con garantías, más de 104 diputados de AN lo aprobaron. Que ahora algunos retrocedan no los suprime de responsabilidad. Llegó el momento de asumir decisiones de la mano con la comunidad internacional y presentar al país soluciones reales, no se trata de quien hable más duro con propuestas ficticias. Si algo le ha hecho daño a la Unidad, son las agendas presidenciales personales. Esperemos que en esta oportunidad no traten de sacar provecho con un proceso donde está involucrado el Grupo de Lima y la comunidad internacional en general”.
Foto: Archivo
Participa en la conversación