Guaidó: En la bancada del PSUV parece que hay algunos moderados

algunos moderados

Juan Guaidó afirma que en la práctica Maduro ha implementado parte de la propuesta llevada por la oposición a Barbados: cierre de la ANC, retorno del PSUV al Parlamento y constitución del comité para renovar el CNE. Admite que las elecciones son un detonante para la transición, pero subraya que en Venezuela la salida no es una parlamentaria, sino la presidencial. Pide no rendirse.

Caracas. Este sábado 23 de noviembre, Juan Guaidó cumplió 10 meses de su juramentación como presidente encargado, amparado en el artículo 233 constitucional y ante una multitudinaria y nacional asamblea ciudadana. Dos días antes, el movimiento estudiantil lograba su objetivo de marchar por el suroeste de Caracas y entregar a la Fuerza Armada un exhorto para que su alto mando, tropa y oficiales respeten la carta magna.

En ese contexto, el presidente de la Asamblea Nacional y diputado por La Guaira, Juan Guaidó, recibió por tercera vez en el año al equipo de Crónica.Uno, esta vez para hablar en tono de balance y autocrítica sobre su gestión de casi un año.

“Sé que no puedo venderles a los venezolanos una victoria política o una victoria diplomática como la victoria definitiva, pero son pequeños pasos muy importantes que debemos sostener. Para terminar de convencer a la Fuerza Armada tenemos que estar movilizados y unidos. Por eso ennoblece el gesto de las enfermeras que pagan para ir a trabajar, de los maestros que siguen insistiendo en la calle, de los venezolanos que salieron el 16 de noviembre. A ellos mis respetos en nombre de una Venezuela que no se rinde”, afirma.

cubanización del conflicto
A punto de cerrar el año, Guaidó hizo un balance de lo alcanzado y lo que falta en la ruta por el “cese de la usurpación”. Foto: Luis Morillo
Hablarle a la Fuerza Armada

Cerrando 2019 es claro que las estrategias empleadas a lo largo del año para socavar la base de apoyo a Nicolás Maduro (sanciones a personas e instituciones, oferta de amnistía, llamado a la insurrección del 30-A, presión internacional) no dieron el resultado prometido: el cese de la usurpación. Le preguntamos a Guaidó si está sobre la mesa un cambio de estrategia para 2020 y en qué consistiría:

—La herramienta para desafiar a la dictadura sigue siendo el ejercicio de la protesta, entendiendo que no es lo mismo protestar en 2007 que en 2019. Se requiere una variación de la táctica aunque el mecanismo de presión es el mismo. La necesidad de participación de la Fuerza Armada sigue ahí. El venezolano está ahí, con la expectativa intacta, la duda es sobre el cuándo, pero tenemos grandes oportunidades porque mantenemos la unidad, la movilización y el deseo de un cambio para Venezuela.

Hace unos días, el profesor de la UCAB Benigno Alarcón dijo en una entrevista que temía la “cubanización del conflicto venezolano”. Una mezcla de claridad de la gente sobre quiénes son los responsables de la crisis, admiración por los que tratan de liderar el cambio y pesimismo sobre las posibilidades reales de alcanzar ese cambio. ¿Cree que en Venezuela estamos cerca de llegar a ese punto?

—Ese es el objetivo de la dictadura, hacerse ver todopoderosa, que puede castigar a quien quiera. Y por eso, de manera sádica, ayer el conductor del programa de chismes de los miércoles (Con el Mazo Dando) presentó al grupo de gaitas del Sebin… y el villancico era “Tun, tun”… Ese nivel de sadismo te dice que desde el Estado lo que buscan es aterrorizarte, que 90 % de la población piense que aquí no hay nada que hacer. Por eso uno de los principales objetivos del 16-N lo cumplimos: mostrar que no nos acostumbramos, y que vamos a insistir por el camino de la protesta. Y sí, el factor que nos falta es la Fuerza Armada, pero 80 % o más de la Fuerza Armada está hastiada también.

