Apureños desean un 2021 sin colas para comprar gasolina, gas doméstico y con buenos servicios públicos

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Para los sanfernandinos 2020 fue “el peor año de todos los tiempos”. Entre las calamidades incluyeron las fallas en los servicios públicos y la hiperinflación, más que la llegada de la pandemia. En ello coincidieron los ciudadanos entre los que se contaban productores agrícolas, panaderos y vendedores informales. Desean un 2021 con normalidad.

San Fernando de Apure. Los habitantes de San Fernando, la capital del estado Apure, región llanera de Venezuela, están desgastados y exhaustos de tener que librar una batalla diaria para garantizar alimentos y los servicios más elementales para sus hogares y familias. Varios de ellos, consultados acerca de sus deseos para el nuevo año, afirmaron a Crónica.Uno que no desean nada extraordinario para este año 2021, sino volver a cocinar con gas, abastecerse de gasolina sin pasar días en colas ni pagar corruptela y que sus ingresos de trabajadores públicos o comerciantes informales alcancen para comprar carne, pollo, queso y huevos.

“Peor año de todos los tiempos”
Hasta no hace mucho, 70 % de la fuerza laboral del estado Apure se ubicaba en el sector público y 30 % restante en el sector agropecuario y comercial.

Con el recrudecimiento de la crisis por la llegada del coronavirus, más de 50 % de esta mano de obra calificada migró este 2020, una porción al sector informal local y la otra a países distintos, de acuerdo con el reporte que dan los propios trabajadores.

La razón de esta estampida, “es un salario mínimo inferior a los 2 dólares versus una canasta alimentaria por encima de los 200 dólares y como si fuera poco, un secuestro de los beneficios de las contrataciones colectivas”, afirmó Minerva Ortega, presidenta de la Federación de Trabajadores del estado Apure (Fetrapure).

Para la presidenta del organismo que agrupa a 12 sindicatos de la región y a más de 10.000 trabajadores públicos del estado, el 2020 fue “terrible” porque “en este año, a través de la Onapre (Oficina Nacional de Presupuesto), se emitió la resolución 2792, con la cual cercenan todos los derechos conquistados por los trabajadores a través de las convenciones colectivas”.

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Minerva Ortega de Fetrapure informó que demandaron la nulidad de la resolución de la Onapre que nivela los salarios. Foto: Sulay García.

Explica que desde que el Gobierno se abrogó la potestad de nivelar el salario de todos los trabajadores del país con esta medida, en contra de la garantía constitucional de la progresividad de los derechos laborales, fueron suspendidas las conquistas de las contrataciones colectivas regionales, las cuales en el caso del estado Apure, estaban por encima de las nacionales.

Además de esta suspensión, se prohibió el derecho a huelga y “por eso, hemos exigido a través de una demanda la anulación de esa resolución, la cual hemos estado obligados a dar a conocer en el ámbito internacional en vista de que aquí en Venezuela no ha habido reacción de un Tribunal Supremo de Justicia al petitorio que ha hecho la dirigencia sindical venezolana para permitir que los derechos de los trabajadores sean reconocidos y el salario se dé por la vía de la convención colectiva de trabajo”.

Por otro lado, para el sector agroproductivo regional fue el “peor año de todos los tiempos”, afirmó Andrés Colmenares, presidente de la Asociación de Ganaderos del Estado Apure (Agapure), que sostiene que la contracción de la producción agropecuaria superó 60 % debido a la escasez de gasolina y el incremento del dólar que encareció los costos de producción, pero redujo los precios de productos como el queso y la carne.

Ejemplificó que en junio, el kilo de queso, directamente de la finca, costaba 1,8 dólares, actualmente cuesta 1,3 dólares, lo cual es una pérdida en estos momentos cuando todo se tasa a dólares.

Estamos cerrando este año luchando contra todas esas adversidades que se presentan, sobre todo con la crisis del combustible que nos ha afectado muchísimo y, por otro lado, con una baja en los precios de nuestros productos como es el ganado y el queso y pese a que el invierno fue bastante benevolente con nuestro estado, hemos sido fuertemente golpeados por la comercialización y los precios”.

No obstante, “seguimos resistiendo, pero la única manera de que esto cambie es que haya un cambio de gobierno”, asegura el presidente de Agapure.

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Andrés Colmenares, presidente de Agapure, afirmó que la contracción agropecuaria superó 60%. Foto: Sulay García.

El mismo sentimiento de aversión guarda Servanda Beróez, para quien 2020 fue “catastrófico” con la llegada de la COVID-19, el método 7×7 de la cuarentena, la escasez de efectivo y “los matraqueos de la policía que han afectado las ventas”, lo cual se ha agravado por la inanición del sector gubernamental.

Para esta vendedora de tortas del bulevar, ubicado en el centro de la capital apureña, “2020 fue muy difícil, de muchas sorpresas y, de una u otra manera, cambió la vida de muchas personas. Faltó atención del gobierno hacia las personas y falta mucho todavía”.

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Servanda Beróez, vendedora de tortas, se quejó del “matraqueo” policial .Foto: Sulay García.

A diferencia de sus predecesores, para Rubén Bustamante, empresario panadero, el año tuvo momentos muy duros, pero la panadería logró equilibrarse.

Sostuvo que sufrieron los altibajos de los altos costos por la dolarización, pero por tratarse de un sector esencial y de consumo masivo, alcanzó una “relativa estabilidad, pero eso no impidió que experimentáramos momentos muy duros”.

