Guardaparques y bomberos de Inparques esperan sin insumos los meses críticos de incendios forestales

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A diferencia de El Ávila, en el parque nacional Macarao no tienen sistema hídrico, lo que hace que cada vez que ocurre un incendio sea más difícil combatirlo porque los bomberos dependen de una toma de agua de la calle. La secretaria de Sunep-Inparques, Marlene Sifontes, detalló que también se están haciendo siembras indebidas de café.

Caracas. Los guardaparques y bomberos del parque nacional Macarao y El Ávila no están preparados para la temporada de incendios forestales. En condiciones normales, entre septiembre y noviembre, Inparques debía hacer una serie de estudios y toma de decisiones para avanzar con la entrega de insumos para combatir el fuego. No obstante, el sindicato alertó que de nuevo el personal está abandonado y las áreas necesitan mantenimiento.

Marlene Sifontes, secretaria del Sindicato Unitario Nacional de Empleados Públicos del Instituto Nacional de Parques (Sunep-Inparques), alertó que para esta fecha el instituto debería estar preparado para la época de incendios forestales debido a que, aunque un incendio no puede preverse, se pueden tomar medidas adelantadas para combatirlo de manera eficaz, teniendo en cuenta que la temporada seca, en términos generales, va desde noviembre a abril.

Sifontes detalló que una de las señales de que está llegando la temporada de incendios es cuando la vegetación de El Ávila se pone roja y que los incendios en su gran mayoría no son a consecuencia de las altas temperaturas sino de origen antrópico.

Tanto los guardaparques, como primera respuesta ante un incendio, y bomberos forestales necesitan equipos para este período tales como bastidores, asperjadoras, paños, rastrillos, palas y botas adecuadas, precisó Sifontes y exhortó a Inparques, como encargado de mantener y preservar los parques nacionales, a responder por estos insumos.

Desde febrero hasta finales de abril de 2020, que históricamente es el período más crítico, hubo una gran cantidad de incendios forestales en el país. En el caso de la Gran Caracas, se reportaron 14 incendios de distintas magnitudes que consumieron más de 300 hectáreas de vegetación durante el fin de semana del 12 de abril. Esto llevó a que en la ciudad se viera una calima tipo B, que se produce por eventos especiales como los incendios forestales.

Este antecedente dejó en evidencia que El Ávila estaba vulnerado ante la siembra de árboles en el área de cortafuegos, según comentó Sifontes y explicó que la función de esta zona es tener una barrera en la parte baja del parque, para que si hay un incendio, no suba hasta el bosque.

Para que el cortafuego funcione no puede tener siembras de árboles y debe recibir un correcto mantenimiento. La realidad es que solo un 20 % ha recibido trabajos de mantenimiento, entre esos los cortafuegos de Catuche, Estribo de Duarte y Cachimbo. De resto, se tiene abandonado el sistema hídrico y las vías de acceso, que son necesarias para que los bomberos puedan llegar rápido.

El año pasado hicieron la misma gracia y todos los caraqueños vimos cómo en un momento un incendio se convirtió voraz, que llegó hasta el bosque, precisó Sifontes.

A diferencia de El Ávila, en el parque nacional Macarao no tienen sistema hídrico, lo que hace que cada vez que ocurre un incendio sea más difícil combatirlo porque los bomberos dependen de una toma de agua de la calle. Sifontes detalló que también se están haciendo siembras indebidas de café.

Además, de 130 guardaparques, se disminuyó la nómina un 50 % por renuncias ante los bajos salarios y amenazas. El puesto La Culebra no tiene servicios tan básicos como agua y luz. Los trabajadores están a la expectativa porque durante la temporada pasada de incendios recibieron muchos maltratos y tuvieron que trabajar bajo condiciones muy difíciles.

Otra práctica que se dejó de hacer desde hace más de 15 años es tener el apoyo de voluntarios que en la temporada se dotaban de equipos y uniformes e, incluso, se incluían en la logística con comida y módulos en el parque nacional El Ávila.

El sindicato se mantiene a la expectativa sobre cómo se manejarán los incendios forestares durante esta temporada de 2021. Les preocupa que se sigan cometiendo los mismos errores del pasado que llevó a los bomberos y guardaparques a trabajar bajo circunstancias de riesgo y poniendo sus vidas en peligro.


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