Enrique Alzualde, trabaja en un puesto improvisado en el mercado de las esquinas de Truco a Caja de Agua, en la avenida Baralt. Contó que sus clientes antes le hacían pedidos de $100 y actualmente sus compras no pasan de $20.
Caracas. Enrique Alzualde, un carnicero con más de 20 años de trayectoria, trabaja en un puesto improvisado, en el mercado de los fines de semana, que se instala en las esquinas de Truco a Caja de Agua, en la avenida Baralt. Lo ayuda Yerson Arnula
En ese punto ya lleva más de cinco años, ha hecho mucha clientela por su mercancía, pero también es conocido por su amor incondicional a los perros sin dueño.
“Los perros ya saben que uno les da comida, ellos esperan a que se caiga algo al piso o al final de la jornada que yo les puedo dar algo de come”.
En estos últimos meses sus ventas han mermado. “Todos quieren comer carne hasta que les toca pagarla”, dijo Alzualde, con resignación.
El kilo de carne en ese mercadito cuesta al menos $7.
“Anteriormente podía vender toda la mercancía antes del mediodía del domingo y contaba con más personal. Ahora solo somos dos, Conejo y yo, los clientes simplemente dejaron de comer tanta carne”.
En un mal día podía hacer $500 y con ese monto lograba costear sus gastos, ahora la realidad es otra. Entre impuestos a la alcaldía, el pago de empleados y de la mercancía ya ha resultado una actividad comercial poco rentable para su sustento.
“Uno aguanta acá en el punto porque tengo una clientela ganada, pero antes me hacían pedidos de hasta 100$, no hablo de más de dos años, ahora esa misma gente de broma puede gastar 20$ al mes en carne”, contó el carnicero.
“Hoy en día lo que más se vende es el picadillo de pollo y los huesos para la sopa, pocos pagan en efectivo y mi eterna lucha es que a veces el punto ni pasa y pierdo la poca venta que pude hacer”, dijo Alzualde
Lea también:
EN FOTOS I 70 niños y niñas recibieron ayuda social de la parte alta de Cota 905
Participa en la conversación