Hongo de escoba de bruja redujo productividad del cacao a 30% en el estado Sucre 

Escoba de Bruja

La Moniliophthora perniciosa, hongo que afecta a las plantaciones de cacao, no solo debe podarse sino que se requiere la reactivación de los bancos de germoplasma en la entidad, así como la inversión en asistencia técnica y mantenimiento para la recuperación económica y el estímulo del sector.

Cumaná. La escoba de bruja (Moniliophthora perniciosa) es un hongo que afecta a las plantaciones de cacao y su incidencia en el estado Sucre afectó más del 70 % de la zafra más reciente, que culminó en el mes de marzo.

El impacto es de proporciones considerables, sobre todo si se toma en cuenta que Sucre, en su mejor momento, representó 50 % de la producción nacional de cacao con un aporte de 9000 toneladas al año. Por incidencia de la enfermedad, sumado a otros factores como falta de inversión y mantenimiento; el arrime se ha reducido a 6000 toneladas

En la última zafra llegamos a 30 % de esas 9000 toneladas y la afectación en Sucre ha sido más fuerte porque aunque Venezuela tiene 18 estados productores, en otras entidades el impacto de la escoba de bruja no ha sido tan grande”, declaró Hevert Hernández, presidente de la Federación Campesina del estado Sucre.

Hernández sostiene que la escoba de bruja no se erradica, sino que requiere mecanismos de control, como la limpieza a todos los cacaotales debido a que el árbol hace su propio ecosistema: de la planta emergen 10.000 flores y 0,1 % logra ser fruto, pero al no ser polinizadas las demás mueren y sirven de abono; igual que el fruto que no llega a generarse completamente y los desechos como la maraca -cuando se extrae la semilla-, sirven de alimento al suelo. 

Más que inversión se requiere limpieza, y lo más importante: el patronaje de los cacaotales para confrontar la enfermedad, es decir, tienes que garantizar que las plantas sean tolerantes al hongo”, dijo Hernández.

Explicó que el control de la escoba de bruja se logra con la reproducción sexual de las plantas que no han sido atacadas por el hongo. Para ello, el productor debe sacar la semilla y germinarla para formar un clon.

Luego esa plantilla debe ser injertada con la planta madre o elite y al injertar la yema vegetativa queda el clon con las mismas características de esa planta productiva y resistente a las enfermedades, además que también se aligeraría el tiempo de producción y en vez de tres años, pasarían de 26 o 28 meses, al tiempo que se mantiene la trazabilidad genética de la variedad del cacao.

El dirigente gremial aseguró que los productores sucrenses no reciben asistencia técnica para propagar la producción de plantillas nuevas, porque los dos bancos de germoplasma ubicados en Irapa (municipio Mariño) y Río Caribe (Arismendi) no están operativos.

Las consecuencias de no tener bancos de germoplasma se reflejan en que los productores no pueden reproducir variedades autóctonas de cacao como: Río Caribe superior y Ocumare.

El gremio asegura que la enfermedad no es nueva y data de 1785, cuando fue identificado como un hongo proveniente de Camerún; los científicos luego empezaron a analizar la enfermedad a través de la inoculación del hongo en el fruto. En 1905 se determinó que era una enfermedad típica de la región de la Guayana holandesa (ahora Surinam) y se desplazó con facilidad por la Amazonía, Surinam, Guayana y el Esequibo.

Cuadrillas de limpieza

Las acciones oficiales, hasta el momento, a través del Fondo para el Desarrollo Agropecuario del estado Sucre (Fondades), han contemplado la implementación de cuadrillas de trabajadores para limpiar los cacaotales, retirar o descartar material contaminante, bien sea enterrándolo, quemándolo o utilizando cal.

De todas maneras, el control más eficiente es la poda no sólo terrestre sino aérea, aunque es poco usual, porque un cacaotal no debe superar los cuatro metros y medio de altura, pero, si te descuidas, pueden llegar a ser más altos que una mata de coco, de manera que en la noche afloran las esporas de escoba de bruja que arrastra el viento y como hongo, afecta todas las plantaciones”, dijo Hernández.

Las medidas necesarias para controlar la acción del hongo incluyen desmalezar, para permitir que el oxígeno entre libremente a la planta y la poda aérea, para evitar que las esporas de frutos contaminados sean transportados por el viento.

