Adelantan restauración del casco histórico de La Guaira sin dar a conocer el proyecto

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El proyecto de rehabilitación del casco histórico lo encabeza la Alcaldía del municipio Vargas, pero se desconoce entre grupos culturales de la región, cuyos voceros han preferido dar un voto de confianza a la obra. Las autoridades locales pretenden atraer inversionistas nacionales y extranjeros para darle un giro al turismo en la entidad.

La Guaira. Aunque la recuperación del casco histórico de La Guaira ha sido una asignatura pendiente para los gobernantes locales, desde los albores del año nuevo la Alcaldía del municipio Vargas inició la restauración de la calle Bolívar, una de las zonas que más se asemeja a ciudades patrimoniales como Cartagena de Indias (Colombia) y Santo Domingo (República Dominicana).

Aún no se conoce públicamente el proyecto formal de rescate, pero el alcalde José Manuel Suárez chequea los trabajos en este corredor peatonal de 800 metros, que se extiende desde la calle San Juan de Dios, cerca de la Catedral San Pedro Apóstol, hasta la Casa Guipuzcoana, en el sector Muchinga.

Las remodelaciones incluyen la intervención de fachadas en casas e inmuebles de valor histórico, la recuperación de brocales, aceras y el sistema de aguas servidas y de lluvia, además de la reconexión del alumbrado público y la sustitución del pavimento.

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La alcaldía del municipio Vargas es la que lleva adelante formalmente el proyecto de restauración. Foto: Cortesía Alcaldía de Vargas.

La alcaldía guaireña se propone, asimismo, restaurar más allá de la calle Bolívar para convencer en el mediano plazo a inversionistas nacionales y extranjeros de que será rentable invertir en cafés, restaurantes, hospedajes y otros establecimientos comerciales.

“Esto va a quedar bonito, para levantar al turismo que es nuestro petróleo. Será un majestuoso paseo colonial, vamos a regresar a la época dorada de las callecitas de La Guaira”, dijo Suárez en un reciente video institucional.

La madeja del secreto

Este proyecto no se ha expuesto al sector cultural y a los vecinos, lo que generó dudas en los distintos grupos de defensa del patrimonio que han promovido la rehabilitación de casas e inmuebles coloniales, no pocos de ellos afectados desde el deslave del 15 y 16 de diciembre de 1999.

 No, de ese proyecto de la Alcaldía no se sabe nada formalmente. Uno pasa por allí y solo ve obreros trabajando”, expresó Luis Guillermo Echarry, exjefe civil de La Guaira entre 1995 y 1998.

Sin embargo, desde el sector cultural se ha decidido aguardar por los resultados de la obra, que se inició antes de las festividades de los Reyes Magos, cuya cabalgata fue reconocida el pasado 6 de enero como patrimonio cultural inmaterial de la nación.

Giovanni Domínguez Laya, director del Bloque Histórico Varguense, se mostró esperanzado en que “ahora se hagan las cosas que se tienen que hacer para recuperar a nuestra Guaira como la cuna de la libertad americana”.

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Giovanni Domínguez Laya, director del Bloque Histórico Varguense, espera que ahora si se recupere a La Guaira.  Foto: Cortesía Alcaldía de Vargas.

Aprovechó la ocasión para alertar que una decena de casas de la calle Bolívar, en las proximidades de la plaza José María Vargas, “deberían ser atendidas muy pronto, pues algunas están derrumbadas internamente”.

Al respecto, el ministro de Cultura, Ernesto Villegas, indicó en su cuenta de twitter (@villegaspoljak) que el rescate se ejecutará de acuerdo con los parámetros establecidos por el Instituto de Patrimonio Cultural (IPC), “velando que no se cometa ningún hecho indebido desde el punto de vista de la preservación de la memoria histórica”.

En una nota de prensa de la alcaldía varguense, se asegura que, en una mesa técnica institucional, el IPC prometió actuar conforme a la normativa y los protocolos internacionales “para que lo restaurado no reste valor cultural y patrimonial”.

No obstante, el IPC no designa todavía a un representante en la entidad federal y no ha emitido una opinión en torno al proyecto formal de rescate de la calle Bolívar de La Guaira. Tampoco se ha informado sobre quiénes conforman el equipo multidisciplinario, tal como lo recomiendan las leyes Orgánica de la Cultura (2014) y de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural (1993).

El IPC es el organismo que debe dar el visto bueno a la obra en la calle Bolívar para evitar que la mala praxis desvalorice el acervo histórico que desde 1997 mantiene a La Guaira en una lista indicativa de los lugares que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) pudiera considerar como un nuevo Patrimonio de la Humanidad. En 1993, el casco colonial de Coro y el puerto de La Vela (estado Falcón) recibieron tal distinción.

Un informe de antropólogos de la Universidad Central de Venezuela en 1990 advirtió que, si se materializan cambios en los inmuebles históricos sin atender a la normativa internacional, cuando el equipo de la Unesco los constate se podría perjudicar el sueño patrimonial de La Guaira.

