De manera extraoficial se conoció que ingresaron en la morgue de Bello Monte cinco cuerpos de reclusos, tras la Operación de Seguridad Penitenciaria Gran Cacique Guaicaipuro, ejecutada en la cárcel de Tocuyito el pasado 25 de octubre.
Caracas. Apenas este jueves, 2 de noviembre, los familiares del recluso José Agapito González Hernández supieron de su muerte luego de que le confirmaron en la medicatura forense de Bello Monte el ingreso de su cadáver.
Los parientes tuvieron una semana de incertidumbre, pues no tenían información oficial del paradero de José. Sus allegados son de la ciudad de Caracas y no podían visitarlo con mucha frecuencia por el costo del pasaje.
Hasta el mediodía de este 2 de noviembre, cuando Crónica.Uno conversó con los parientes, se desconocía el motivo de la muerte de José, quien tenía 47 años de edad.
El fallecido tenía casi ocho años recluido en el Internado Judicial de Carabobo, mejor conocido como el penal de Tocuyito.
Hasta la fecha, familiares de dos reclusos han confirmado su muerte en la sede del Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses (Senamecf), en donde no les ofrecen mayores detalles. El otro caso es el de Nelson Eduardo Ferrer García, de 35 años de edad, quien tenía dos años recluido en la cárcel de Tocuyito por el delito de homicidio.
El ministro de Interiores, Justicia y Paz, Remigio Ceballos, informó que en la madrugada del 25 de octubre se desplegó la Operación de Seguridad Penitenciaria Gran Cacique Guaicaipuro, en la cárcel de Tocuyito.
Al día siguiente de la intervención, Ceballos anunció el cierre del referido centro penitenciario. “Podemos decir que Tocuyito está cerrado. Hemos acabado en Venezuela con las estructuras criminales mal denominadas “pranatos”, eso se acabó”, afirmó.
Según el ministro, la cárcel de Tocuyito albergaba más de 2000 reclusos, lo que lo convertía en el centro con mayor población penitenciaria en Venezuela. Estos privados de libertad habrían sido trasladados a otras prisiones, de acuerdo con la información oficial.
Regresaron sin Nelson
Los familiares de Nelson regresaron sin su cuerpo a Valencia la noche del 31 de octubre. Ese día, antes de irse, les pidieron una urna y pudieron verlo solo por cinco minutos en la medicatura forense de Bello Monte, acompañados por varios funcionarios que los estaban vigilando para que no abrieran el ataúd.
Su hermana, Lezaida Ferrer, contó que ni siquiera les entregaron el acta de defunción, y que una vez que lo entierren en el cementerio de El Junquito, les harán saber en qué parcela están sus restos para que ellos le pongan una placa con el nombre del difunto.
De acuerdo con su versión, a ninguna de las otras familias de los cuatro fallecidos restantes, confirmados hasta esta publicación, les van a entregar los cuerpos de sus seres queridos. “A ninguno se los van a dar, siguen presos después de muerto”.
La muerte no fue por causa naturales
La familia Ferrer logró obtener unos testimonios de personas que vieron cuando a Nelson se lo llevaron. Presuntamente unos funcionarios de seguridad le dieron una puñalada en una costilla, y luego lo llevaron arrastrado con las rodillas ensangrentadas.
Lezaida denunció que en la morgue de Bello Monte no les dejaron ver, en ningún momento, el cuerpo de su hermano a detalle para verificar si tenía algún tipo de herida u otras lesiones.
En principio, la familia pensaba que Nelson había muerto por un ataque de epilepsia, pues el hombre sufría de esta patología y debía recibir tratamiento, cuando estaba bajo mucho estrés era más susceptible.
Luego de tres intervenciones en tres penales en los últimos dos meses en distintas regiones de Venezuela, las autoridades no han dado cifras oficiales de fallecidos. Solamente se pronunciaron por dos casos: la muerte de un mayor de de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y la de Juan Pascual Ramón, de 40 años de edad, apodado como Caña Caña, en el Centro Penitenciario de Aragua.
Al respecto, el Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) alertó que el Gobierno oculta cifras de muertos en la cárcel de Tocorón y Tocuyito y que el ministro Ceballos “se jactó de decir que la operación fue un éxito y que se respetaron los derechos humanos de los privados de libertad”. Y resaltó que solo a través de los testimonios de los familiares se ha conocido que hubo presos fallecidos.
“Tres cárceles venezolanas han sido intervenidas en los últimos dos meses tras negociaciones de voceros del régimen con los pranes de cada penal, pero en ninguno de los procedimientos han demostrado transparencia”.
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