Beatriz Canela dijo que 2016 no fue un año muy bueno para su papá. Por tanto, decidieron darle un alto a la tradición que cada inicio decembrino bañaba de magia a quienes conducían por la avenida Boyacá.

Caracas. La cola de todos los 1° de diciembre en la avenida Boyacá, mejor conocida como Cota Mil, molestaba a más de un conductor que de 6:30 a. m. a 7:00 a. m. transitaba por ahí. Pero cuando pasaban a la altura de Boleíta y veían a un Santa alegre que con su “jojojo” los llenaba de magia, las caras eran otras. Se animaban, varios se tomaban fotos y, si iban con niños, entregaban la acostumbrada carta para el Niño Jesús. Así le daban la bienvenida a la Navidad.

Esa estampa se repitió durante los últimos 15 años. Aunque las últimas temporadas, el “Santa Caraqueño” fue repelido por los funcionarios policiales, acusado de causar colas.

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Este 1° de diciembre en ese tramo de la Cota Mil hubo un vacío. En la mañana, muchos esperaban ver al hombre vestido de rojo, con su barba blanca y ojos azules, pero nunca llegó. La avanzada edad y un mal año en materia de salud llevaron a los hijos del Santa a darle un alto a la tradición.

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Ramón Candela este año ha tenido algunas complicaciones médicas.

Beatriz Canela contó que su papá (Ramón Canela) en algún momento pensó en continuar con la tarea anual. “Sin embargo, 2016 no ha sido fácil para él. Estuvo incluso hospitalizado y por tanto mis hermanos y yo decidimos que ya no podía seguir con esa tradición. Además, el mal tiempo tampoco ayudaba”, expresó.

La mujer sostuvo que todo lo que hizo su papá fue con amor e indicó que ya es tiempo de cerrar ese ciclo. Lamentablemente, sus hijos no continuarán con el legado, “pues ninguno tiene los ojos azules, para empezar. Pero hay personas que nacen para hacer de la belleza y la simpleza un acto de amor. Hoy siempre será tu día de Navidad en Venezuela”, dijo, augurando al mismo tiempo que, quizá, alguien con buen corazón retomará el camino del Santa caraqueño.

Fotos: cortesía Beatriz Canela


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