Para este año se calcula una producción de 42.000 toneladas de leguminosas, que abarcaría 12 % del mercado nacional, y al menos 80 % es de frijol chino. La siembra y cosecha de caraotas quedó atrás y ni siquiera su importación permite cubrir el requerimiento del país.

Caracas. La escasez de gasoil amenaza con disminuir la producción de frijol chino, el único rubro que tuvo un comportamiento positivo el año pasado y ahora sostén de los agricultores que se dedican a la producción de granos, que encuentran cierto respiro en la exportación de esa leguminosa y su demanda en el mercado por el precio.

“Actualmente hay un auge del frijol chino”, asegura Ramón Elías Bolotín, director de Leguminosas y Oleaginosas de la Confederación de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro), que afirma que, así como el rubro ha tenido un crecimiento en los últimos años porque se exporta y el Gobierno lo compra para incluirlo en las cajas Clap, su producción, y la del resto de los granos, no está exenta de problemas.

Bolotín menciona que en 2020 solo en el estado Portuguesa, uno de los principales productores de leguminosas, había una intención de siembra de 50.000 hectáreas de frijol chino, pero que la escasez de diésel que empezó a agudizarse en agosto y septiembre hizo que bajara a 30.000 hectáreas e, incluso, la mitad se perdió en el campo por las lluvias y no haberse cosechado a tiempo por falta de combustible.

De acuerdo con cálculos de la Sociedad Venezolana de Ingenieros Agrónomos (Sviaa), para el ciclo de siembra de este año solo se cultivó 48,61 % de las 72.000 hectáreas disponibles para leguminosas.

El frijol chino no ha tenido una recuperación importante, a pesar de las oportunidades, porque el costo de producir en el país es muy alto. Hay una escasez grave de gasoil y los productores tienen que acudir al mercado negro, pero los números no dan”, señala Bolotín, de Fedeagro.

Ello en un contexto en el que, aun así, el frijol chino sigue siendo la leguminosa más sencilla de producir en el campo venezolano. El productor Daniel Dorazio contó a Crónica.Uno que el costo por hectárea del frijol chino ronda entre 400 y 500 dólares, por debajo del costo promedio de $700 por hectárea de leguminosas estimado por Sviaa.

Lo que en parte explica el aumento en la producción de ese rubro en detrimento del resto. Dorazio, productor de leguminosas de Turén, estado Portuguesa, calcula que el frijol chino ahora abarca 90 % de su producción en el mercado de verano, cuando hace más de 15 años la cuota era de entre 1 % y 2 %.

Granos como la caraota, señala Dorazio, pasaron de cubrir 20 % de sus cosechas a un tímido 2 %, situación que, explica, se debe a la contracción del consumo, el rendimiento (tan solo 300 kg de caraotas por hectárea) y la falta de semillas certificadas, aunado al problema de las importaciones que afecta a su producción desde hace varias décadas.

Ramón Bolotín, de Fedeagro, señala que en la década de 1960 Venezuela llegó a sembrar 100.000 hectáreas de caraotas para una producción aproximada de 50.000 toneladas al año, pero el boom petrolero hizo que la caraota importada desplazara a la nacional, a tal punto de que actualmente en el país solo hay cuatro variedades del grano, sin investigaciones adelantadas para ampliar el número que hacen que el campo venezolano pierda competitividad en ese rubro.

De manera que, según Bolotín, en Venezuela fue proliferando la importación de caraotas y llegó a un pico de 120.000 toneladas para cubrir el requerimiento nacional, pero la caída de los ingresos petroleros y la crisis económica del país, además de contraer el consumo, llevaron esa cifra a una décima parte en la actualidad.

Bolotín señala que la propia crisis del país no solo ha cambiado la producción y oferta de granos en el mercado nacional, sino que provocó un aumento en el consumo de frijoles, en detrimento de las caraotas por su precio, lo que los forzó a diversificar más el campo.

El venezolano, poco a poco, ha ido cambiando su dieta de caraotas a frijoles y en el campo se producen mejores frijoles que caraotas. La caja Clap está priorizando los frijoles porque son los granos que se consiguen aquí, ya que las lentejas son de climas fríos y altos y mayormente se importan de Argentina y China”, dice el director sectorial de Fedeagro.

Aun así, la producción de frijoles y otras leguminosas está lejos de poder abastecer la demanda nacional. Según cálculos de la Sociedad Venezolana de Ingenieros Agrónomos, con una producción estimada y optimista de 42.000 toneladas al año el sector solo cubriría 12,95 % del abastecimiento, tomando en cuenta un consumo de 12,97 kg per cápita.

Aunque con 68 % de la población viviendo en pobreza de consumo, según Encovi, la falta de estos y otros alimentos pasa desapercibida porque solo un sector puede acceder plenamente a ellos. El sector, por su parte, para cubrir sus costos acude a la exportación, principalmente de frijol chino.

Tiene alta demanda y no son muchos los países que lo producen. Por lo menos 50 % o 60 % del frijol chino que se produce va a exportación y el resto a las cajas Clap, es poca la proporción que va directo a los consumidores”, señala Daniel Dorazio.

Los productores estiman que producir frijol chino es 25 % más económico en cuanto a costos, cantidad de insumos y horas de trabajo que el resto de las leguminosas, aunque temen que, como ha denunciado Fedeagro, la escasez de gasoil genere más pérdidas tanto para el mercado interno como externo.


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