“Güiria se ha convertido en un pueblo triste, donde da miedo vivir”

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El pueblo de Güiria está sometido al caos en el que suman el alto costo de los alimentos, la escasez de gasolina, el desabasteciendo de gas doméstico y los constantes cortes del flujo eléctrico y, ahora, crímenes de los cuales los lugareños prefieren no hablar en voz alta.

Cumaná. “Aquí en Güiria ya da miedo vivir”, ese es el comentario que corre en voz baja de boca en boca entre sus pobladores, que en los últimos 15 días han estado conmocionados por varios crímenes que califican de “escalofriantes” y que los mantiene con el alma en vilo, pero de los cuales no se atreven a hablar en público por miedo a represalias.

Pobladores de Güiria, capital del municipio Valdez del estado Sucre, contactaron al equipo de Crónica.Uno para advertir sobre la situación de anarquía que padecen en sus comunidades.

Sostienen que a esta situación, que los mantiene en una angustia constante, se suman el alto costo de los alimentos, la escasez de gasolina, el desabasteciendo de gas doméstico y los constantes cortes del flujo eléctrico.

Reportan que los apagones frecuentes no los dejan hacer una vida normal, porque tienen que esperar por el restablecimiento del servicio más de cuatro y hasta siete horas. “Hemos pasado la noche corrida sin luz hasta el otro día, y nadie da respuesta”, se queja un vecino.

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Los conductores pasan horas en las colas para echar solo 20 litros de gasolina. Foto: Cortesía

Agotados por tanta inclemencia relatan que son muchos los electrodomésticos que han perdido, pero aseguran que hacen malabares para cubrir las necesidades del día.

Por la quema de nuestros aparatos no hay instancia a la cual reclamar”, dice otro.

Han pasado 40 días y a Güiria no ha llegado una gandola de combustible, y desde hace cuatro meses, y a la par, se ha agudizado el desabastecimiento de gas doméstico.

Usuarios y transportistas de la estación de servicio Río de Güiria pernoctaron más de 30 días en cola para garantizarse el suministro del combustible, pero luego de permanecer tantos días solo les pudieron surtir apenas 20 litros a los conductores particulares y transportistas, cinco litros a motorizados y 80 a pescadores.

Insuficiente

Los conductores denuncian que de los 13.000 litros de gasolina que descargan en la estación de servicio, las autoridades civiles y militares de la localidad presuntamente disponen de 9000 litros para abastecer a 400 carros, mientras que los 4000 litros restantes los distribuyen a su discreción entre familiares, amigos y vehículos oficiales.

Tanto los choferes de carros particulares, transportistas de carga pesada como motorizados y pescadores coincidieron en señalar que la cantidad de gasolina que les surten no les alcanza para realizar sus actividades habituales ni cubrir la ruta de su faena diaria.

Los vecinos de Güiria, quienes contactaron al equipo de Crónica.Uno, prefieren mantener el anonimato por temor a represalias, al tiempo que llaman la atención del alcalde del municipio Valdez, Ander Charlets, de quien dicen: “Nadie le ve la cara; hace mucho tiempo nadie lo ve”, por lo cual insisten en que “el pueblo está a la deriva”.

Los pescadores en la estación de servicio El Muelle demandaron mayor suministro de combustible porque con 80 litros no pueden cubrir su faena de pesca.

Para salir de campaña de pesca, que es más de un mes en la mar, necesitamos 600 litros de gasolina, y para una faena diaria requerimos de 100 litros de gasolina; con lo que nos surten no nos da para ir y venir “, aclaran.

La anarquía

Para muchos de los pobladores de Güiria, hoy esta comunidad “vive una anarquía”. Lamentan la situación a la que están sometidos hoy porque sostienen que los han transformado “en un pueblo triste”. Y advierten con preocupación que van camino a convertirse en un desierto porque “cualquier árbol se vuelve leña”.

“Ya ni podemos cocinar”, dicen. Son más de cuatro meses sin abastecimiento de gas doméstico. Toda esta situación ha incrementado la deforestación “de cuanta área verde se cruce ante la necesidad”.

A otros vecinos –especialmente mujeres– la deforestación descontrolada les preocupa “porque no todo árbol sirve para leña, y en lugar de resolver una necesidad pudiera acarrear peores consecuencias con intoxicación de las vías respiratorias de nuestros niños y familiares”.

Mientras, los maestros siguen de pie

Entre tanto, uno de los sectores más activos en el pueblo de Güiria son los maestros. Ellos han participado en las jornadas de protesta nacional que ha convocado el magisterio venezolano.

Para María Licet de Maurea, docente con 24 años de servicio y con una trayectoria de 15 años como directora de la escuela María Blasón de Alfonso, ya no hay miedo que contengan las ganas de reclamar sus derechos.

Argumentó: “Ya a estas alturas, cuando han pulverizado nuestros sueldos, no hay miedo que nos pare para exigir un salario digno y unas condiciones laborables acordes con el compromiso y la responsabilidad de formar académicamente a las futuras generaciones”.

Esta educadora es consciente de que hay un capital humano valioso. Sin embargo, justifica las medidas de protesta porque también se sienten afectados por las condiciones precarias de los planteles, adonde van también a aprender sus propios hijos: “Es justo y necesario que levantemos nuestras voces por lo que hoy estamos viviendo, cuando con nuestro salario no podemos ni comer”.


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