“Se están yendo sin notificar su salida. Hay renuncias masivas. Lo que gana un empleado son 150.000 bolívares. Menos de 7 dólares al mes, 20 centavos de dólar al día. Muchos tienen que buscarse dos o tres entradas por fuera de la compañía para poder subsistir”, dijo un vocero de los trabajadores.  

Caracas. A la falta de trenes y de mantenimiento del Metro de Caracas, se suman las renuncias masivas del personal. Trabajadores activos y jubilados prevén que el sistema en diciembre colapsará, debido precisamente a la falta de operadores. Si acaso está uno operativo por estación. Solo las casetas principales están abiertas, todas las secundarias están cerradas, ya no se venden ni los boletos que salieron a circular en junio pasado. Hasta los milicianos que prestaban servicio en los torniquetes han disminuido en número.

Esa es parte de la realidad que a diario se ve en el subterráneo y que no escapa del transporte superficial complementario del Metro de Caracas, una compañía que cuando salió al ruedo en 1983 tenía como lema: seguridad, eficiencia y consumo.

Ahora, destacó Jhonny León, controlador de tráfico jubilado, nada de eso se cumple. La línea 1, de 48 trenes en las horas valle debería tener 24 y en las pico, 39. El día jueves 14 tenía nueve circulando.

Foto: Luis Morillo

El ramal de la Línea 2 de los 26 trenes habilitados en su momento, ese mismo día contaba con 6 u 8 unidades; mientras que la Línea 3 (que soporta el flujo de pasajeros del ferrocarril de los Valles del Tuy) de una  flota de 13 o 14 trenes, estaban en servicio si acaso tres.

El sistema alterno de Metrobús no corre mejor suerte. De 590 autobuses, más de la mitad está arrumado en estacionamientos por falta de repuestos.

Actualmente, solo está funcionando de 3 % a 4 % de las escaleras mecánicas. En enero de este año el presidente de la compañía, César Vega, había informado que estaban a la espera de algunos repuestos “que van a impactar en lo que se refiere a las escaleras mecánicas y en la mayor cantidad de flota de trenes disponibles en las líneas 1, 2 y 3”.

Se esperaron los repuestos y se llegó a septiembre, cuando –de nuevo– dijo “se tiene previsto la fabricación de más de 3000 piezas para el mantenimiento de trenes y escaleras del sistema Metro. Se están haciendo una serie de piezas y repuestos para no tener importarlas”.

Los trabajadores sostienen que las promesas se convierten en sal y agua, mientras el sistema se desmejora con el paso de los días. En diciembre, acotó León, se notará más la merma de personal y ello redundará en la calidad del servicio.

“Se están yendo sin notificar su salida. Hay renuncias masivas. Lo que gana un empleado son 150.000 bolívares. Menos de 7 dólares al mes, 20 centavos de dólar al día. Muchos tienen que buscarse dos o tres entradas por fuera de la compañía para poder subsistir”.

Se habló hace un año de una nómina que superaba los 10.000 trabajadores, hoy en día ronda los 5500, informó Jesús Hernández, jubilado agrupado en la organización Metro Comunidad.

En el Metrobús, comentó Carlos García, hay actualmente 650 trabajadores. En su buena época llegó a tener 1200 entre mecánicos y la parte administrativa. “Ahora hay menos unidades, menos personal, pésimos salarios y dentro de la empresa se trabaja bajo amenaza con mucha presión.

Juan Ollaves, presidente de la Asociación de Jubilados y Pensionados del Metro, en ese punto denunció que incluso cuando renuncian los llevan a declarar al Sebin, para que digan por qué quieren dejar la empresa.

“Están pasando muchas irregularidades. Hay gerentes que autorizan la salida de autobuses para cubrir rutas hacia La Guaira cobrando el pasaje. Hace poco agarraron a un jefe de seguridad, que es un teniente de navío, transportando un lote de cables de los almacenes de Propatria, no tenía ni la guía de ese cargamento, lo trasladaba de manera sospechosa. Esas cosas no ocurrían en el Metro de Caracas”, destacó.

El 20 este mes quienes hacen vida laboral en el subterráneo van a elegir la comisión electoral para la discusión de la convención colectiva. Esperan con esto abrir el camino para mejorar las condiciones laborales y evitar, además, la destrucción del sistema, por el que se trasladas más de 2 millones de pasajeros al día. 

Foto: Luis Morillo

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