El estado Zulia figura entre los mayores productores de desechos sólidos del país. La entidad genera alrededor de 3865,09 toneladas de basura al día y tan solo en Maracaibo, de acuerdo con organizaciones ambientalistas, se producen entre 2500 y 3000, poco más del 10 % del total de recolección nacional que se calcula en 30.000. Desde 2017 la capital zuliana no tiene un relleno sanitario óptimo por lo que en sus 18 parroquias proliferan los vertederos improvisados.
Maracaibo. Desde 2017, la ciudad de Maracaibo enfrenta una crisis sostenida en lo que respecta al servicio de recolección de desechos sólidos, tras el colapso por acumulación de gases metanos, un proceso de compactación inefectivo e incendios que se extendían hasta por cinco días del relleno sanitario La Ciénaga.
A partir de ese año los marabinos encontraron dos formas de deshacerse de la basura: quemándola o lanzándola en puntos específicos dispuestos en las principales vías de la capital zuliana.
En la actualidad, la ciudad tiene al menos 90 vertederos improvisados de basura, puesto que en sus 18 parroquias se cuentan alrededor de cinco espacios donde las comunidades dejan los desechos sólidos.
Para el 2019, los casos de enfermedades respiratorias y de la piel comenzaron a diagnosticarse con más frecuencia en las emergencias de los hospitales zulianos a causa de la constante quema de basura, según señala la dirección de la fundación El Zulia Recicla. “Los polímeros y aerosoles al estar en contacto con el fuego generan toxinas que ocasionan afecciones graves para la salud”.
Con la llegada de la pandemia de COVID-19, las autoridades han mejorado la recolección de basura solo en las avenidas principales, en el resto de la ciudad (comunidades) el servicio de aseo urbano es intermitente.
Los camiones del aseo urbano ya saben dónde estamos acumulando la basura en la avenida y pasan a limpiar tres veces a la semana, pero para los barrios no se meten, por eso uno tiene que caminar hasta aquí a dejar su bolsita a diario, porque si no, nos comen los gusanos”, dijo Sofía Martínez, habitante del oeste.
Ante la falta de un relleno sanitario óptimo, la Alcaldía de Maracaibo ha cambiado en par de ocasiones, en lo que va de año, el espacio para la disposición final de los desechos sólidos. Antes de la llegada del coronavirus al país, los camiones de recolección de basura descargaban en un terreno del municipio Miranda, hoy la disposición final se hace en el municipio Santa Rita. Mientras esto ocurre, en Maracaibo crecen los vertederos improvisados.
Ausberto Quero, presidente de la Comisión de Ambiente del Centro de Ingenieros del estado Zulia, calcula que en Maracaibo y San Francisco se generan unas 2400 toneladas de basura al día.
Es evidente que la ciudad está colapsada, la basura vuelve a ser un problema generalizado en Maracaibo porque las calles están full”, refiere.
La fundación Azul Ambientalista calcula que en el Zulia se generan 3865,09 toneladas de basura al día, de las cuales tan solo en Maracaibo se producen entre 2500 y 3000, poco más del 10 % del total de recolección de basura nacional, una generación por persona de 1,00 Kg/Hab./día, lo que supera la media nacional.
Recoger la basura se quedó en promesas
En junio de 2020, el alcalde de Maracaibo, Willy Casanova, anunció la adquisición de cinco camiones tipo volteo, una maquinaria tipo jumbo para la limpieza de cañadas, dos retroexcavadoras, dos camiones volquetas y tres camiones 350, para la recolección de desechos sólidos.
Casanova refirió que la inversión estuvo por el orden de los 120.000 euros, derivados de recursos propios de la municipalidad.
La COVID-19 tiene su componente médico, sanitario, pero también tiene que ver con la limpieza, el mantenimiento de los servicios públicos de la ciudad. No podemos quedarnos con los brazos cruzados”, dijo durante un acto.
Para finales de 2019, Maracaibo tenía 40 vehículos para la recolección de basura, de los cuales 25 % estaban paralizados por falta de mantenimiento. Operativos solo había 30.
En noviembre de 2018, la Alcaldía de Maracaibo implementó un sistema de recolección motorizada de bajo volumen con capacidad de aproximadamente ocho metros cúbicos. Actualmente, la mayoría de las motos recolectoras se han desincorporado por falta de mantenimiento y las que quedan se usan como medio de transporte para los trabajadores del aseo urbano.