Bustamante aseguró que enfrenta la realidad del país a diario, ya que a la panadería en la que labora, ubicada en pleno centro de la ciudad, llegan al menos 30 niños no mayores de 12 años de edad, que viven de lo que les dan en ese y otros establecimientos, así como de los restos de alimentos que recogen en estos recorridos.

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Rubén Bustamante, empresario panadero, afirmó  que  este tipo de comercio logró equilibrarse. Foto: Sulay García.

Sin embargo, cree que “no hay que dejar de soñar, hay que seguir soñando. Venezuela tiene el potencial para desarrollarse, por eso mi mayor deseo es que Dios me le bendiga y Dios me le guarde a todo el pueblo venezolano”.

“Queremos un país normal”
Abastecerse de combustible sin pasar días en cola, ni pagar corruptela, así como tener efectivo para pagar pasaje o poder comprar carne y pollo con el sueldo mensual, son los deseos de los entrevistados.

Mientras esperaba el gas con más de 60 vecinos del sector José Antonio Páez, tras permanecer 5 meses cocinando con leña, Manuel Ignacio Ríos expresó que: “Yo deseo que todo se normalice con el gas, con la comida, que no pasen hasta tres y cuatro meses sin llegar y no tenemos la normalidad. Yo le pido al nuevo año que todo se normalice y estemos bien”.

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Manuel Ignacio Ríos aspira  que se normalice el suministro de gas y la bolsa Clap.  Foto: Sulay García.

Esta declaración la ofreció Ríos a las 8 de la mañana del 30 de diciembre, luego de la cual permaneció casi 10 horas en espera del camión con la recarga de las bombonas, este llegó a las 5 de la tarde.

Con más de 24 horas en cola aguardando por gasolina, Freddy Braca, productor agrícola, manifestó su agobio debido a la situación ya que no tenía muchas garantías de comprar combustible por la fecha y su posición en la fila, superior a los 100 vehículos.

Mi deseo es que esto se normalice. Esto me afecta la producción, tanto a mí como a todos los productores y al país en general. Esperemos que el Gobierno nos dé una respuesta y nos diga ¿qué va a pasar?, ¿cuáles son las alternativas?”, expresó el productor fatigado por el sol y la extenuante espera.

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El productor Freddy Bracca le pregunta al gobierno: ¿Cuáles son las alternativas? Foto: Sulay García.

Los trabajadores del mercado municipal también desean normalización ya que la escasez de gasolina limita el transporte para el traslado propio y de sus productos al máximo centro de consumo de la ciudad llanera. Además, provoca el encarecimiento de los artículos así como la dolarización de la mercancía, lo cual se agrava con la escasez de efectivo que ha reducido al mínimo sus ganancias.

Que se normalice el problema de la gasolina, la luz y el salario que no nos alcanza para hacer mercado y que la gente tenga mucha paciencia para seguir adelante y que Dios nos ayude a todos”, desea Antonio García, vendedor de panelas o papelón como se le conocen en el resto del país.

Muchos de estos trabajadores como Rosa Rodríguez, que sigue creyendo en el gobierno revolucionario, asevera que “el deseo de todos los venezolanos es tener paz, tranquilidad y armonía, cosas que no tenemos ahorita en este país debido a que las personas que trabajamos como yo, que somos informales, tenemos que estar viviendo zozobra en nuestra propia tierra”.

La vocera principal de los trabajadores del mercado está convencida de que “nuestro presidente da órdenes y los que lo siguen no las acatan. Aquí tenemos el ejemplo de los policías nacionales y los policías que andan de civil, los que llaman de inteligencia que están es pendiente de cuánto cargas tú en tu bolsillo para quitártelo”.

Reveló, además, que tiene intenciones de emigrar. “Yo amo a mi patria Venezuela, pero hoy por hoy quiero abandonarla porque tengo que andar escondida como delincuente y no queremos vivir como delincuentes, queremos paz y tranquilidad en nuestra patria”.

Otros, como Pedro Rodríguez, desean “que levanten esa cuarentena para uno trabajar, echar pa´lante y más nada, porque estamos quebrados es por eso. El presidente habla de un coronavirus, pero eso es algo que ellos ponen en los noticieros para trancarnos más, oprimirnos, que no salgamos a la calle, que nadie devele sus sentimientos, ni lo que uno quiere expresar, que ni levantes las manos, ni alces la voz, ni digas lo que tú piensa, ni lo que crees”.

Aunque el restablecimiento de la normalidad es el deseo recurrente de los entrevistados, estos tienen la sensación de que la situación puede empeorar en este 2021.

Sin embargo, Eduardo Pacheco afirmó: “Las cosas van a cambiar, pero no por el Gobierno sino por la mano de Dios, este es un estado de bendición y la mano de Dios está sobre este estado, deseo que sea Dios quien nos siga guardando y bendiciendo de una manera grande y especial, que haya dinero, que haya bonanza, que haya grandes bendiciones de parte de Dios para esta tierra y para toda Venezuela”.

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Eduardo Pacheco confía en que Dios cambiará las cosas. Foto: Sulay García.

En definitiva, lo que los habitantes del estado Apure desean para este 2021, no es más que vivir en un país normal, con problemas y preocupaciones normales y no con el desgaste diario de librar una dura batalla, hasta para conseguir lo más elemental.


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