Prosigue el incumplimiento del pasaje oficial por parte de los transportistas de la ruta Caracas-La Guaira. De acuerdo con los usuarios, no hay autoridad nacional o regional que ponga freno. Las denuncias no solo reportan el cobro indebido de la tarifa sino también la pretensión de calcular el dólar americano en efectivo a Bs 1.500.000, lo que lesiona los intereses de los pasajeros que deben desplazarse a la capital y no cuentan con moneda nacional.

La Guiara. Entre 800.000 y un millón de bolívares cobran el pasaje los transportistas de la ruta Caracas-La Guaira, de acuerdo con denuncias de usuarios del Litoral Central, quienes también reclamaron que las unidades privadas no salen desde los dos terminales terrestres de la entidad federal.

Crónica.Uno constató la denuncia difundida por redes sociales y aunque los fiscales del terminal de La Zorra, en Catia La Mar, no quisieron ofrecer una versión oficial, admitieron que se ha conversado con los gremios del transporte público en torno al incremento de las tarifas.

No obstante, es una decisión que corresponde al Ministerio de Transporte Terrestre, que el 22 de septiembre del año 2020 acordó el pasaje entre Catia La Mar, La Guaira y Caracas en 100.000 bolívares, y a fines de ese año autorizó el cobro de 300.000 bolívares, sin justificar el último monto en la respectiva Gaceta Oficial.

pocos buses
Los buses oficiales son escasos. Foto: Cortesía Mirna Montemayor.

Es que nadie quiere cobrar los Bs. 300.000 del pasaje y esos tipos siempre de espaldas al pueblo. Están presionando para que les autoricen un aumento a 800.000 bolívares, lo cual es un abuso para quienes debemos ir a Caracas a trabajar, a buscar medicamentos y comida”, dijo Neider Bermúdez, mientras esperaba un bus en el mencionado terminal.

En el terminal de La Guaira, igualmente, se pudo observar la ausencia de colectores privados con destino a Caracas, por lo que sus demandantes sufren esperas superiores a dos y tres horas para abordar una unidad marca Yutong, cuyo subsidio estatal permite una tarifa de 100.000 bolívares.

“Aunque no sea grato hacer una cola tan larga, menos mal que están los rojitos”, suspiró Eva Colmenares, una enfermera que labora por guardias en el hospital de Los Magallanes de Catia, en la parroquia Sucre. Junto con ella, otro grupo de personas se unía al malestar por la circulación de unidades “piratas” que se aprovechan de los que necesitan ir a Caracas por diligencias familiares.

Trascendió que, en horas de la tarde y de la noche, los transportistas cobran hasta un millón de bolívares de pasaje.

A veces, durante los fines de semana de cuarentena, te piden el dólar y punto”, relató Eduvigis Méndez, quien trabaja en Sabana Grande dos días a la semana y habita en la comunidad de Quebrada Seca, en la parroquia Caraballeda, al este del Litoral Central.

Por su parte, Carlos Alberto Echeverría, chofer avance de esta ruta, defendió la decisión del propietario de la unidad de prestar el servicio fuera de ambos terminales, a fin de cobrar un poco más y así compensar los gastos dolarizados de repuestos y el mantenimiento general.

No somos enemigos de la gente, pero el Gobierno tiene que sincerar el asunto y dejarnos cobrar los 800.000 bolívares que ahora estamos proponiendo”, indicó.

Otros profesionales del volante también refirieron la tardanza en largas colas para equipar sus tanques de gasoil. 100 litros del combustible les cuesta el equivalente en bolívares a $50.

Cambio leonino y por la vieja
Ante esta situación, usuarios en la parada del puente del distribuidor El Trébol en Maiquetía (una de las más concurridas hacia Caracas) se quejaron de que no solo hay escasez de unidades en semanas de flexibilización sino también que “pretenden cobrar los 800.000 o el millón cambiándote el dólar a 1500 y así te roban sin anestesia”.

Los afectados no manifestaron la intención de denunciar la anomalía, dado que no pocas veces se acercan al sitio grupos de motorizados de las policías regional y municipal para conversar con fiscales de la línea privada, a quienes consideran cómplices de lo que sucede a diario.

“Eso es perder el tiempo, en la Fiscalía o en la Defensoría del Pueblo: los policías de aquí están en el negocio con los choferes”, afirmó Rolando Hernández, un estudiante de Trabajo Social de la Universidad Central de Venezuela que por estos tiempos de pandemia hace el servicio de delivery de sus postres caseros, los cuales son solicitados en distintas zonas de Caracas.

“Eso sin olvidar que, en semanas de cuarentena radical, cuando se ponen necios con la alcabala en el inicio de la autopista pidiendo salvoconductos, algunos autobuseros de esta parada nos ofrecen llevarnos por la carretera vieja, que está más sola que la una, un verdadero peligro”, agregó.


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