Analistas del tema militar afirman que la FANB no termina de dar el paso porque usted no ha sabido hablarles a los militares, porque su mensaje es confuso o ambiguo.

—A los analistas les diría que eso no fue lo que opinó Christopher Figuera, ni los tenientes y mayores del 30 de abril, ni los sargentos de Cotiza, o los militares de distinto rango de Cúcuta. Y de inmediato te digo cuál fue la diferencia: hablar. La gran diferencia entre los que dieron el paso y los que no ha sido poder hablar, poder acceder a conversar. Por eso, cuando nos abrimos para que la FAN formara parte del mecanismo de Oslo, el régimen dijo no. Tienen miedo de que hablemos. Por eso los persiguen, por eso invierten en inteligencia, por eso la Dgcim genera un patrón de miedo, por eso torturaron hasta la muerte al capitán Acosta Arévalo, para generar terror.

Usted reconoce que la FAN es el factor que falta para avanzar en la transición. Si pudiera hablarle hoy al Alto Mando, incluso a los sancionados por la comunidad internacional, ¿qué les diría?

—Aquí no se le pide lealtad a un grupo político, sino a la Constitución y al pueblo de Venezuela. Cuando ellos dicen su consigna “traidores nunca, leales siempre”, o algo así, está bien la lealtad, pero a la República, a la Constitución, a su familia y, por último, 40 escalones más abajo, a las afinidades ideológicas que puedan tener como seres humanos. Ahí radica la diferencia, en la posibilidad de construir un país juntos o no. La diferencia con Christopher Figuera es que pudimos hablar directamente, y ahí se ve claramente cómo podemos avanzar.

¿Usted no se ha podido sentar con Padrino López?

—Mira, hemos hecho el intento con todos, con la mayoría.

¿Pero ha hablado personalmente con él?

—Decir ahorita con quién sí o con quién no, no solo sería absolutamente irresponsable de mi parte, sino pernicioso para un proceso que queremos llevar adelante. Yo sé que es parte de tu labor, pero entiendes que en dictadura no podemos decir ciertas cosas públicamente.

Las élites que sostienen a cualquier sistema político son los partidos, los sindicatos, las Fuerzas Armadas, el empresariado, los medios de comunicación y la Iglesia. ¿Por qué cree usted que el sistema político venezolano actual se sigue sosteniendo si prácticamente la única élite que le queda es la militar? ¿Y el peso del resto de los actores dónde queda?

—Muy fácil. Si a una economía que depende de los impuestos, le quitas eso, se cae. Bueno, la economía venezolana depende del petróleo que va directamente a las arcas de los que están usurpando el poder. Entonces, aquí tienes que agregar esa variable compleja a lo que sustenta a la dictadura. Por eso a lo mejor el paro cívico es una demostración, pero no pone en jaque a la dictadura, porque en realidad ella se sostiene por el petróleo y ahora, en un nivel mucho más bajo, por el oro. El oro es un ingreso marginal, pero que les sirve para tener flujo de caja y sobornar.

procesos de transición
Juan Guaidó admite que la élite militar sigue siendo el sector faltante y determinante para avanzar en la transición, y a ellos les envió un mensaje. Foto: Luis Morillo
Transiciones y elecciones

En la Venezuela del siglo XX y lo que va del siglo XXI el país atravesó cuatro procesos de transición: el de 1936, el de octubre de 1945, el de 1958 y el de 1998. El segundo y el tercero por cierto, producto de eventos electorales fallidos. Guaidó afirma que ha estudiado con más detenimiento el proceso de 1958, por las similitudes que encuentra con la actualidad.

“El de 1958 es el proceso que se parece más a la situación hoy y no sé si lo habremos hecho consciente o inconsciente, pero es el mismo proceso que buscamos hoy: cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres. La única condición distinta fue la Fuerza Armada, que básicamente le tocó la puerta a Pérez Jiménez y le dijo ‘hasta aquí’, pero eso fue precedido por años de protesta, de clandestinidad, de configuración de partidos, con una generación que había luchado durante años”, explica.