Entre las principales promesas hechas durante su campaña electoral a finales de 2018 estaba la recolección de basura, sin embargo, Casanova aún no ha podido solventar la crisis.
De acuerdo con un informe de la Organización Aula Abierta, publicado en enero de 2020, 52 % de los marabinos bota la basura en aceras y vías principales, 18 % en terrenos baldíos, 11 % en plazas y canchas deportivas y 8 % en las cañadas.
El reciclaje es la solución
El Zulia Recicla es una de las organizaciones que apuesta por alternativas más conscientes para el tratamiento de los desechos. Grisel Mercadante, directora de la fundación, dijo que es necesaria la sensibilización de los ciudadanos para que se sumen al reciclaje.
“Este año la alcaldía ha mejorado entre comillas, porque la mejora solo va a ocurrir cuando haya una gestión integral de recolección, mientras tanto son paños de agua caliente. Tenemos una recolección más recurrente en vías principales, pero los ciudadanos se ven obligados a tirar la basura en la calle porque no hay contenedores”, denunció la activista.
La fundación tiene alianzas con empresas de reciclaje que procesan plástico. Sin embargo, Mercadante aclaró que no tienen el permiso de la Alcaldía de Maracaibo para recoger el material. “Los permisos para movilizar plástico y cartón no los está autorizando el Ministerio”.
Por eso han incluido a las comunidades para hacer un trabajo conjunto.
“El reciclaje es factible en Maracaibo y la gente está motivada a hacerlo. Nosotros no hemos parado de hacer actividades, la ciudadanía está dispuesta a separar los residuos desde el hogar. Estamos descentralizando el manejo de residuos desde unas estaciones que llamamos centros de acopio urbano”, dice.
En cada comunidad debería haber seis receptores de residuos, donde las recuperadoras puedan buscar el material, los desechos no deben llegar al camión del IMAU porque ellos no tienen lugares para la separación o segregación de este material antes de ser desechado en el relleno.
Actualmente, tenemos 100 familias censadas que reciclan. La semana pasada pudimos hacer la recolección de 28 familias con más de 200 kilos de material con el apoyo de tres centros de acopio que tenemos en la ciudad y llevarlo a las recuperadoras que tenemos aliadas”, sostuvo Mercadante.
Mal comportamiento
La mala disposición de los desechos por parte de la colectividad y una cultura irresponsable compartida entre el ciudadano y la institución pública, ha convertido a Maracaibo en una ciudad que se desborda de basura por los cuatro costados.
No me la voy a comer, aquí la tiro, si la recogen o no ese no es mi problema”, soltó un hombre desde su vehículo, después de lanzar una bolsa con desechos en la avenida principal Cuatricentenario.
William es el “encargado” del espacio que ya alcanza nueve metros de desechos. “Aquí pasa el camión cada 10 días y se lleva todo. Como yo vi que esto estaba solo y mucha gente del barrio baja para acá a botar su bolsita, me quedé aquí. Separo el plástico para venderlo y a veces la gente me trae comida o agua. Si recojo 100 botellas, me gano un dólar y así me ayudo”.
También están los llamados burreros, que recogen casa por casa la basura, Anthony es uno de ellos: “Esto no es un trabajo, ni un negocio porque ya la gente ya no bota cosas de valor para uno como antes, esto es sobrevivencia. A mí me ha quitado la policía el burro dos veces, pero les doy para los frescos y me dejan ir, me guardo unos días y vuelvo a salir porque esto resuelve la comida. La gente siempre le tira algo a uno para no echarse el polo (viaje) o salir, por la enfermedad esa que hay, pagan para que uno les saque la basura, porque hay muchas moscas” (sic), dijo el hombre.
¿Qué dice la ley municipal?
A partir de noviembre de 2018, la Alcaldía de Maracaibo promulgó el decreto 029 que prohíbe que personas naturales o jurídicas ejerzan la recolección, traslado, almacenamiento, clasificación y posterior transformación de desechos sólidos que no estén debidamente autorizados por el órgano competente.
El artículo 3 señala que todas las personas naturales y jurídicas que tengan interés o se dediquen a la recuperación o recolección de residuos sólidos como plástico y sus derivados (vidrio, cartón, papel, entre otros), deben formalizar la inscripción como recuperadores o recolectora de residuos sólidos no peligrosos ante el Instituto Municipal del Ambiente (IMA). De no ser así, están expuestos al decomiso del material de provecho.
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