Escoba de Bruja
El Fondades solo ha contemplado la implementación de cuadrillas de trabajadores para limpiar los cacaotales / Foto: Cortesía

Por eso cuando se van a determinar terrenos de plantaciones, debe contemplarse la velocidad del viento”, añadió.

Las expectativas para el sector cacaotero de Sucre se mantienen puestas en el mes de junio, cuando llega la cosecha Sanjuanera (llamada así en honor a San Juan) por la entrada de lluvias, y además representa 10 % de la producción del año.

Sucre cuenta con 7500 productores de cacao en 10 de los 15 municipios de la entidad y están sumados al control fitosanitario.

Libre importación

98,5 % del cacao en Venezuela es considerado fino de aroma y su calidad es “una bendición de la naturaleza”, al igual que en otros rubros como caña y café.

A pesar de esto, el sector cacaotero también ha sido afectado por otro aspecto negativo: la libre importación de “pseudochocolates” de otros países como Turquía e India, que no cumplen con perfil técnico nacional el cual exige mínimo 18 % de manteca de cacao.

Los productos importados no exhiben las especificaciones técnicas, pero si nosotros, los productores nacionales, al igual que cualquier productor de alimentos, sacamos chocolate, nos piden muchos documentos y análisis físico químico, porque es una norma: todo producto debe tener en su etiqueta los ingredientes”, aseveró Hernández.

El sector tampoco ha superado los problemas de exportación.

Los productores no pueden competir en precio con países como Ecuador, por ejemplo, que produce 2700 kilos de cacao por hectárea, mientras que Venezuela no llega a 300 kilos por hectárea.

Ecuador representa un tercio de nuestro territorio nacional, sin embargo, es el mayor productor de cacao de Suramérica y el quinto de exportación en la región”, afirma.

Hernández citó el caso de Ecuador para señalar que en 2005 lograron un híbrido llamado CC51 para contrarrestar una epidemia, y aunque esto trajo como resultado una variedad altamente productiva, su condición organoléptica no se compara con el aroma y sabor del cacao venezolano, considerado el mejor del mundo. 

Con tecnología, a través del resurgimiento de organismos modificados genéticamente, en Ecuador han podido aumentar la producción, pero no alcanzan los niveles de calidad de nuestros productos”, explicó.

Sin embargo, la exportación venezolana es baja porque el cacao que se exporta es para grandes chocolatiers y los requerimientos para alta gama son pocos.

“No es lo mismo un producto para uso gourmet que para uso industrial, que puedes mejorar las condiciones de procesamiento, poner esencias y con la química mejorar las condiciones, pero no garantizan la calidad”, sostiene Hernández.

El dirigente gremial reconoció que para sacar de la pobreza a los productores se requieren nuevas variedades de cacao, es decir, que sean mucho más productivas y de mayor rendimiento, mientras que las plantaciones actuales podrían dejarse para uso exclusivo del chocolate de alta gama.

No solo se requieren incentivos para el desarrollo agrícola sino impulsar el desarrollo agrónomo de un sector que, al igual que el cañicultor, el cafetalero y salinero, se ha venido abajo en la entidad”, apuntó Hernández.

Por ello, considera imperioso declarar a Sucre en emergencia crítica y pedir a las autoridades la puesta en marcha inmediata del aparato productivo, debido a la falta de inversión y mantenimiento en sectores que otrora eran considerados referencia para el país.

Pobreza e inseguridad

Los productores de cacao sucrenses luchan para mantenerse a flote frente a la pobreza y la inseguridad.

Pese a la muerte por intervención policial de Darwing José Vizcaíno Guerra, alias el Curí, el pasado mes de febrero, el tránsito por la troncal 10 entre los estados Sucre y Monagas sigue restringido para los transportistas, que deben pagar extorsión a los miembros de la organización delictiva que tomó el control de la zona.

En las parroquias San Juan de Unare y Las Galdonas del municipio Arismendi, al igual que en Güiria, municipio Valdez, persisten las rivalidades entre bandas delictivas y, sobre todo en este último caso, por la proximidad de la salida al mar Caribe y la frontera con la isla de Trinidad y Tobago se han agudizado delitos como la trata de personas.

Además de sufrir por la escoba de bruja y las extorsiones, el panorama empeora con las restricciones en el acceso al suministro de diésel porque son pocos los conductores de vehículos de carga pesada que se desplazan hasta los campos para comprar la producción.

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