En 2020 se recibieron 244,1 millones de dólares para la respuesta humanitaria

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Para 2021, hasta el 28 de enero, se han recibido 41 millones de dólares y solo en diciembre 80 toneladas de equipos de protección. Esta información aparece en el reporte que hizo la OCHA el pasado 26 de enero.

Caracas. Datos del Servicio de seguimiento financiero –en inglés Financial Tracking Service (FTS)– de la Oficina para Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas, OCHA, indican que en 2020 se recibieron 244,1 millones de dólares para la respuesta humanitaria en Venezuela.

De ese monto 162,9 millones de dólares están dentro del Plan de Respuesta Humanitaria con Panorama de Necesidades Humanitarias 2020, incluyendo fondos para las Naciones Unidas, ONG internacionales y nacionales y el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. Para 2021, hasta el 28 de enero, se han recibido 41 millones de dólares.

Esta información aparece en el reporte que hizo la OCHA el pasado 26 de enero, donde rinde cuentas de parte de las acciones llevadas a cabo en suelo venezolano. En ese informe del FTS se lee que los organismos y países contribuyentes a las actividades humanitarias son la Unión Europea, Estados Unidos, Reino Unido, Suecia, Noruega, Suiza, Fondo Central de Emergencias de las Naciones Unidas (CERF), Canadá, Alemania, entre otros.

Con el Plan de Respuesta Humanitaria con Panorama de Necesidades Humanitarias 2020, se esperaba alcanzar el año pasado a 4,5 millones de las personas más vulnerables, incluyendo 53 % de mujeres y 47 % de hombres. Para ello, se requería un financiamiento de 762,5 millones de dólares, incluyendo 87,9 millones dólares para responder al impacto de la pandemia global de la COVID-19.

De ese dinero, hasta el 14 de junio, el país había recibido más de 116 millones de dólares y al cierre del año la cifra llegó a 244,1 millones de dólares.

Ese plan tiene tres objetivos estratégicos entrelazados: 1) asegurar la supervivencia y el bienestar de las personas más vulnerables; 2) contribuir a la sostenibilidad de los servicios esenciales y reforzar la resiliencia y los medios de vida; y 3) fortalecer los mecanismos institucionales y comunitarios para prevenir, mitigar y responder a los riesgos de protección.

El aporte enviado en 2020 representó 21,4 % de los fondos requeridos para la implementación total del plan. “A pesar del aumento significativo en la financiación en los últimos meses, la brecha en la cobertura del plan de respuesta humanitaria sigue siendo el reto mayor para asegurar una respuesta en línea con las necesidades”, reflexionó la OCHA en su rendición de cuentas de finales de enero.

Otros de los datos relevantes que destacó, como parte de la respuesta a la COVID-19, es que los días 3, 7 y 11 de diciembre arribaron al país más de 80 toneladas de equipos de protección personal (EPP) para trabajadores de la salud, gestionados por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en el marco del acuerdo de colaboración entre el Ministerio para la Salud y el equipo asesor de la Asamblea Nacional electo en 2015

El cargamento incluía 40.000 lentes de bioseguridad, 300.000 mascarillas N95, 400.000 batas de bioseguridad, 1 millón de tapabocas quirúrgicos y 1 millón de guantes. 

La OPS informó de que los EPP, así como las 1,2 toneladas de mascarillas de oxígeno, cánulas nasales y concentradores de oxígeno serían distribuidos a 18 instituciones de salud de 14 estados priorizados del país, según el plan convenido entre ambas partes del acuerdo. Lo que no se reveló en ese informe es el nombre de los hospitales beneficiados con el donativo.

De hecho, la información fue cuestionada por la ONG Monitor Salud, la cual en su informe de diciembre señaló que  en todo el país existe un promedio entre 69 % y 89 % de los trabajadores de salud que reutilizan el tapabocas.

Monitor Salud indicó que los guantes, tapabocas y protección facial, o equipos de protección personal (EPP) tienen la misma tendencia registrada en dotación de insumos de limpieza y desinfección, ya que los niveles de insuficiencia son constantes. 

Panorama general

La OCHA también hizo la observación del estatus de enfermedades transmisibles como el dengue: al 28 de noviembre de 2020, Venezuela reportó 6179 casos de (una tasa de incidencia de 19,08 casos/ 100.000 habitantes), 238 casos confirmados por laboratorio, 31 graves y 14 fallecidos (una tasa de letalidad de 0,227 %), siendo mayor que las tasas de letalidad en la subregión Andina (0,072 %) y de la región de Las Américas (0,042 %). Aunque se fijó en una disminución de 58,2 % en los casos de dengue reportados (14.789 casos), la tasa de letalidad se elevó en 52,3 % en comparación al mismo periodo de 2019 (0,149 %). 

En cuanto a la chikungunya, reportó que para la misma fecha el acumulado de casos probables era de 65, con dos confirmados por laboratorio y una incidencia acumulada de 0,20 casos cada 100.000 habitantes. Esto representa una disminución del 63,9 % en comparación con el mismo periodo del año 2019 (180 casos). 

De zika contabilizaron 34 casos probables, sin ninguno confirmado por laboratorio, representando una disminución de 44,7 % en comparación con el mismo periodo de 2019 (76 casos).

Y con relación al sarampión y la rubéola, hasta el 28 de noviembre, se reportaron 629 casos sospechosos de sarampión, rubéola y síndrome de rubéola congénita (SRC) con cero casos confirmados. En las últimas 52 semanas epidemiológicas (del 1 de diciembre de 2019 al 28 de noviembre de 2020) se reporta una tasa de casos sospechosos de 0,4 casos por cada 100.000 habitantes de sarampión y rubéola y de 0,3 casos sospechosos de SRC por cada 10.000 nacidos vivos.

Señaló la OCHA que las restricciones impuestas a la circulación de las personas durante la pandemia, así como el temor de las personas a infectarse, han limitado las actividades de atención primaria de la salud, incluyendo servicios de prevención como la vacunación. De igual modo, la vigilancia epidemiológica que se estaba llevando a cabo ha sido afectada y es posible que se esté produciendo un subregistro de casos en este tipo de enfermedades.

Por tanto, recomendó tener en cuenta que la reactivación de las actividades económicas y de la movilidad en las fronteras puede incrementar nuevamente el riesgo de brotes de enfermedades transmisibles. “Su impacto podría ser aún mayor, dado el enfoque de los sistemas de salud en la COVID-19. Considerando estos factores, la OPS/OMS alerta sobre el alto riesgo de la ocurrencia en las Américas de nuevos brotes de enfermedades prevenibles por vacunación”.

Y frente a la pandemia indicó que se debe seguir ampliando la capacidad diagnóstica, así como su descentralización en todo el país, por pruebas confirmatorias de COVID-19 (PCR y antígenos) para la población en general y grupos de riesgo, como trabajadores de la salud, tercera edad, población migrante e indígena, contactos directos de casos positivos, dado que sigue siendo insuficiente a pesar de contar con 28 equipos distribuidos en los 24 estados. Solo cinco estados tienen acceso directo al procesamiento de PCR, Táchira, Zulia, Yaracuy, Distrito Capital y Miranda, los demás estados deben enviar sus muestras a los laboratorios de referencia, situación que impone un desafío para el país para la respuesta humanitaria.

Foto Archivo


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