En la calle y sin solución quedaron los habitantes de la Quinta Tamanaco en Colinas de Bello Monte

Quinta Tamanaco

El muro de contención del inmueble ubicado en la calle Casiquiare, del municipio Baruta, se derrumbó el 6 de octubre y obstruyó la entrada del edificio aledaño. Las autoridades no han dado respuesta a 12 familias que vivían en la estructura. Pasaron la primera noche en un hotel, gracias al apoyo de la Red Vecinal Integral de la zona.

Caracas. La mañana del jueves, 6 de octubre, en la Quinta Tamanaco, en la calle Casiquiare de Colinas de Bello Monte, Ingrid se vestía para ir al trabajo, Mayré cocinaba para su hijo y Anderson se había ido a dormir tras una madrugada de trabajo en su computadora. Un golpe hizo que la residencia se sacudiera. Los vecinos salieron a la calle y vieron que buena parte del muro de contención de su residencia se había derrumbado.

Según los habitantes de la quinta, que está divida en al menos unos 19 anexos y es el hogar de 12 familias, el muro nunca había dado problemas. Pero las fuertes lluvias del 6 de octubre, la falta de mantenimiento y los 60 años de antigüedad de la estructura terminaron por derribarlo.

Minutos después que el muro se vino abajo, los bomberos y Protección Civil llegaron al sitio y alertaron que los vecinos de la quinta no podían vivir más ahí porque la estructura es inestable. El derrumbe dejó completamente tapiada la entrada del estacionamiento de residencias Ala, una torre residencial justo al lado.

Una cuadrilla de la Alcaldía del Municipio Baruta estuvo en Colinas de Bello Monte minutos después del siniestro y de nuevo el viernes, 7 de octubre. Un geólogo será el encargado de estudiar el terreno y determinar si todavía es habitable o debe ser demolida.

Al lugar también acudieron el alcalde Darwin González, el presidente del concejo municipal, Luis Aguilar; y la exconcejala Georgette Topalian. Todos inspeccionaron lo ocurrido y ninguno pudo dar respuesta inmediata a las familias que, tras la orden de los bomberos, se quedaron en la calle.

Fachada de la Quinta Tamanaco tras el derrumbe del muro.| Foto: Tairy Gamboa
Desamparados

Ingrid Rivas, de 64 años de edad, se mudó a la Quinta Tamanaco porque fue el único sitio donde el alquiler era “bajito”. Ella, como muchas de las familias que vivían en el improvisado conjunto residencial, quedó técnicamente en una situación de calle.

Yo metí los papeles en Misión Vivienda, pero nunca me han llamado, por eso vivo aquí. Ahora está prohibido vivir ahí, los bomberos nos dijeron que no podíamos subir porque era peligroso, existe riesgo de que (la quinta) se caiga.

Ingrid se siente desamparada, una sensación que a más de 24 horas del derrumbe ha ido en aumento. “Me siento en el aire, no tengo para dónde ir, vivo sola aquí, tengo familia en el interior, pero vivo aquí en Caracas, mi trabajo está en Chacaíto”.

La incertidumbre de Ingrid también se impulsó en buena medida en el trato que recibieron los afectados por parte de las autoridades, especialmente del alcalde Darwin González.

“Las autoridades llegaron rápido, los bomberos y Protección Civil fueron los primeros que llegaron. Vino el alcalde y con él no se pudo hablar, él fue al edificio de al lado a ver lo del apartamento de la conserje. A nosotros no nos tomaron en cuenta”.

En la calle también quedó Mayré Gómez junto a su hijo, de 13 años de edad, y su perro. Su esposo está fuera de Caracas por trabajo.

No tenemos donde quedarnos. Yo tengo familia en Lara, vengo para Caracas con mi esposo a trabajar y aquí está el colegio del niño, no tenemos familia acá. Yo les decía a los bomberos que esa era mi inquietud, no sabía dónde íbamos a pasar la noche y ellos solo me responden que esa no era su competencia, contó.

Habitante de la Quinta Tamanaco sacó algunas de sus pertenencias de la estructura.| Foto: Tairy Gamboa

Lo único que evitó que Mayré durmiera en la calle con su hijo fue la acción de Armaris Arocha, presidenta de la Red Integral Vecinal de Colinas de Bello Monte. A las 10:00 p. m. esta vecina logró conseguirles a los afectados unas habitaciones, en un hotel cercano, para que pasaran la noche.

Aunque Mayré e Ingrid se quejaron del trato que recibieron por las autoridades, hicieron la excepción con Luis Aguilar y Georgette Topalian, quienes sí mostraron interés por ellos.

Las autoridades vinieron, se metieron en el edificio de al lado, hicieron el informe y en ningún momento preguntaron por los afectados de la Quinta Tamanaco. Ajá, ¿y nosotros? Estamos en plena calle, aguantando la lluvia, yo tengo un niño menor de edad. En ningún momento llegó el alcalde a acercarse para tener la humanidad de preguntar qué pasó, si teníamos miedo, si habíamos comido, a decirnos que nos iban a ayudar con un sitio mientras se resuelve esto”, cuestionó Mayré.

Pese al sentimiento de las personas de la Quinta Tamanaco, Armaris Arocha dijo que el trámite de conseguirles las habitaciones del hotel se había hecho con el apoyo de la alcaldía y el concejo municipal de Baruta. Agregó que al menos la noche del viernes, 7 de octubre, podrán dormir de nuevo en el hotel. Por ahora ninguna solución a largo plazo se ha presentado.

Habitantes de la Quinta Tamanaco en la calle frente a la que era su residencia.| Foto: Héctor Antolínez
Una quinta sin dueño

Anderson Silva vive en la Quinta Tamanaco desde el 2000, es uno de los residentes que tenía mayor antigüedad en el sitio. Por ahora está durmiendo en casa de un amigo que le ofreció techo de manera temporal, aunque él está al tanto que no es una solución a largo plazo porque “al tercer día el invitado empieza a oler mal”.

Según Anderson, la Quinta Tamanaco tiene aproximadamente 60 años, se construyó antes que las residencias Ala, que se encuentra justo al lado.

Sin que las causas se hayan determinado completamente, el muro que colapsó no ha recibido un mantenimiento en un largo período, algo que también denunciaron los vecinos de residencias Ala, esta responsabilidad debería recaer sobre los hombros de los propietarios, pero hay un problema: por ahora la Quinta Tamanaco parece no tener dueño.

Anderson dijo que esa quinta era propiedad de una señora que falleció y desde entonces no se ha concretado exactamente quién es el dueño, una situación que hizo que algunos habitantes cesaran de pagar el alquiler.

Lo que hay es un abogado que no se hace responsable, por eso algunos de los vecinos dejaron de pagar el alquiler y directamente lo invirtieron en algún mantenimiento de la quinta. Hay algunas personas que fueron a la Superintendencia Nacional de Vivienda a inscribirse para tener alguna protección.

Anderson comentó que los bomberos se mostraron preocupados por lo que queda del muro, porque creen que puede ceder también. Lo único que tienen claro los afectados es que en la Quinta Tamanaco no podrán vivir más.


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