Desde septiembre del año pasado, Laura Hernández Tedesco, directora de la institución, contabiliza al menos tres robos por mes. “Es una destrucción lo que están haciendo: roturas de vidrios, ventanas, puertas, paredes. La destrucción es total, se quedan aquí destruyendo”.

Caracas. Los robos al edificio de la Escuela de Educación de la Universidad Central de Venezuela (UCV) se han vuelto una rutina. Desde septiembre del año pasado, Laura Hernández Tedesco, directora de la institución, contabiliza al menos tres robos por mes.

Han robado en todas las dependencias. Es una destrucción lo que están haciendo: roturas de vidrios, ventanas, puertas, paredes. La destrucción es total, se quedan aquí destruyendo. Este ensañamiento nos tiene preocupados, dijo Tedesco.

Entre diciembre del año pasado y enero de este año robaron en tres oportunidades. Están contabilizando las pérdidas de equipos y bienes para presentar un informe a la rectora de la UCV, Cecilia García Arocha. Este documento permitirá que la custodia de la Escuela pase a vigilancia del Rectorado.

Escuela de educación de la ucv
Los delincuentes abrieron huecos en las paredes para entrar a las oficinas.

Solo en la Dirección han robado cuatro computadoras, en el departamento de Currículum, tres más y un video beam. En la Coordinación de Extensión, cuando se metieron en septiembre, la lista suma cuatro proyectores, cuatro cornetas, micrófonos inalámbricos, un reuter, cinco CPU, una laptop, un aire acondicionado portátil, entre otros.

La Escuela está en una grave situación en cuanto a pérdidas de equipos. Las paredes hay que reconstruirlas. Ha pasado que no tenemos reposición de computadoras, dijo Hernández. Los equipos que van quedando tienen que instalarlos cada día y guardarlos.

Los ventanales y vidrios de las puertas los rompieron

La Escuela ya acumula siete denuncias en el Cicpc desde septiembre. De hecho, el organismo asignó a un inspector solo para atender este caso.

Aunque todavía no está coordinado, la Escuela de Educación planea emprender una campaña para buscar donaciones. Es un sentimiento de impotencia, una rabia muy grande. Ver a mi escuela así es horrible, lamentó Hernández.

Fotos: Carmen Victoria Inojosa


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