En este sentido, dos de los elementos fundamentales del análisis de la Unesco son la originalidad de las casas y los inmuebles, así como la preservación de los materiales utilizados en esa época colonial.

Sueño empedrado

La mencionada solicitud en 1997 ante la Unesco la hizo el IPC, con el apoyo del alcalde Lenín Marcano Monteverde (AD), la Cámara Municipal de Vargas y distintos sectores de las fuerzas productivas del Litoral Central.

Previamente, se había procedido a la reparación de varias casas de la zona, entre las que figuraron las dos viviendas integradas de la agencia de Bancor (entidad que formó parte de la crisis bancaria de 1994) y que se convirtieron en sede del despacho municipal. También se refaccionó a otra cercana a la plaza José María Vargas, donde funcionó la secretaría y el salón de sesiones del aludido ayuntamiento.

El 1º de julio de 1997, Marcano emitió un decreto para desocupar a las dependencias de la Alcaldía que se encontraban en la Casa Guipuzcoana. El documento, igualmente, declaró al inmueble como un museo. El último objetivo no ha sido posible, fundamentalmente por falta de voluntad política, mientras que la primera tarea sí fue ejecutada: la antigua sede de Bancor se mantiene como el despacho municipal y de otras direcciones.

Dos años después, la tragedia de las lluvias frenó los esfuerzos institucionales para que la Unesco considerara a La Guaira como uno de los nuevos patrimonios universales.

La destrucción de varios inmuebles y otras casas que quedaron en riesgo, dificultaron la inversión extranjera internacional en esa zona, donde despuntan 630 edificaciones, casas patrimoniales, fortificaciones, templos y casas mutuales, de acuerdo con un estudio del IPC.

El desbordamiento del río Osorio (que atraviesa a La Guaira desde su enclave más elevado hasta el mar Caribe) afectó a las emblemáticas calle El León y los callejones San Francisco y los Granados, además de la Casa Vargas, la Iglesia de La Ermita del Carmen (todavía no ha podido rescatarse) y la Casa Guipuzcoana. Sucesivos informes técnicos de los bomberos de La Guaira han certificado los daños de aquel fin de milenio.

En la Ermita del Carmen, reposaron los restos mortales de El Libertador Simón Bolívar a su llegada al país en 1842, procedentes de Santa Marta (Colombia), mientras que la Casa Vargas perteneció al médico guaireño, quien la adquirió para su familia en 1824. Hoy funciona allí la Coordinación de Extensión de la Universidad Simón Bolívar. Además, es un bien de interés cultural de la nación.

El aludido decreto municipal de preservación de la antigua Casa de Factoría de la Real Compañía Guipuzcoana fue ignorado entre 2000 y 2008 por el gobernador Antonio Rodríguez San Juan, que dispuso de esos espacios como sede de la gobernación del naciente estado Vargas.

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Casa Vargas USB. Foto: Cortesía USB.

Entre 2008 y 2021, el gobernador Jorge Luis García Carneiro (+) no despachó desde el lugar (trabajó en la casa del Ministerio de la Defensa en Playa Grande, parroquia Urimare), pero tampoco facilitó la transformación de la Guipuzcoana como museo icónico de la ciudad histórica.

Desde que asumiera su cargo como mandatario regional en diciembre de 2021, José Alejandro Terán volvió a ocupar los salones de la Guipuzcoana, junto con algunos de sus directores, mientras que los vecinos de la zona le reclaman que la plaza Bolívar del sitio se haya convertido en estacionamiento de decenas de vehículos y camionetas oficiales.

Es una vergüenza: ¿así quieren que en la ONU declaren a La Guaira patrimonio de la humanidad?”, se preguntó Gilberto Santana, que vive a pocos metros.

En riesgo

Bajo la administración del alcalde Jaime Barrios Morffe (MAS 2000-2004), se logró el financiamiento de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, a fin de rehabilitar parcialmente la ferretería El Ancla de la calle Bolívar. A pocos metros, está la Escuela Taller La Guaira, una dependencia de la Alcaldía de Vargas que capacita a decenas de jóvenes en artes y oficios técnicos.

En 2005, el Fondo de Monumentos Mundiales (organización privada sin fines de lucro que articula esfuerzos con la Unesco) evaluó al casco colonial de La Guaira y lo incluyó en la lista de los 100 sitios de interés histórico que están comprometidos.

En ese mismo año, el gobierno de Rodríguez San Juan intervino parcialmente las fachadas y alrededores de unas 40 viviendas de la calle El León y los callejones San Francisco y los Granados.

Pero, el IPC recibió una denuncia de los habitantes del sitio en cuanto a la violación de los estándares internacionales y ordenó la paralización de esas remodelaciones.

“Uno todavía camina por ahí y parece que escucha el estruendo del río Osorio y sus rocas inmensas. Esos arreglos no fueron tan buenos como los venden”, comentó Dunia Camacho, que transita diariamente por esos callejones que se conectan con la calle Bolívar.

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