Mediación de Noruega, Comité de Postulaciones Electorales, levantamiento de sanciones a cambio de un gobierno de emergencia son algunos mecanismos intentados para destrabar la crisis. Mientras, Maduro insiste con la Mesa Nacional de Diálogo. “Para reintentar cualquier mecanismo de negociación habría que comenzar donde nos quedamos en Barbados: Consejo de Gobierno”, dice el diputado Stalin González.
Caracas. La última vez que el Ministerio de Asuntos Exteriores de Noruega se refirió a las negociaciones entre los factores políticos venezolanos fue el 2 de diciembre de 2019; unos cuatro meses y medio después de que la delegación de Nicolás Maduro abandonó el mecanismo.
En un escuetísimo comunicado de dos párrafos, los nórdicos dejan clara su visión de la salida al conflicto: “Se necesita urgentemente una solución pacífica y pronta para la crisis venezolana. Esta es una crisis política con inmensos impactos humanitarios”. El COVID-19 no era todavía un tema de preocupación global.
¿Qué pasó con Noruega? ¿Se han retomado los contactos? ¿La propuesta de Estados Unidos para levantar las sanciones progresivamente si se instala un gobierno de emergencia podría reactivar ese mecanismo? Se lo preguntamos al diputado Stalin González (UNT), integrante de la delegación opositora en Noruega-Barbados el año pasado.
“Nosotros siempre hemos estado en contacto con el Reino de Noruega, pero en este momento no hay ninguna intención formal de retomar nada. No hay nada en concreto”, sentenció.
Afirmó que si Maduro y sus colaboradores quieren volver a sentarse en esa mesa con el acompañamiento noruego, deben darse tres condiciones:
“Para nosotros, cualquier proceso que se reintente tiene que iniciar donde lo dejamos en Barbados: el Consejo de Estado. Debe haber una intención real de colocar la elección presidencial sobre la mesa y un reconocimiento a la Asamblea Nacional”, precisó.
¿Y las parlamentarias?
La semana pasada Maduro puso en duda la realización de las elecciones parlamentarias previstas para este año dada la gravedad de la pandemia global.
Al respecto, González dijo comprender que países de la región hayan puesto su agenda electoral en stand-by ante la necesidad de aislamiento social y por el impacto económico del coronavirus, tal como ocurrió en Bolivia y Chile, e incluso que Estados Unidos esté hablando de un voto 100 % vía servicio de correos.
Sin embargo, a su juicio, el caso venezolano no podría medirse con la misma vara. Sostiene que en Venezuela, la efectiva atención de la pandemia pasa necesariamente por un cambio político.
“Para salir de la crisis y de la pandemia, más allá de cuántas personas se contagian, es reestructurar este país, recomenzar una economía sana. Eso significa tener unas instituciones depuradas. Y además, hay una cuenta pendiente con el país que es el 20 de mayo de 2018. Si el retomar la credibilidad y la legitimidad de las instituciones no está sobre la mesa, es muy difícil tener un acuerdo”, afirmó.
Comité cerrado hasta nuevo aviso
El otro escenario, vinculado a la misma búsqueda de una solución electoral al conflicto interno, es el Comité de Postulaciones Electorales.
Esta instancia, presidida por el diputado opositor Ángel Medina (PJ) junto con el diputado oficialista Julio Chávez (PSUV) como vicepresidente, se instaló el 9 de marzo con el propósito de convocar a los aspirantes a rectores del Consejo Nacional Electoral, evaluar sus credenciales y remitirle una lista de candidatos aptos a la plenaria de la Asamblea Nacional.
Si el coronavirus no hubiera aparecido en el camino, por estas fechas la Asamblea Nacional debía estar deliberando sobre esos ocho nombres (cinco rectores principales y tres suplentes). Pero la historia fue otra.
El 16 de marzo, una vez declarada la cuarentena, el Comité suspendió todas sus actividades y hasta la fecha no han anunciado ni siquiera la intención de retomar el trabajo vía remota o facilitar las postulaciones vía electrónica.
Fuentes consultadas por Crónica.Uno tanto de oposición como del oficialismo señalaron que la vuelta a las actividades no está en el panorama. Explicaron que uno de los principales escollos es que las postulaciones deben ser presenciales y con la escasez de gasolina, los aspirantes que viven en el interior no podrían trasladarse.
Una propuesta detallada
En el ínterin, el 28 de marzo Guaidó presentó al país una nueva versión de su propuesta de conformar un Consejo de Estado –que había enviado a Barbados en julio de 2019–, pero esta vez la ajustó a la emergencia por el COVID-19 y amplió a la creación de un Gobierno de Emergencia Nacional.
Dos días después, Estados Unidos refrendó la idea y la aderezó con un detallado cronograma de levantamiento de sanciones personales contra prácticamente todos los colaboradores de Maduro.
Aunque públicamente no se ha conocido la primera baja de algún colaborador de Maduro seducido por la idea de recuperar todos sus activos, su visa y sus cuentas en Estados Unidos, el diputado Miguel Pizarro (PJ), quien se encuentra actualmente en Washington como comisionado para la Ayuda Humanitaria designado por Guaidó, respondió la semana pasada a la prensa consultado sobre posibles conversaciones en el marco de la propuesta estadounidense:
“Si hay sensatez y priva el sentido político de quienes rodean a Maduro por encima del intento de mantenerse en el poder, si hay el mínimo de racionalidad política y humana, hay una ventana de oportunidad. Es muy obvio que alguien como Mike Pompeo o Elliot Abrams no harían una propuesta con ese nivel de detalle si no hubiera unas conversaciones. Nosotros hemos venido dibujándole a los representantes del régimen que no hay viabilidad política con Maduro en el poder”.
Maduro enfrascado
La sociedad civil no se ha quedado de brazos cruzados. Personalidades vinculadas al gobierno, a la oposición e independientes han expresado en distintas propuestas la necesidad de que los factores políticos venezolanos encuentren espacios de acercamiento para la resolución de la crisis política, social, económica y sanitaria, ahora agravada por el coronavirus.
Pero a la par de las propuestas internacionales y de la oposición política, Nicolás Maduro se mantiene en Miraflores reunido con la denominada Mesa Nacional de Diálogo. El primero de abril instaló el Consejo de Estado. En ambas instancias ha incluido a disidentes de la oposición, minoritarios y sin representación política relevante, en un intento de mostrar amplitud y pluralismo, pero sin lograr avanzar realmente en soluciones conjuntas.
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