¿Qué estrategias de esa transición ha tomado usted como referencia para la etapa que le ha correspondido liderar?

—Hay unos paralelismos que uno revisa. La formación de partidos políticos que tenían años construyéndose en ese momento, la participación del movimiento estudiantil muy activa. Claro, no puedo hacer una referencia a la Fuerza Armada, porque así como hay paralelismos también hay diferencias muy marcadas: fue política de Chávez y es política de Maduro la destrucción de la Fuerza Armada. Ahí hay una institución que es clave para cualquier transición, no solo la venezolana, sino que la vemos en la transición de Chile o Serbia. Lamentablemente, en este tipo de regímenes hay un árbitro que es la Fuerza Armada, que le da sustento a la dictadura y a la vez persigue no solo a la oposición, sino a los propios militares.

¿Qué procesos de transición de la historia global contemporánea ha estudiado?

—El de Serbia siempre es un ejemplo claro. Ahí había un dictador muy violento, Milosevic, a quien llamaban el carnicero de los Balcanes, y todo lo que hizo el movimiento Otpor de lucha no violenta. Otro proceso, el de la India y lo que sucedió con Gandhi, a pesar de que hay grandes diferencias porque no se trataba de un régimen instalado sino de una colonia. En el caso de Chile, con la dictadura militar. Pero lo que recojo es el elemento de presión a la coalición dominante, en unos casos a la dictadura, en otros a la corona.

Hay varios elementos comunes en las transiciones estudiadas por la academia: la presión a la coalición dominante es uno…

—Si me preguntas a mí, creo que ese es el elemento central, porque sin ese elemento, el poderoso, el que sustenta al dictador, no se ve en la necesidad de tomar una decisión.

Otro elemento es el electoral, procesos que han avanzado a raíz de una consulta electoral…

—Pero ese es desencadenante, que es distinto. Tuvimos un desencadenante electoral en Venezuela en diciembre de 2015 y en mayo de 2018.

El 20 de mayo de 2018 desencadenó, en todo caso, el apoyo internacional, pero no el cambio del sistema de gobierno…

—Pero si hubiésemos convalidado eso sin observación internacional, sin garantías, ¿dónde estaríamos ahora?

¿Usted y los sectores que lo respaldan han discutido la posibilidad de participar en las elecciones parlamentarias de 2020, aun cuando no se cumpla el 100 % de las condiciones electorales que reclaman? Se lo pregunto porque la reactivación de la maquinaria electoral de AD, con el diputado Ramos Allup haciendo giras por el país no parece casual.

—Una elección sin condiciones, que no apunte a la solución, que no brinde oportunidades reales a los factores políticos, no es un desencadenante. A diferencia de lo que fue el intento fallido de la dictadura de imponer un fraude electoral en el año 2018, que sí fue un desencadenante.

¿Pero se han sentado a discutir eso o ni siquiera es tema de discusión entre la dirigencia opositora?

—Claro que lo hemos discutido, y la conclusión es que solamente lo que oriente a una solución, que genere oportunidades de competitividad, es una solución al conflicto. Y eso pasa por una elección presidencial. Y el argumento de que es un tema constitucional que esgrimen ellos sobre las parlamentarias es falaz, porque de los 350 artículos de la Constitución ellos violan 349, y pretenden agarrarse de uno con pinza. El reto es habilitar la Constitución por los resquicios que tengamos. Una imposición como la que pretendieron hacer el año pasado, una elección a troche y moche, como pretendieron el 20 de mayo de 2018, eso no es una opción. Tenemos que orientar el proceso a una elección competitiva, y eso pasa por las presidenciales. 

