Human Rights Watch considera que el sistema de salud venezolano está totalmente colapsado

Encuesta Nacional de Hospitales

El informe de la ONG HRW expone que en Venezuela se propagaron enfermedades que podrían prevenirse con vacunación, como el sarampión y la difteria; e incrementaron enfermedades infecciosas como la malaria y la tuberculosis. Instan al secretario general de la ONU, António Guterres, a reconocer de forma pública la emergencia humanitaria compleja.

Caracas. “El sistema de salud está totalmente colapsado”, es la conclusión a la que llegó la ONG de Derechos Humanos Human Rights Watch en un informe de 73 páginas que elaboró en asociación con el Centro por la Salud Humanitaria y el Centro de Salud Pública y Derechos Humanos de la Facultad de Salud Pública Bloomberg, de la Universidad Johns Hopkins, sobre la crisis humanitaria en Venezuela. El documento fue publicado este jueves.

Exponen que en Venezuela se propagaron enfermedades que podrían prevenirse con vacunación, como el sarampión y la difteria; e incrementaron enfermedades infecciosas como la malaria y la tuberculosis.

El secretario general de la ONU, António Guterres, debería reconocer de forma pública que Venezuela atraviesa una emergencia humanitaria compleja y priorizar la adopción, por parte de los órganos y las agencias de la ONU dedicados a la asistencia humanitaria, de medidas para abordar la crisis, expresa la ONG Human Rights Watch como parte de las recomendaciones que hace.

Citan cifras de la Organización Panamericana de la Salud (OPS): desde junio de 2017, se han informado más de 9300 casos de sarampión, de los cuales se confirmaron más de 6200. Sobre la difteria, desde julio de 2016 se han reportado más de 2500 presuntos casos, incluidos más de 1500 confirmados.

Brasil tuvo los primeros reportes de sarampión a principios de 2018, luego de que no hubiera casos confirmados desde 2015. A enero de 2019, se han registrado más de 10.000 casos. La cepa del virus del sarampión (D8) en Brasil es idéntica a la que provoca el brote en Venezuela. La mayoría de los casos (61 %) en el estado de Roraima, el principal punto de ingreso a Brasil desde Venezuela, se han registrado en venezolanos.

También la malaria ha aumentado en Roraima; la cantidad de casos entre venezolanos aumentó de 1260 en 2015 a 2470 en 2016, y 4402 en 2018.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que la cantidad de casos de malaria en Venezuela ha aumentado de forma constante en los últimos años, de 36.000 en 2009 a más de 414.000 en 2017.

Los registros de tuberculosis informados en Venezuela aumentó de 6000 en 2014 a 7800 en 2016, y en informes preliminares se indica que hubo más de 13.000 en 2017. La tasa de incidencia de la tuberculosis ha aumentado en forma constante desde 2014, y en 2017 llegó a ser de 42 cada 100.000 personas, la más alta en Venezuela en 40 años.

Los funcionarios de salud brasileños también están observando cada vez más casos de tuberculosis. Entre enero y diciembre de 2018, las autoridades de salud en Roraima habían identificado a 60 ciudadanos venezolanos con tuberculosis. Esta cifra fue mayor a la cantidad total de casos de tuberculosis entre venezolanos durante los cinco años anteriores (2013 a 2017), cuando se informó un total de 32 casos detectados en venezolanos en Roraima.

Inseguridad alimentaria

El informe –La emergencia humanitaria en Venezuela: se requiere una respuesta a gran escala de la ONU para abordar la crisis de salud y alimentaria– documenta altos niveles de inseguridad alimentaria y desnutrición infantil: “Datos disponibles muestran una alta proporción de niños y niñas ingresados en hospitales con desnutrición”, se lee.

Muchos ciudadanos venezolanos que el equipo de Human Rights Watch y la Universidad Johns Hopkins entrevistaron en la frontera manifestaron haber perdido peso y señalaron que comían una o dos veces por día en su país. Para algunos, una comida consistía únicamente en yuca o sardinas enlatadas.

En febrero de 2019, un vocero de la OMS sostuvo —sobre la base de un informe conjunto elaborado por la FAO, la OPS, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA)— que “Venezuela había sufrido efectivamente un aumento en la cantidad de personas desnutridas”.

Los funcionarios de salud colombianos también han tenido que abordar cada vez más casos entre niños y niñas venezolanos de menos de cinco años. La cantidad de casos pasó de cero en 2015 a dos en 2016, 13 en 2017 y 360 en 2018. En 2017, los funcionarios de la salud también registraron las primeras muertes de pacientes debido a desnutrición (3 casos). En 2018; 11 venezolanos murieron por desnutrición aguda.

En 2018, la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) de la ONU indicó que, entre 2015 y 2017, 11,7 % de la población venezolana —3,7 millones de personas— estaba subalimentada, comparado con menos del 5 % entre 2008 y 2013.

Sin antirretroviral

Venezuela es el único país del mundo donde numerosas personas con VIH se han visto obligadas a suspender su tratamiento debido a la falta de disponibilidad de medicamentos antirretrovirales, afirma la investigación de la ONG Human Rights Watch.

Un informe de 2018 de la OPS estimó que casi 9 de cada 10 venezolanos con VIH registrados por el Gobierno –69.308 de 79.467 personas, o 87 %– no estaban recibiendo tratamiento antirretroviral, aunque se desconoce la cantidad total de personas que necesitan medicamentos antirretrovirales.

Ninguno de los 339 bancos de sangre de Venezuela tenía insumos para pruebas de detección del VIH. La tasa de mortalidad de venezolanos con VIH en 2015 fue un 38 % mayor a la de nueve años antes (en 2006).


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