A un mes de la reapertura fronteriza el comercio binacional no marcha como se esperaba

apertura de la frontera

Tras la apertura de la frontera las trabas aduanales continúan, lo que encarece los productos que llegan al Táchira desde el vecino país. Ciudadanos indicaron que los alimentos colombianos escasean y los que hay son sumamente costosos.

San Cristóbal. Un mes ha transcurrido desde la apertura de la frontera y el paso de vehículos de carga por los puentes binacionales entre Venezuela y Colombia, que desde febrero de 2019 no circulaban, pero las expectativas sobre la reanudación del comercio binacional no se han cumplido como estaban previstas.

Desde el 26 de septiembre pasado se retomaron las operaciones aduanales en la zona que otrora era considerada la frontera más viva de Latinoamérica, precisamente por el intercambio comercial. Desde ese día hasta el miércoles 26 de octubre, no más de 65 camiones han atravesado los puentes internacionales Simón Bolívar de San Antonio del Táchira y Francisco de Paula Santander de Ureña.

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Para los ciudadanos el comercio se ha complicado, tras la apertura de la frontera. Foto: Cortesía

De acuerdo con el encargado del sector transporte de carga en la zona de frontera, Vladimir Tovar, gran parte de las empresas aduaneras hacen el esfuerzo por reactivarse.

Tovar explica que esperan que el Estado conceda una extensión del permiso de movilidad internacional a los vehículos de carga, al menos por seis meses, mientras todos se someten a la revisión para la renovación de estos permisos, los cuales están próximos a vencerse.

El ministro de Comercio de Colombia, German Umaña, dijo en una serie de declaraciones que se han negociado más de 2200 millones de dólares en diversos rubros y más de 1500 toneladas de productos se han movilizado entre ambos países.

Dentro de los rubros que Colombia exportó a Venezuela, se cuentan insumos médicos, cajas de cartón, material de calzado, confitería, entre otros.

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Más de 60 camiones han pasado por los puentes en un mes. Foto: Cortesía

Aunque del lado venezolano es poca la información divulgada –ya que las autoridades no informan oportunamente sobre los movimientos aduanales–, en su momento se conoció que se exportaban a Colombia bobinas de aluminio y material metalúrgico.

Aumentar importaciones

Tovar comentó que se tiene prevista la importación de insumos agrícolas (abonos y fertilizantes), polímeros para la elaboración de plástico, y productos para el consumo humano y animal.

El gremialista explicó que la descarga se hace en Cúcuta, donde se hacen los trámites aduanales y, en el caso de las importaciones colombianas, los camiones venezolanos descargan y allí, las tractomulas (como le dicen a las gandolas en Colombia), cargan la mercancía y la movilizan a su destino.

La carga y descarga de las mercancías se hacen en Cúcuta.

En el caso de las importaciones venezolanas es el mismo procedimiento, salvo que quienes hacen las cargas son los camiones permisados para retornar a Venezuela con los productos.

Se fueron los “códigos”

Si bien todo el procedimiento pareciera funcionar como un reloj suizo, lo cierto es que los consumidores venezolanos empiezan a padecer, porque además de que escasean los alimentos colombianos, los que se consiguen han incrementado sus costos de manera significativa.

Y es que el llamado código del protectorado dejó de existir y ahora quienes “importaban” alimentos, deben ponerse a derecho para seguir trayendo comida colombiana, ya que por las trochas no dejan pasar productos. Además, el río no permite el paso de mercancías pues, por las fuertes lluvias, quienes tienen el control de las trochas mantienen los pasos cerrados.

Por ejemplo, un litro de leche colombiana en San Cristóbal podía costar, antes de la apertura, unos 4500 pesos, mientras que, a la fecha, puede superar los 7000.

Los productos colombianos, que eran una opción para el tachirense, se están volviendo incomprables

La harina podía encontrarse un kilo en 4000 pesos, pero con la apertura, los costos se elevaron y puede alcanzar los 6500 pesos.

Lo mismo aplica con los agroinsumos que se importaban bajo esta modalidad. Recientemente, hubo un par de detenciones señalados de contrabando. Unos con alimentos colombianos y otros con venenos y fertilizantes.

Hace un par de semanas, el gobernador del estado Táchira, Freddy Bernal, hizo un llamado a quienes deseaban importar productos colombianos para que hicieran los trámites ante los organismos competentes y el proceso estuviera apegado a la ley.

Escasez de productos

La diputada Karim Vera señaló que tras la apertura de la frontera, lo que se ha visto y palpado es la escasez de productos colombianos en la ciudad.

“Los pocos que se consiguen han sufrido un incremento considerable en los costos”, refirió Vera.

Destaca que este incremento se debe al paso por las aduanas y se genera un pago de impuestos.

Esto es debido a la cantidad de trámites y formalidades que deben cumplir los importadores para traer productos alimenticios desde Colombia hacia Venezuela”, sostuvo.

De no mejorar la situación, el tachirense volverá a bajar a Cúcuta para comprar comida más barata.

Vera refirió que no se tomaron las previsiones del caso con tiempo, para que las empresas y aduanas adaptaran sus documentos para que al abrir la frontera los negocios se hicieran de manera fluida, tal y como ocurrió mientras estuvo activa esa modalidad de códigos de protectorado.

Un dilema

“El comerciante, el mayorista y el minorista se debaten en qué hacer. Si en cumplir con la normativa, que es el deber ser, pero que tiene unas trabas burocráticas y unos costos sorprendentes o recurrir a ir por las trochas que se hace de manera irregular, promoviendo el contrabando, que es un delito, poniendo en riesgo sus mercancías y hasta sus vidas porque deben pasar por las trochas que están controladas por grupos armados”, dijo Vera.

La parlamentaria advierte que mientras se hace esto, el mercado está desabastecido y lo poco que hay tiene costos muy elevados. Asegura que para el tachirense es difícil cubrir los gastos de su familia, con el bajo salario que perciben y el encarecimiento de los productos.

Dice que esta situación generará que el ciudadano regrese a Cúcuta a hacer su mercado, tal y como hicieron cuando el desabastecimiento de productos venezolanos se agudizó en el país.

“A la larga Colombia siempre será el principal beneficiado”.


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