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El presidente encargado pidió a los venezolanos no adaptarse a la crisis, rebelarse permanentemente contra la normalización del conflicto. Foto: Luis Morillo
Los moderados de aquí y de allá

Históricamente, la concreción de transiciones negociadas y pacíficas es resultado del esfuerzo de los moderados del gobierno y de la oposición. A veces, de los reformistas dentro del gobierno, pero lo cierto es que los sectores radicales no logran acuerdos porque siempre buscan la anulación del otro. Guaidó reconoce que los moderados de lado y lado son clave en el proceso: “Yo no tengo problema en hablar con cualquier funcionario civil o militar para buscar una solución. Cuando se reincorporó el PSUV a la Asamblea lo dije, que nosotros estamos listos para un acuerdo”.

En la bancada parlamentaria del PSUV hay moderados, presidente…

—Por eso lo dije en ese espacio, porque pareciera que hay moderados. Pareciera. Nosotros estamos listos para un acuerdo, para constituir un Consejo de Estado, para organizar una elección presidencial libre, que no tiene nada que ver con la parlamentaria. Los que no están listos son ellos, entonces tenemos que insistir, porque parece que quienes se están imponiendo de aquel lado son los radicales. Y te digo algo: con lo que ha hecho la dictadura recientemente, es decir, regresar al Parlamento, iniciar la conformación del Comité de Postulaciones Electorales en la Asamblea, matar la constituyente por la vía de los hechos, porque ha dejado de reunirse; con todo eso, ya se hubieran levantado las sanciones personales a los que se incorporaron al Parlamento.

¿Eso estaba en la propuesta de Barbados? ¿Una cosa a cambio de otra?

—El acuerdo contenía una serie de medidas, ni siquiera era una cosa a cambio de la otra, sino que acordábamos una solución al conflicto por la vía de una elección presidencial y en el camino había una serie de medidas que iríamos construyendo, y ciertamente vamos hacia allá. Una era volver al Parlamento, otra era eliminar la constituyente. El nombrar el Comité de Postulaciones desde la Asamblea, digan lo que digan, es un hecho político.

Aún pueden hacer lo que ha advertido el diputado Henry Ramos, que es llevarse la designación de los rectores del CNE al TSJ o a la Constituyente…

—En ese caso ya no será un CNE real e imparcial, sino cualquier otra cosa. Pero volviendo a lo anterior, a estas alturas, con esos tres elementos, ya habríamos avanzado en el proceso de garantías, de levantamiento de sanciones. Pero ellos, arrastrados por la soberbia de un pequeño grupo de radicales, están arrastrando a todo el país.

En enero cuando lo entrevistamos, dijo que Venezuela despediría el año 2019 con una sonrisa. Esa sonrisa parece estar todavía lejos. En 2020 Guaidó seguirá al frente de la Asamblea Nacional y de la presidencia interina. ¿Qué deben esperar los venezolanos de usted?

—Lo que les digo es que la gran diferencia la vamos a hacer todos, cada uno de nosotros. Ya hemos probado la desesperanza, la desconfianza y la falta de unidad, y eso nos lleva a nada; a diferencia de este 2019, cuando hemos desafiado y hemos puesto en jaque una y otra vez a la dictadura. La clave es desafiar a la dictadura, romper la falsa normalidad, no ser presas de la evolución y terminar adaptándonos al medio para sobrevivir. Aquí tiene que darse una mutación, tiene que haber un salto en la evolución, porque no podemos adaptarnos a este medio que ha pretendido corromper a la mayoría de los venezolanos. ¿Qué les puedo decir diferente hoy? Que siempre les he hablado con la verdad, a pesar de las distorsiones que han querido hacer, de la construcción de capacidades desde el 5 de enero; que voy a hablar con todo el que tenga que hablar para lograr una solución, que para farsas no nos vamos a prestar, como no lo hemos hecho, y que tenemos la ofensiva. La tenemos. Estamos adelante, pero donde no nos pueden ganar es aquí (se toca la sien).


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